Los partidos políticos mesoamericanos y caribeños reunidos en la ciudad de Managua, República de Nicaragua, durante los días 19, 20 y 21 de febrero de 2019, nos pronunciamos en defensa de los principios de independencia, soberanía y autodeterminación, en solidaridad con el hermano Pueblo y gobierno constitucional y legítimo del compañero Presidente, Nicolás Maduro.
La Venezuela bolivariana, impulsora de importantes cambios revolucionarios y
transformaciones sociales en toda nuestra América Latina y Caribeña en el presente siglo,
se
encuentra en estos momentos bajo el
asedio intervencionista del imperialismo norteamericano, que amenaza con una invasión militar que liquidaría la paz que con tanto
esfuerzo hemos logrado forjar en nuestro continente, llevándonos al enfrentamiento militar más allá de las fronteras
venezolanas
y por consiguiente, imponiéndonos la
inestabilidad y el caos en la región, pues como dijo Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno es la paz, y ante semejante atropello
no cabe duda de que a nuestros Pueblos no les
quedaría más opción que el levantamiento armado en contra de la agresión
imperialista y
en
consecuencia, en contra de los gobiernos que defiendan los intereses del criminal
invasor.
Ante la peligrosa situación a la que nos ha llevado la irracional arremetida de los enemigos
de la humanidad, hacemos un llamado a las fuerzas políticas y movimientos sociales del
mundo que se oponen a la hegemonía imperialista,
a expresarse y movilizarse apelando a
mecanismos de lucha superiores orientados a frenar las acciones bélicas que amenazan a
nuestros Pueblos con
el
genocidio, la destrucción
y el saqueo.
Los Estados Unidos, con su prepotencia e injerencismo característicos, secundado
por
gobiernos títeres, en varios casos surgidos de golpes de Estado y que asumen
en
estos tiempos el papel de las viejas dictaduras militares al servicio de los intereses hegemónicos
de la potencia norteamericana, se arrogan el derecho de nombrar un presidente espurio en Venezuela, a pesar de que el Pueblo venezolano eligiera el
20 de mayo de 2018 al compañero Presidente Nicolás Maduro
con
el 67.84% de los votos del total de los votos, en un proceso electoral
que pretende ser desconocido por sobre la voluntad de las
venezolanas y los venezolanos, a quienes se busca doblegar a partir de la imposición de
criminales sanciones coercitivas unilaterales en lo
político-diplomático y lo
económico-
financiero, así como a través de una feroz campaña comunicacional antibolivariana.
Asimismo, Estados Unidos con el apoyo de la oligarquía local, lleva a cabo
una
brutal guerra económica y financiera contra Venezuela, con
el objetivo de destruir a la
Revolución Bolivariana y apoderarse del petróleo y los cuantiosos recursos naturales de ese país.
Somos Mesoamérica y el Caribe, bastión de revoluciones triunfantes en el
corazón de
Nuestra América, una región cuya proximidad geográfica a la potencia imperialista del norte la convierte en una espina clavada en el ojo de ese monstruo
al
que se refirió el
prócer de Cuba y América, José Martí, cuando dijo que había vivido en sus entrañas, para
luego
declarar en
su
última carta, que la lucha por él librada era para impedir a tiempo
con
la independencia de Cuba, que los Estados Unidos se extendieran por las Antillas y
cayeran con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América. Se trata de los mismos
Estados Unidos que el Libertador Simón Bolívar, con increíble anticipación a su época,
vislumbró destinados por la providencia a plagar a la América de miserias en nombre de la libertad; esa potencia imperialista a la que en palabras del General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, debemos enfrentar en una firme acción de masas a escala continental y mundial.
La Revolución Mexicana, la Revolución
Cubana, la Revolución
Sandinista y la
Revolución Bolivariana,
todas en nuestra región mesoamericana y caribeña, marcaron en
el
hemisferio occidental un antes y un después en la lucha de los Pueblos por su plena
emancipación y
son
ejemplo en el mundo entero, junto a otras experiencias revolucionarias en otros continentes, de cómo
es posible alcanzar la libertad y
la justicia
cuando se lucha con firmeza,
heroísmo, sabiduría y unidad.
Guatemala en los años cincuenta con el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz; República
Dominicana en
los años sesenta con
la
invasión norteamericana enfrentada heroicamente
por los combatientes patrióticos bajo el mando de Francis Caamaño; Grenada en los años ochenta con el
derrocamiento y asesinato del
Presidente Maurice Bishop, y posterior invasión, como la sufrió también después Panamá, donde años antes el
General
Omar
Torrijos había logrado victoriosamente la defensa de la soberanía
al recuperar el
control
del Canal; Honduras a inicios del
presente siglo con el golpe de Estado al
gobierno del
Presidente Manuel
Zelaya;
son
muestras palpables en nuestra región, de
cómo el
imperialismo ha intervenido para frustrar los procesos democráticos, libertarios y
revolucionarios en nuestro continente,
auténticamente surgidos de la rebeldía y ansias de libertad de nuestros Pueblos, así como más allá de nuestra región, al
sur
de nuestro continente, fue derrocado
con un cruento
golpe de Estado patrocinado por la CIA, el
recordado y heroico Presidente chileno Salvador Allende, quien entregó
la vida en
defensa de su pueblo.
La lucha armada revolucionaria en Guatemala y El Salvador fueron ejemplo de la
capacidad de resistencia del movimiento revolucionario en defensa de los intereses populares, alcanzándose como producto de esa lucha, espacios democráticos y de participación
popular que en
el
caso de El Salvador significó la transformación
de la guerrilla inspirada en el gran luchador revolucionario Farabundo Martí en una de las principales
fuerzas
políticas
del país, accediendo al gobierno durante dos
períodos
presidenciales consecutivos. Las formidables jornadas de lucha popular en
Costa Rica contra las políticas neoliberales en los años noventa y en el presente siglo, y la lucha por
la independencia de Puerto Rico han sido ejemplo de combatividad y heroísmo frente a
la
dominación imperialista.
Enfrentándonos como siempre a la más poderosa potencia económica y militar que haya existido jamás, los Pueblos de Mesoamérica y el Caribe decimos una vez más PRESENTE en la lucha patriótica y revolucionaria por la paz, la libertad, la justicia, la independencia, la soberanía y la autodeterminación, y por intermedio de las fuerzas políticas que en esta región representamos esa lucha popular de nuestra América Latinocaribeña, RECHAZAMOS Y CONDENAMOS el injerencismo norteamericano en los asuntos internos de Venezuela, así como los ataques y amenazas a la Patria de Bolívar y Chávez, incluyendo las amenazas de intervención y la cruenta guerra económica y financiera, cuyos promotores de manera hipócrita aparecen ahora con una supuesta ayuda que nada tiene de humanitaria, al ser ellos los causantes de las dificultades económicas en ese país, cuyo pueblo y gobierno, bajo la conducción del compañero Presidente Nicolás
Maduro, han sabido sortear la criminal arremetida imperial.
Respaldamos las acciones llevadas a cabo por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro
en defensa de la paz, la democracia, la justicia social y
la
independencia de Venezuela y
con
ella, la de todos nuestros Pueblos,
frente a las agresiones de todo tipo promovidas por quienes se creen amos del mundo. En este sentido, respaldamos el desarrollo del programa
de recuperación, crecimiento y prosperidad, que
es
la única esperanza para el Pueblo venezolano de un futuro
con
la mayor suma de felicidad, así como
también
saludamos y
apoyamos la sólida unión
cívico-militar en defensa de la Paz, la Patria y
la
Revolución.
Sólo con la UNIDAD e INTEGRACIÓN,
la
activa participación del PODER POPULAR y la profundización de nuestra ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL podremos
librar todos juntos, los Pueblos de la región mesoamericana y caribeña, y en general de
todo el continente, la lucha victoriosa en defensa de la plena INDEPENDENCIA y
SOBERANÍA, así como de la PAZ y las grandes CONQUISTAS REVOLUCIONARIAS alcanzadas con el concurso de los Pueblos de la GRAN PATRIA LATINOCARIBEÑA que soñaron Simón Bolívar, Emiliano Zapata, José Martí, Augusto C. Sandino, Ernesto
Che
Guevara y los Comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, entre otras y otros próceres de NUESTRA AMÉRICA.
Finalmente, llamamos a nuestros Pueblos a
defender por todos los medios a
nuestro
alcance y de todas las formas que sea necesario la
dignidad e independencia de nuestra Gran Patria Latinocaribeña.
¡VIVA LA UNIDAD DE NUESTRA AMÉRICA!
¡VIVA LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!
Managua, 21 de febrero de 2019, a 85 años del paso a la inmortalidad del General Augusto
C.
Sandino.