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EEUU: Terapia de choque contra la crisis del capitalismo: su más gigantesca movilización de recursos


No es ninguna casualidad que la Presidenta de la Comisión Europea, la “conservadora” Ursula von der Leyen, coincida con un “progre” como el senador estadounidense Bernie Sanders, en un vasto plan imperialista y monopolista para preservar la hegemonía de las grandes potencias y hacer frente a la crisis económica: el “New Deal verde”.

En 2008 Obama se presentó a las elecciones con dicho plan en su programa electoral. 

En febrero la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez habló en los mismos términos porque ni siquiera cambia el nombre. 

Naturalmente Podemos tiene su propio “New Deal verde” con el que prometen crear 600.000 puestos de trabajo “de calidad”(1).

Está claro que los “ecosocialistas” son la otra cara de la moneda de la reacción pura y dura y que el falso velo “verde”, como los uniformes de campaña, es un camuflaje que oculta una determinada política económica. 

Dicho con otras palabras, las corrientes seudoecologistas son una fábrica de consenso; su verborrea trata de arrastrar a los colectivos más despistados a la sombra del gran capital.

El mejor ejemplo de ello es la “huelga por el clima” convocada para el 27 de setiembre. “¿Es posible un New Deal verde sin una revolución?”, se preguntaba un altavoz característico de la burguesía como el New York Magazine (2).

 No cabe duda de que la crisis económica ha llevado al capitalismo a tal estado de desesperación que se ven obigados a secuestrar el lenguaje popular y reinvindicativo.

Tanto Von der Leyen como Sanders pretenden un plan de choque paralelo a la nueva “Ruta de la Seda” de los chinos. Es la más gigantesca movilización de recursos que el capitalismo ha llevado a cabo a lo largo de su historia, para lo cual es imprescindible recurrir a la única palanca que puede lograrlo: el Estado monopolista.

El senador Sanders lo ha publicado en su página web personal (3) como si fuera suyo, aunque su verdadero redactor es Jack Shapiro, responsable de la campaña por el clima de Greenpeace en Estados Unidos.

Las cifras son mareantes. Las inversiones previstas son del orden de 16,3 billones de dólares y conciernen especialmente, a la infraestructura industrial de Estados Unidos, que ha dado pruebas de estar obsoleta desde hace decenios, además del sector de los transportes y las empresas energéticas.

Pero eso es sólo una parte, porque los problemas ecológicos, por su propia naturaleza, siempre se llevan al terreno de los organismos internacionales. Uno de ellos, el Fondo Verde para el Clima, creado en 2010, recibirá 200.000 millones de dólares de Estados Unidos (si Sanders llega a la Casa Blanca).

Un reciente análisis del American Action Forum calcula que en Estados Unidos la “transición ecológica” costará en 93 billones de dólares en los primeros 10 años.

Un plan de esas dimensiones requiere saber quién va a pagar la factura.

 Sanders ha declarado que no hay tal: se autofinanciará en el plazo de 15 años, lo cual es falso. El plan requiere la intervención del Estado, como en cualquier otra política del capital monopolista y por eso se han creado ministerios que van mucho más allá de las viejas oficinas de “medio ambiente”. 

Más bien se trata de un “ministerio de hacienda paralelo” encargado de dirigir los flujos de capital, tanto públicos como privados. 

No sólo se producirán importantes subidas de determinados impuestos y rebajas en otros, sino incrementos espectaculares de los precios. Si Usted quiere mercancías “limpias” deberá pagar por ellas.

Las empresas “sucias” son sinónimo de “viejas”, “obsoletas” e ineficaces o, como dicen los posmodernos, “ineficientes”.

 Por definición, no pueden hacer la competencia a las “limpias” y para ello hay que crear una “bolsa verde” y mercados del mismo color. En contra de lo que aseguran los seudoecologistas, Estados Unidos es hoy el segundo mayor mercado para inversiones renovables.

La cuestión es que no hay empresas “sucias” y “limpias”. Los grandes monopolios como Repsol, Endesa, Iberdrola compiten por tomar la cabecera en las nuevas tecnologías “renovables”. Son todo en uno: “sucias” y “limpias” a la vez. 

El mercado de las energías “renovables” es una copia casi exacta del otro, el viejo, el que contamina la atmósfera.

(1) https://www.elconfidencial.com/elecciones-generales/2019-03-11/podemos-prepara-un-new-deal-verde-como-plan-estrella-de-su-programa-electoral_1873954/
(2) http://nymag.com/intelligencer/2018/12/what-is-the-green-new-deal-explained-revolution.html
(3) https://berniesanders.com/issues/the-green-new-deal/

https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com/2019/09/terapia-de-choque-contra-la-crisis-del.html

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