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Cómo se construye una "Revolución". Entrevista al jefe de los servicios de contraespionaje rumanos en 1989


Pualian Pasarin en el momento de realizarse la entrevista

En la siguiente entrevista, realizada en 2005 al coronel Paulian Pasarin, jefe del servicio de contraespionaje rumano desde 1974 a diciembre de 1989, este nos cuenta como se fabrica una "Revolución", literalmente "para que la simulación de revolución disimulara la intervención externa". 


Como nos cuenta Pasarin, con su información privilegiada obtenida en un puesto sensible de la seguridad nacional, todo había empezado mucho antes, tras el nombramiento de Gorbachov como presidente de la URSS y el inicio de la aplicación de sus planes de supuestas reformas, que en realidad abrieron las puertas al fin del Socialismo europeo y, y esto es lo peor, de los logros sociales y el bienestar de millones de ciudadanos y trabajadores del este del viejo continente (por no hablar de sus efectos en todo el mundo, efectos que cada vez sienten con mayor dureza todos sus trabajadores, en toda Europa, donde muchas de aquellas consecuencias se esconden hoy tras el parapeto de sucesivas "crisis" económicas).

Desde entonces, las tropas de comando infiltradas en Rumania pasaron a crear los conflictos necesarios y a provocar las masivas "manifestaciones espontáneas" que esconderían la intervención extranjera y la perpetración de lo que, en realidad, fue un golpe de estado dirigido desde Moscú y Washington. Todo hay que decirlo, no obstante, también hay que contar con el descontento de gran parte de la población debido a los errores de los gobiernos, en este caso que nos ocupa los de Ceausescu y el PCR, progresivamente más alejados de los trabajadores. Conviene recordar aquí que cuando el espíritu revolucionario está realmente vivo (por ejemplo, en la intervención de 14 potencias imperialistas contra la recién nacida URSS, en lo que se llamó la Guerra Civil o en el intento de invasión de Playa Girón, en Cuba) un pueblo no puede ser derrotado.

La estrategia sigue siendo hoy la misma: provocar manifestaciones violentas en países cuyos regímenes se quieren derrocar, inventar genocidios y matanzas por parte de los gobiernos díscolos, y, si sale bien, clavar las garras sobre los países agredidos bajo la máscara de una revolución popular...

Y en el caso de que no salga tan bien como se planeó, seguir financiando a grupos terroristas, que los medios de propaganda llamaran "Ejercito Libre", y provocar, si es posible, una matanza "humanitaria" o de "liberación" ejecutada y dirigida por la OTAN.

Por último, y dejando de lado el claro papel de Gorbachov como ejecutor principal de la agresión contra su propio pueblo y, de hecho, contra el resto de los pueblos socialistas de Europa y la clase trabajadora en general (bajo la dirección evidente de Washington) hay que subrayar el papel de Milosevic, según comenta en la entrevista Pasarin. 


La moraleja de esta historia protagonizada por Milosevic, si fue realmente así, es evidente: si cometes el error de apoyar al enemigo llevado por desconocidas motivaciones, en este caso facilitando la agresión a Rumania, no creas que vas a convertirte en aliado del agresor, puesto que la barbarie capitalista no conoce ni de amistad, ni de humanidad ni, mucho menos, de paz, sino solamente de saqueo, dominación, y expolio. 

Al final, Milosevic y su pueblo recibieron, poco después, la misma medicina que el propio Ceausescu y los rumanos, y quizás en esos momentos se arrepintiera de haber sido cómplices del golpe de estado de diciembre de 1989 y de haber colaborado con los que nunca podrán ser amigos de ningún pueblo (ni siquiera del suyo propio), y que harán siempre todo lo que sea necesario y posible, incluyendo cometer cualquier crimen por atroz o masivo que sea este, para seguir aumentando sus beneficios y sus privilegios.

La entrevista: 

Como hemos dicho, el coronel Paulian Pasarin fue el jefe del Servicio de Contraespionaje rumano desde 1974 hasta diciembre de 1989.

Este declaró en la siguiente entrevista realizada en 2005, poco antes de morir, que en diciembre de 1989 no hubo ninguna revolución, sino que los acontecimientos que llevaron al derrocamiento de Nicolae Ceausescu y al fusilamiento de este y su mujer, Elena Ceausescu, fueron planificados mucho tiempo antes por la Unión Soviética y Estados Unidos. 

Paulian Păsărin murió en el año 2007, dos años después de realizar la entrevista, y los más apropiados dicen que sus ultimas palabras fueron: "A mi también me lo hicieron pagar". 

Periodista: Señor coronel, ¿Sabía Nicolae Ceausescu lo que se estaba preparando o le tomó por sorpresa la así llamada Revolución de diciembre de 1989? 

Paulian Păsărin: Sobre lo sucedido en 1989 puedo decir la verdad, porque he conocido la cara invisible de los hechos, pero no voy a utilizar el término "revolución", porque no sucedió nada parecido, y voy a explicarle por qué.


Manifestación de apoyo al Socialismo, 21 de diciembre de 1989

Se sabía mucho tiempo antes lo que iba a suceder.. Existían informaciones en los servicios de información, y no de meras posibilidades, sino de previsiones reales. Todo partió de un error de Nicolae Ceausescu.

A finales de los años 70, tras la muerte de Breznev, surgió el problema de quién iba a ser el sucesor en la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética. Entre los posibles sucesores apareció Andropov, que era entonces el jefe del KGB.

Entonces Ceausescu cometió el grave error de aparecer en televisión por propia iniciativa dando su parecer de que no era Andropov el candidato más adecuado para suceder a Breznev en la dirección del partido.

De ahí saltó la chispa, tanto de una parte como de otra, especialmente del lado de Andropov, que finalmente fue designado presidente de la URSS.

Desde ese momento la destitución de Ceausescu estaba decidida.

En plan informativo, un subordinado mío del servicio de información me advirtió de que cada martes y viernes de cada semana, en el bloque de la plaza Aviatorilor, bloque que era una residencia para trabajadores soviéticos, llegaba un autocar o dos con turistas, que se extendieron por Bucarest.

Tras verificar la información constatamos que los turistas se dedicaban a verificar las plazas, las tiendas, pero especialmente el trayecto por el que solía circular Ceausescu.

Estos hombres tenían como objetivo monitorizar las intersecciones y comprobar los problemas de abastecimiento con los que se confrontaba la población, y las mujeres llegaron hasta tal punto de identificar a nuestros chicos del dispositivo e intentaban ligar con ellos. 

Las investigaciones concluyeron que estos grupos formaban parte de una división de la KGB destinada en Basarabia (Republica Moldova). Estos además buscaron posiciones desde las que se pudiera disparar como francotiradores.

En este sentido, es bueno recordar que todas las víctimas de entre la multitud que salió a la calle en diciembre de 1989 fueron disparados desde las azoteas o posiciones altas, según la investigación balística de trayectoria de las balas.

Periodista: ¿Coinciden los edificios en los que merodeaban los supuestos turistas con los que fueron utilizados para disparar en diciembre de 1989? 

P. P.: Sí, los edificios en los que los turistas más se interesaban fueron luego los utilizados para disparar a los manifestantes. Por ejemplo, en los alrededores de la Televisión Nacional fueron instalados aquellos simuladores de sonido, y yo sé de un caso concreto de un tal Popescu, en la calle Zambaccian, que los manejó durante todo el proceso el simulador, y después lo confesó. 

Uno de los agentes del KGB ha contado que usaron los simuladores, y que en la mesa tenía un vaso de agua y una pastilla que debía utilizar en caso de que la acción fracasara y fuera detenido. 

Periodista: ¿Qué se hacía, en concreto, con estos simuladores? 

P. P.: Los simuladores eran de diferentes categorías: de ruido, que imitaban el paso de un tanque, ráfagas de metralleta, explosiones, pero también de efectos luminosos, con puntos de luz que marcaban objetivos de disparo, etc... Pero volviendo a la pregunta inicial, ya se conocia lo que iba a suceder, Ceausescu fue informado de que se planeaba derrocarle.

Por eso, porque conocía lo que se preparaba, no se quedó nunca a dormir en la URSS, cuando allí viajaba, y aceptó que se realizaran maniobras militares del Pacto de Varsovia en Rumanía, ni siquiera que las tropas cruzaran el territorio del país. Las únicas que aceptó fueron las maniobras sobre el mapa.

Muchos han dicho que se trató de una traición de la Securitate, pero esta hizo su trabajo, que era recoger información, verificarla, e informar al presidente sobre lo que sucedía, y nosotros hemos hecho esto.

Debo precisar que yo y mis hombres nos ocupábamos estrictamente de la seguridad del presidente y no teniamos ninguna relación con las tropas del resto de la Securitate nacional. Puede que hayamos sido acusados de que no actuamos cuando tuvieron lugar los acontecimientos, pero debíamos pensar en primer lugar en el país, y después si era bueno o no defender a Ceausescu.

Si hubiera actuado la Securitate, se habría producido una carnicería. Debemos decir que la afirmación de que en Rumania tuvo lugar un genocidio, y que hubo 62.000 muertos, es producto de la desinformación soviética para justificar una posible intervención militar u otra variante puesta en marcha por los soviéticos, si los primeros planes hubieran fracasado.


Se actuó a través de planes de desinformación, de falsos rumores, propaganda difamatoria, a través de Europa Libre y con movilización de hombres, como sucedió en Timisoara o Bucarest.

La realidad era que la gente estaba descontenta por las restricciones producto del pago acelerado de la deuda externa y que era fácil sacarla a la calle. Pero en estas acciones no participaron solo soviéticos, sino también norteamericanos, estos especialmente en las labores aéreas y de telecomunicaciones.

Periodista: ¿Entonces, en concreto, quién y qué se decidió en relación a la suerte de los Ceausescu? 

P. P.: Bush y Gorbachov se reunieron en el verano de 1989 en Malta, y decidieron derrocar a Ceausescu de la presidencia de Rumanía, y que el trabajo debia repartirse entre la URSS (acción terrestre) y EEUU (acciones aéreas y telecomunicaciones).

La red de información, por otro lado, fue ampliada porque, además de los servicios de inteligencia soviéticos y norteamericanos, se colaboró con los servicios de información israelís y serbios.

De hecho, quiero informar a los lectores que el primer partido comunista que rompió relaciones con Nicolae Ceausescu fue la Unión de los Comunistas Yugoslavos, al frente de la cual estaba Milosevic, y que la principal puerta de entrada de tropas de comando en Rumania, las que hicieron estallar los acontecimientos en Timisoara, fue la frontera serbia. 

Periodista: ¿Hemos entendido quienes fueron los actores de este guión, pero cuál era el objetivo, que se pretendía, de hecho, conseguir? 

P. P.: Gorbachov quería la sustitución de Ceausescu y que Rumania aceptara su Perestroika. Es decir, cambiar al presidente y iniciar la apertura, que llevara a un mayor grado de libertad, pero dentro del Socialismo y con un solo partido.

¿Por qué? Porque Gorbachov era el ahijado político de Andropov y fue jefe de la Dirección de Propaganda del KGB, es decir, que actuaba como un profesional. De hecho, en la última reunión de los jefes de estado de los países miembros del Tratado de Varsovia, que tuvo lugar en Moscú, Gorbachov se reunió por separado con cada uno de los representantes, y cuando se reunió con Ceausescu le dijo claramente que tenía que hacer cambios, y que igual que se habían retirado otros (Honecker, Breznev -N.T. creemos que se trata de un error del artículo original-, Jivcov), también él debía marcharse, tras el próximo XIV Congreso del Partido Comunista Rumano.

La respuesta de Ceausescu fue categórica, pues eso era asunto de su partido y de su pueblo, y entonces Gorbachov le amenazó con que iba a borrarle de la faz de la tierra, a lo que Ceausescu respondió también con amenazas, afirmando que "si te inminscuyes en mi país te hago de Rumania un Vietnam como no has visto nunca antes y te exijo que devuelvas el tesoro rumano, la isla de las serpientes, Basarabia, etc...".

El efecto de la discusión se sintió en la reunión general, porque Ceausescu anunció que se había entendido con los jefes de estado y primeros ministros presentes para que la próxima reunión fuera en Bucarest, y Gorbachov desde la presidencia dijo en voz alta: "A ver si llegas a ese día".

Periodista: ¿Fue a la reunión celebrada en Moscú la señal para que comenzaran los acontecimientos de diciembre de 1989? 

P. P.: !Por supuesto! A petición de Gorbachov, se ha iniciado la ofensiva, y debemos clarificar que pasó realmente en Timisoara.

Hablan todos de 42 muertos que fueron asesinados en Timisoara e incinerados en el crematorio de Bucarest. No fueron hombres de Timisoara, sino miembros de las tropas de comando, que disparaban sobre los manifestantes. 

Fueron localizados, disparados y llevados a la morgue. De todos, no ha venido hasta ahora ningún familiar denunciando que habían quemado a uno de los suyos en el crematorio. Ellos eran hombres reclutados años atrás en el extranjero, de derecho rumanos, pero de los que antes no se sabía nada.

Ellos fueron reclutados y preparados en Hungría y entrenados de forma especial. Ellos fueron los que sacaron a los estudiantes a la calle a la fuerza. Muchos tienen miedo de decirlo, pero yo tengo información de primera mano porque recogí la información.

Periodista: ¿A estos hombres de las tropas de comando, quién les disparó? 

P. P.: Los hombres del general Nuţă Constantin, jefe del Inspectorato General de las Milicias, que fue enviado a Timisoara por Elena Ceausescu, porque el presidente estaba de viaje oficial en Irán. Una prueba de que todo esto es verdad es que los húngaros hicieron un monumento a estos 42 muertos de Timisoara en Hungría.

Cuando se marchó de Timisoara, Nuţă tomó con él todos los documentos y pruebas que tenía sobre las acciones que habían tenido lugar, incluyendo grabaciones de video.

Los rusos lo sabían, y estas eran pruebas en su contra, así que interceptaron el tren en el que el general se dirigía a Alba Iulia, le subieron en un helicóptero que, curiosamente, tuvo un accidente y se estrelló, ardiendo dentro tanto Nuţă, como la tripulación y las pruebas sobre los hechos.

Así que, como veis, todo fue puesto a punto, siendo espontáneas solo algunas manifestaciones de la gente en las calles, aunque su salida fuera provocada por los que organizaron todo.

Y esto para que la simulación de revolución disimulara la intervención externa.

http://imbratisare.blogspot.com/2012/08/como-se-construye-una-revolucion.html

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