PS: Publiqué esta nota con el título “SUBMARINOS: La posibilidad de que lo encontrado sea un U-Boot de la Kriegsmarine” apenas recibí la primera noticia de que se había encontrado un pecio que parecía ser el del ARA San Juan, lo que luego habría de confirmarse.
Muchos me han criticado por echar las campanas al vuelo sin esperar, pero es que se trató de una oportunidad única de tener quien escuche lo que para los estudiosos es un secreto a voces: que hay varios submarinos alemanes hundidos por sus tripulaciones cerca de la costa durante aquellos meses de la mitad de 1945.
Entonces la guerra en Europa había terminado pero aun no se habían arrojado bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Eran las vísperas del 17 de Octubre y el nacimiento oficial del peronismo cuando ya el nazismo había sido derrotado. Se trata de un tema que abordé junto a Carlos De Nápoli en Ultramar Sur, la última operación secreta del Tercer Reich.
Tema que siempre ha sido encubierto por la Armada, al punto de que presionó y obtuvo durante el gobierno kirchnerista que se lo declarase “secreto de Estado” a la “Operación Calypso” ordenada por el presidente Menem y que buscó oficialmente esos pecios en las cercanías de la Caleta de los Loros (Río Negro) y otros sitios.
Lo que la tragedia del ARA San Juan ha dejado claro es que si no se encuentran esos pecios (aunque estén fragmentados y tapados por la arena) es porque no se quiere, ya que hay capacidad técnica de sobra para hallarlos. Ahora si, los dejo con la nota de marras:
Si es verdad que la nave de más de sesenta metros de eslora es un submarino explosionado y se encuentra cerca de la costa, tal como dicen, podría tratarse de uno de los varios submarinos alemanes (U-Boote) que fueron dinamitados por sus tripulantes en el acto de desembarcar clandestinamente en la costa marítima argentina luego de que finalizara la Segunda Guerra Mundial en Europa y antes de la rendición de Japón, es decir a mediados de 1945, tal como se narra en Ultramar Sur. La última Operación Secreta del Tercer Reich, al que creo mi mejor libro.
Aquella fue una operación planeada para traer a estas playas a Hitler y su entorno, y hay algunos investigadores (especialmente Abel Basti) que se han dedicado a probar que, efectivamente, Hitler sobrevivió a la caída de su bunker berlinés y llegó a radicarse en la Patagonia argentina, pero lo seguro es que no vino ni en los dos submarinos (U-530 y U-977) que se entregaron en la Base Naval de Mar del Plata ni en los varios que desistieron de hacerlo y desembarcaron clandestinamente.
Siguiendo el rastro de Hitler, mi compañero Carlos De Nápoli y yo, revivimos y profundizamos la investigación del comandante de la Marina Brasileña Roberto Gomes Cándido y la profundizamos hasta probar que en su trayecto, el U-977 torpedeó al crucero brasileño Bahía, una tragedia que tuvo más víctimas que la de nuestro crucero General Belgrano, pero que fue cuidadosamente ocultada, entre otras razones porque el rescate emprendido por la Marina de Brasil fue tardío e ineficiente, por lo que la mayoría de las víctimas no lo fueron por la explosión, sino que murieron de sed e insolación boyando a la deriva en el océano ecuatorial en botes de salvamento que carecían de suficiente agua potable y lonas proveedoras de sombra.
A mi juicio insólitanemente, la desaparición del ARA San Juan no consiguió que Ediciones B (que para entonces había sido absorbida por lo que antes era Sudamericana y hoy es el pulpo Penguin-Ramdom House-Mondadori) reeditara Ultramar Sur. Por el contrario, me informaron que no opondrían ningún obstáculo si lo quería publicar por otra editorial.
Debajo, tapa y contratapa de la última edición y un hallazgo sorpresa, parte de una historieta llamada Ultramar Sur que acabo de encontrar. No conozco a su autor, Humberto Miranda.