El 14 de septiembre de 1856 se libró la batalla de San Jacinto, en la que un puñado de patriotas nicaragüenses mal armados enfrentaron victoriosamente a los filibusteros gringos encabezados por William Walker, quien se proclamó Presidente de Nicaragua, restableció la esclavitud y declaró el inglés como idioma oficial.
El gobierno espúreo de Walker fue reconocido oficialmente por el gobierno de Estados Unidos, que pretendía apoderarse de nuestro país debido a su ubicación geográfica, idónea para construir un Canal Interoceánico.
En esa batalla, en la que los invasores fueron derrotados, se destacó el Sargento Andrés Castro, quien al quedar sin municiones atacó a las tropas enemigas a pedradas.
Los filibusteros de William Walker fueron traídos a Nicaragua por políticos a quienes no les importaba que su patria fuera invadida y ultrajada con tal de ver derrotados a sus adversarios.
Esta fue la primera intervención militar norteamericana en Nicaragua. Muchos años después de ser expulsado y derrotado Walker las tropas norteamericanas volvieron a Nicaragua, en 1912, esta vez en auxilio de los conservadores, el otro grupo político, rival del que trajo a Walker, que fue el de los liberales, de manera que ambos partidos políticos, liberales y conservadores, trajeron en ocasiones diferentes a los gringos para que les ayudaran a derrotar al bando contrario.
El objetivo de los gringos en esta segunda intervención era impedir que Nicaragua construyera el Canal Interoceánico con capital europeo, pues ellos ya tenían el Canal de Panamá.
En esta ocasión los invasores fueron enfrentados por el General Benjamín Zeledón, quien cayó heroicamente en la lucha.
Acababan de irse los norteamericanos cuando en 1927 volvieron a intervenir (por tercera vez), siendo enfrentados entonces por el General Augusto C. Sandino, quien con su pequeño ejército y su gloriosa bandera roja y negra logró la expulsión de los invasores tras una guerra de siete años, en la que las armas de las tropas invasoras eran bendecidas por el obispo de Granada antes de ir al combate.
Esta es la razón por la que los apátridas terroristas de la derecha golpista y los fariseos disfrazados de obispos quieren hacer desaparecer la bandera roja y negra, pero esa bandera es ondeada hoy con más orgullo que nunca por el pueblo consciente y los nicaragüenses que amamos a nuestro país.
En 1934, al años siguiente de haber derrotado a las tropas gringas, Sandino es asesinado a traición por órdenes del gobierno norteamericano, en un plan organizado por Anastasio Somoza García, el fundador de la dinastía somocista.
Más de cuarenta años después los continuadores de la lucha de Sandino alcanzaron el triunfo, organizados en el FSLN.
Entonces los gringos volvieron a hacer la guerra contra Nicaragua, en la década de los ochenta del siglo XX, organizando, entrenando y financiando un ejército contrarrevolucionario y causando decenas de miles de muertes, así como grandes daños a la economía del país.
Ahora, los politiqueros libero-conservadores con sus perritos falderos, los ex sandinistas traidores, vuelven a pedir la intervención norteamericana y con ese objetivo acuden a los políticos y gobernantes gringos para que castiguen a nuestro país con la NICA-ACT y de ser posible, invadan con sus tropas nuestro suelo patrio.
Igual que Walker y tal como ha sucedido en todas las intervenciones gringas, estos malos hijos de Nicaragua se han dedicado en meses pasados a quemar y destruir, pero son aún peores que las bestias de Walker y los marines que vinieron después, porque a diferencia de éstos, es su propio país el que destruyen.
Este 14 de septiembre, día de fiestas patrias en homenaje a la Batalla de San Jacinto, nuestro pueblo pone su frente en alto ante a los nuevos filibusteros gringos y sus peleles vendepatria de la derecha golpista, bendecidos otra vez por ciertos obispos y que fieles a su tradición, ponen sus mezquinos intereses políticos por encima de la soberanía de su patria, a la que desean ver invadida y ultrajada para lograr sus nefastos propósitos, pero los sandinistas y todos los nicaragüenses patriotas no se lo permitiremos, y por eso #NoPasaran y #NoPudieronNiPodran.
Carlos Fonseca Teran