En el transcurso del día de hoy se hizo viral en redes sociales la denuncia de la supuesta desaparición forzada de la periodista venezolana, Amanda Umek.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) en Venezuela, afirmó que pasadas las 2 de la tarde del pasado día sábado, Umek había salido de su casa y hasta el momento de la denuncia se desconocía su paradero.
El gremio de periodistas publicó unos mensajes amenanzantes (sin aclarar el origen) contra Umek en la red social Instagram, a raíz de unas fotos recientemente publicadas del actor venezolano, Roberto Messuti, que fueron interpretadas como la causa de su desaparición. El razonamiento fue tan automático como falaz: dado que el actor venezolano es chavista, entonces fue el gobierno venezolano quien la secuestró como conclusión de las amenazas recibidas.
#URGENTE | Pasadas las 2 de la tarde del sábado, la periodista @AmandaUmek salió de su casa. Desde entonces no hay noticias de ella. Vea cómo y porqué fue amenazada hace dos días #DondeEstaAmanda #1Abr pic.twitter.com/m2aq73zCCl— SNTP (@sntpvenezuela) 2 de abril de 2019
El rumor sobre la supuesta desaparición forzada fue esparcido con rapidez en las redes sociales, empujado por los "influencers" antichavistas, Naky Soto y Luis Carlos Díaz, quienes dotaron de credibilidad automática la denuncia del esposo de Umek, Rainiero Pedroza.
Pedroza fue enfático al decir que lo que estaba diciendo no era mentira y que su estado de preocupación era "bastante grande".
El rumor sobre la desaparición de esta periodista, comenzó cuando los "influencers" @Naky y @LuisCarlos le dan veracidad a la denuncia del esposo de Umek, quien también le había enviado a @carlaangola un video para explicarle lo ocurrido. pic.twitter.com/y7UNkFA7sJ— Misión Verdad (@Mision_Verdad) 2 de abril de 2019
Responsabilizamos a la dictadura usurpadora de #Venezuela por lo que le pueda pasar a @AmandaUmek desaparecida desde el sábado tras haber publicado información de la corrupción del régimen. Exigimos su pronta aparición #OEAconVzla https://t.co/HNTqPzwaer— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) 2 de abril de 2019
Para ese momento el juicio de la opinión pública, promovido bajo una actuación orquestada, había dictado veredicto: el gobierno venezolano era responsable de la desaparción.
Y fue justamente el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien termino de reforzar esta idea a través de su cuenta Twitter, "responsabilizando a la dictadura usrpuadora" de lo que pudiera pasarle a Amanda Umek.
La gran mayoría de medios venezolanos opositores (Caraota Digital, El Estímulo, etc.) y algunos internacionales que siguen la coyuntura venezolana (NTN 24, La República, entre otros), acataron la línea y se orquestaron para inyectarle verosimiltud al relato de la desparación forzada.
En adelante, se haría difícil contar los voceros políticos y mediáticos del antichavismo que se sumarían a la acusación de que efectivamente Umek fue desparecida por "la dictadura".
A su vez, la tensión generada en redes sociales fue aprovechada como un oportunidad para distraer la atención de lo verdaderamente importante: la decepción del antichavismo y la crisis de credibilidad de su dirigencia ante el evidente desgaste del plan para derrocar a Nicolás Maduro.
Las altas expectativas de un "quiebre rápido" del chavismo mediante una intervención militar estadounidense o multilateral, ha abierto paso a una ola de desencanto y frustración en las bases del antichavismo, a medida que se alejan estas posibilidades en lo inmediato.
Umek también era una oportunidad para reavivar el involucramiento de los países satélites de Estados Unidos en la región, con miras a proyectar la idea que la agenda de sanciones contra Venezuela debe mantenerse para evitar que continúen las "desapariciones forzadas" contra los periodistas.
Por esta razón, la ultra local y regional, representada por María Corina Machado y Luis Almagro principalmente, se adjudicaron el hecho como un caso personal y vital para su esquema de acoso y linchamiento a las instituciones venezolanas.
Después que la periodista Amanda Umek divulgara un video de la buena vida que se da Roberto Messuti en pleno apagón, recibió amenazas y lleva más de 24 hrs desaparecida.— David Smolansky (@dsmolansky) 2 de abril de 2019
La dictadura es responsable de lo que le suceda. pic.twitter.com/mPp6hpBgOe
#URGENTE | Alertamos a la comunidad internacional de la desaparición de la periodista Amanda Umek (@AmandaUmek).— Vente Venezuela (@VenteVenezuela) 2 de abril de 2019
Sus familiares tienen más de 24 horas sin información de su paradero. Amanda fue objeto de amenazas luego de publicar vídeos de Messutti.#DóndeEstáAmandaUmek https://t.co/3yc6KwsMYP
#DenuciaEPl Familiares de la periodista Amanda Umek no han podido comunicarse con ella desde la 1pm del domingo #31Mar, según reporta Rainiero Pedroza, su esposo.@AmandaUmek ha recibido varias menazas de muerte a causa del contenido que publica. pic.twitter.com/MbAiC03nhx— Espacio Público (@espaciopublico) 2 de abril de 2019
EL GIRO Y REACCIONES POSTERIORES
En el transcurso de la tarde, cuando ya el relato estaba cerrado, la periodista Angela Vera hizo girar la historia.
