Es imposible aceptar que la conocida danza de los millones solo quede referida a la denuncia pública porque esta paga maldita que recibieron los cabecillas del fallido golpe de estado del 2018, a cambio de hacer lo que hicieron, hechos sobre los cuales hemos pormenorizado insistentemente termine solo siendo una situación más que sucedió en la cuartería donde todo aquel que habita ese inframundo oposicionista es solo la expresión de la más refinada maldad que daña al país.
Todos estos individuos, por demás conocidos y famosos por sus monumentales delitos y crímenes de lesa humanidad, recibieron mucho más que los 20 millones de dólares que la USAID les entregó desde 2018 ha esta parte, porque ellos mismos se encargaron de aclararnos, que una partida similar y en dos tantos también les fueron desembolsados desde el 2005 cuando empezaron a entrenarse para ejecutar lo que al final les significó un enorme fracaso porque el tiro les salió por la culata.
Cuando de luchas se trata uno debe tener en cuenta que la realidad es el punto de partida si lo que se pretende es lograr un objetivo, un propósito o simplemente vencer, que por supuesto es el fin deseado.
Cuando no se hace eso y a través de mentiras se trata de construir un castillo en el aire y se recurre a un sofisma para inocular una idea falsa de lo que se está viviendo, lo que sucede es que a lo mejor la falacia tenga éxito en algún momento, pero cuando por carecer de fundamento y sostén el telón cae y muestra la verdad, tal cual es, la que siempre estuvo ahí y que jamás se modificó en el tiempo, entonces lo que acontece es la pérdida irremisible de la credibilidad, de la autoridad moral, de la consideración y del respeto.
Es decir a mí me parece y no creo equivocarme si digo que estoy en sintonía con la mayoría de los nicaragüenses con esta línea de pensamiento que después de lo que el terrorismo nos hizo y porqué nos lo hicieron, nos sintamos cómodos con aceptar como si nada la destrucción física, moral y económica que las miserias humanas, comenzando por algunos Obispos y sacerdotes, causaron.
Ya sabemos lo que hicieron, ya sabemos que fueron amnistiados por lo que hicieron, ya sabemos que lo que pretendían era el poder para volver a sangrar el presupuesto de los nicaragüenses, ya sabemos que volvieron a ser ricos con lo que hicieron y que siguen amasando la fortuna con la continuidad de las mesadas que les da Mr Sullivan, pero lo que aún nos sabemos de dónde sacan ellos qué lo que hicieron fue legítimo, que tuvieron razón en proceder de esa manera o que tenían una causa que justificara la sedición más allá de los dólares.
El mundo actual a través de la inmediatez de la noticia nos dice, por supuesto después de la pandemia, que la seguridad en cada una de las naciones es la prioridad y cuando uno observa a todos esos terroristas que llaman al Presidente Daniel Ortega “Dictador” y a sus idiotas en los medios de comunicación haciendo el coro, uno entiende porque la comunidad internacional ve al oposicionismo criollo que tenemos aquí como animales raros y además privilegiados porque en esos países, por muchísimo menos de lo que aquí hicieron las miserias humanas, las cárceles están llenas y aquí fueron amnistiados y siguen en las mismas.
En Nicaragua hay un cuerpo diplomático que todos los días ve nuestra realidad y que informa a sus gobiernos de la democracia que tenemos, de la libertad que vivimos, del compromiso social que existe como voluntad para dignificar a los que menos tienen para combatir la pobreza, de la importancia que se le confiere a la empresa privada como generadora de riqueza y de empleo y de la paz que a pesar de las adversidades hemos logrado establecer.
Desgraciadamente contra todo eso es que el oposicionismo dispara y conspira desde la paga maldita que siguen recibiendo.
Traigo esto a colación porque, tras los acontecimientos del 18 de abril/2018 que sobrepasaron las capacidades de muchos para entender cómo llegamos a esto, el odio y la saña tienen un lugar en el banquillo de los acusados como fuente de hechos delictivos que nunca debieron pasar, pero que condujeron a actos que se cometieron y fueron amnistiados, pero hay quienes creen que y peor aún hasta advirtiendo sobre estados de guerra que por supuesto jamás conocieron y esas posiciones enfermizas no deberían pasar como si nada y deberían ser investigadas y sometidas a la justicia.
Nicaragua tiene que volver al estado de antes del 18 de abril y sin un muerto más. Tenemos que imponernos calmar las tempestades y aceptar todos que hay que hacer ¡JUSTICIA!, no por propia mano.
Ya la nación sabe la verdad de los acontecimientos, la verdad de lo que pasó porque aclararlo fue un gran paso y cuando hablamos de justicia es aquella que se imparta que habiendo sido amnistiados quieren repetir otra vez los mismos delitos y para aquellos que creyéndose valientitos se escudan en algunos ropajes de importancia ignorando a propósito que la justicia no distingue absolutamente nada porque es ciega y si tiene compromisos desde el concepto moral es con las víctimas ante cualquier circunstancia.
La justicia en este caso no debe distinguir entre un hombre o una mujer, entre un joven y un viejo, entre una figura pública y un absoluto desconocido porque la justicia es ciega y su dominio lo alcanza cuando la balanza de la razón permite el equilibrio verdadero para fallar contra el culpable en beneficio del inocente sea este pobre o rico, tenga poder o no.
Hoy, muchos que asesinaron, robaron, saquearon, torturaron e incendiaron están preocupados y hasta se declaran perseguidos políticos porque la policía anda tras sus pasos y para dramatizarlo más dicen que la dictadura los busca y se las pasan denunciando que son acosados, pero es que no entienden que tienen vecinos que saben en que anduvieron, que ven movimientos sospechosos en sus casas y yo seria uno que sabiendo que tengo al lado a una miseria humana terrorista y veo algo raro no dudaría en llamar a la autoridad para que vea que está pasado a mi lado porque tengo que ver por la seguridad de mi hogar porque podré ser un verdadero demócrata, pero nunca maje.
En este mundo, como decía Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, cada quien es dueño de su propio miedo y parafraseándolo yo diría que cada quien es dueño de sus propios actos y ahora que los buscan, después de andar de valientitos se sueltan en llantos y utilizan a sus pobres madres para despertar en otros, piedades que no les lucen ni les corresponden porque hay gente que se tuvo que tragar sus propias lágrimas por ver a asesinos libres por una amnistía.
Nicaragua había avanzado mucho y el atraso que le impusieron los falsos profetas de la democracia para anclarla es un delito tan perseguible como aquel criminal que disparó contra su hermano o lo torturó o le quemó su casa, tal como sucedió en varios lugares del país y a lo mejor estos hechores intelectuales hasta son más culpables que las hordas que “gobernaban” desde los tranques porque después de todo son los que recibieron el dinero para establecer un sicariato inédito en nuestra historia.
Muchos terroristas, perdónenme, no puedo llamarles de otra forma que estuvieron en los tranques hoy dicen, en clara auto confesión, que nunca les probaron nada porque andaban encapuchados, pero sin saber que otros que estaban en el mismo lugar los denunciaron como cabecillas de todos los actos vandálicos o aparecieron en un momento de descuido filmados por cámaras que hoy están por todos lados y que ahora se constituyen en medios de prueba.
Por supuesto que la parte trágica de todo esto es el dolor de las madres porque para ellas nunca los hijos serán culpables y es a las que utilizan los descorazonados oposicionistas que amaestrados en la manipulación creen que a través de las lágrimas maternas van a poder lograr que la justicia al fina termine por alcanzarlos.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora.