En este escrito mantenía sus diferencias ideológicas con el exsecretario de Federico Engels, el socialdemócrata alemán Karl Johann Kautsky, y con los mencheviques, de quienes Vladímir entendía que habían falsificado el marxismo, y al mes siguiente escribió otro folleto, titulado Catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla, que criticaba la gestión económica de Alexandr Kérenski y el debilitamiento de su gobierno por los anhelos de la población de retornar a la paz.
El cese de la guerra era un ansia de la población.
La consigna de paz le proporcionó mucha simpatía al partido bolchevique en esos momentos, pero las publicaciones mencheviques Vida Nueva y Voz Popular dudaban que los leninistas alcanzaran y se pudieran mantener el Estado socialista por medio de la dictadura del proletariado, y debido a esto escribió el 14 de octubre ¿Se sostendrán los bolcheviques en el poder?
La dirección del Estado fue alcanzada por los bolcheviques.
Lo más difícil en lo adelante fue mantenerlo con el asedio de mencheviques, eseristas, cadetes, kulaks, capitalistas, el Ejército Blanco y el ejército alemán, que había penetrado en la capital rusa, Petrogrado, y Lenin decidió trasladar el centro capitalino a Moscú, ciudad que era menos vulnerable a los ataques externos, y cuando él se trasladaba el 10 de marzo de 1918 hacia la nueva capital por tren escribió La tarea principal de nuestros días para priorizar las acciones de la revolución.
Preocupado por las transformaciones revolucionarias escribió un folleto de similar tema. Ese escrito fue publicado al mes siguiente con el título Las tareas inmediatas del poder soviético, y en ese mismo mes de abril, el día 15 dictó dos conferencias en Moscú sobre la guerra contra los blancos.
Las contrariedades no solo eran con los enemigos externos al gobierno.
Se sumaba la incomprensión por parte de un ala del partido bolchevique denominada «comunistas de izquierda», encabezada por Nikolái Ivánovich Bujarin, y los eseristas de izquierdas, aliados del gobierno, de la firma de la paz con Alemania, que motivó casi tres semanas posteriores a Vladímir a escribir Acerca del infantilismo «izquierdista» y del espíritu pequeñoburgués.
Él tuvo que bajar el ritmo de su labor teórica. Iniciaban las fuertes jaquecas, y los médicos le prohibieron en setiembre leer libros, pero suerte que los síntomas fueron pasajeros, y en un bimestre posterior escribió La revolución proletaria y el renegado Kautsky, como respuestas a las críticas de Karl Kautsky a la gestión gubernamental leninista.
De todas maneras, el Sovnarkom (el gobierno soviético) se guiaba de una base teórica de métodos de trabajo.
De una iniciativa que nació en los obreros ferroviarios de la línea Moscú-Kazán de proporcionar trabajo voluntario a la revolución surgió un método de aplicación general, llamado «sábados comunistas», que Volodia elogió el 28 de junio de 1919 con su escrito Una gran iniciativa.
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