Vera comentó a través de su Twitter que ayer en la tarde tenía información de Amanda Umek, lo que desmontó la versión de su desaparición por parte del SNTP. Umek había comprado un boleto aéreo para salir del país.
Complementó argumentando que Pedroza, esposo de Umek, había mentido al gremio irresponsablemente, estimando que la periodista, al no tener visa estadounidense, estaría en México para pedir asilo en Estados Unidos.
Pedroza esperaba a Amanda en Florida, Estados Unidos, mientras decía más temprano que estaba desaparecida.
En resumen: Umek fingió su desaparición, su esposo la encubrió y los medios y voceros del antichavismo replicaron la mentira.
Tanto es verdad, que comunico que la periodista Amanda @AmandaUmek nos ha jugado sudor y lágrimas. No está desaparecida. Ayer a las 1:30 pm en un chat por WhatsApp de amigas, les comunicó que debía salirse del grupo y que luego les avisarí el porqué.— Angela E Vera Lefeld (@uguelo) 2 de abril de 2019
Amanda compró boleto aéreo: https://t.co/AexFO34dtk
A partir de ese momento, la orquestación de medios y actores políticos quedaría desvelado, en este orden:
La mentirita periodística (Hilo):— Alex Lanz (@alanz) 2 de abril de 2019
Acto 1: El esposo dice que la esposa periodista esta desaparecida
Acto 2: Aquella periodista que se burló del cancer de otros se hace eco (sin averiguar, claro) https://t.co/dl0wcWswie secundado por el monaguillo de la mentirita, su esposo.
Ante el hecho de que efectivamente Umek no estaba desaparecida, surgieron opiniones de rechazo y molestia por haber fingido y haberse aprovechado de los mecanismos de denuncia del gremio.
#ATENCION Periodista @AmandaUmek apareció viva en México, me lo dice su esposo. Corrimos a denunciar su supuesta desaparición y espero que no hayamos sido burlados en nuestra buena Fe. Me alegra que estén bien, Amanda. Explícale al país q pasó. #CasoCerrado— Carla Angola (@carlaangola) 2 de abril de 2019
Que desgracia... que forma tan baja de buscar asilo. Quedará en su conciencia lo q hizo. Mientras tanto aquí seguiremos en la calle informando. Los q salimos a diario nos conocemos y sabemos que no negociamos la ética por un asilo o un favor. https://t.co/bknz8SHmio— Roman Camacho (@RCamachoVzla) 2 de abril de 2019
UNA SITUACIÓN PARA REPENSAR EL PERIODISMO EN VENEZUELAUtilizar los mecanismos para protección de periodistas con fines impropios y para intereses particulares es, además de contrario a la ética, una burla al esfuerzo que el gremio hace para sortear la censura e informar en condiciones de relativa seguridad. Sobre el caso @AmandaUmek pic.twitter.com/5ehNnd9ibO— SNTP (@sntpvenezuela) 2 de abril de 2019
En la historia reciente del periodismo venezolano, en una escala estrictamente profesional, el caso Umek quedará registrado como una demostración de falta de profesionalismo y honestidad.
Tanto para Umek, que se aprovechó de "los mecanismos de protección periodistas" para granjearse un asilo en Estados Unidos, fingiendo una historia mezclada con supuestas amenazas en su contra, como para el propio SNTP y el resto de periodistas del antichavismo, que sin verificar la información dieron como cierta la versión de una desaparición forzada, para luego dar lecciones de lo que no se debe hacer.
Pero en una escala ética, lo de Umek da para repensar el estado actual de crisis del periodismo venezolano.
Por un lado, por la crisis de credibilidad y deformidades en el ejercicio del periodismo que han dejado años de financiamiento estadounidense a través de ONG, medio por el cual se convirtió a los "profesionales de la información" en agitadores políticos y de propaganda, en quienes es imposible confiar.
En síntesis: ni a Umek, ni a quienes propagaron la mentira y luego echaron para atrás, les interesa lo que la sociedad piense de ellos, pues su actividad no depende de la relación con los usuarios.
Ese narcisismo extremo, combinado a la financiación de Estados Unidos que le quitó la categoría de trabajo al periodismo, condenó esta profesión al fracaso en Venezuela.
En otro orden, de mucha mayor gravedad, con el caso Umek se hace visible cómo esa metamorfosis inducida y bien financiada disolvió las reglas básicas de funcionamiento del periodismo, haciendo del acceso de la información no un derecho, sino un acto de neurosis, histeria y preocupación constante para la sociedad.
Un objetivo de guerra.
Nunca antes habían estado tan desnuda la muerte del periodismo en Venezuela.
http://misionverdad.com/La-Guerra-en-Venezuela/caso-amanda-umek?fbclid=IwAR1A23vHBSLX9I-mwTObULxNen_5JWQ6p6l75-uIQ-_AI2uOC0PERFbOxeE