Los servicios secretos del Reino Unido están vinculados con la reciente intoxicación del exespía ruso Serguéi Skripal, ya que esto beneficia tanto a Londres como a Washington e incluso a Kiev, declaró a Sputnik Nikolái Kovaliov, ex jefe del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB).
"Si tomamos en cuenta una serie de muertes de traidores que ocurrieron en el territorio de Inglaterra, me da la impresión de que —esa es mi opinión— los británicos se aprovechan de los traidores, después de lo cual los sacrifican y luego afirman que fue Rusia quien lo hizo", explicó Kovaliov.
El también miembro del Comité de Seguridad de la Duma Estatal de Rusia subrayó que los servicios secretos británicos podrían tener algo que ver en este crimen, ya que los exagentes están totalmente controlados por los servicios especiales.
Kovaliov destacó que el atentado contra Skripal "dañó" a Moscú, mientras que el Reino Unido y EEUU son los países a los que beneficia este incidente. En cuanto a Ucrania, también está interesada en presentar a Rusia como un "país agresor".
En lo que respecta a las acusaciones por parte de Londres, Kovaliov las calificó de "locura", ya que sería absurdo para Moscú "esperar 14 años para vengarse de Skripal y luego —en víspera de las elecciones presidenciales— perjudicar políticamente a la Federación de Rusia".
"Para hacerlo, hay que ser una persona rara y estar mal de la cabeza", concluyó el exlíder del FSB.
El 4 de marzo, la Policía británica encontró a Skripal y a su hija, de 33 años, inconscientes en un centro comercial de Salisbury.
La primera ministra británica, Theresa May, calificó de "altamente probable" que Moscú estuviera detrás del envenenamiento de Skripal con un agente nervioso "de grado militar de un tipo desarrollado por Rusia" y dio de plazo hasta el 14 de marzo para que el Kremlin presentase una explicación.
A su vez, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, tildó de "disparate" acusar a Moscú de estar implicado en el caso y ofreció colaboración para investigar los hechos.
Skripal fue reclutado por la agencia secreta británica MI6 cuando servía en el Ejército ruso en la década de los 90, donde ejerció como agregado militar en España.
En 2006, un tribunal ruso le condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero.
Cuatro años después, fue canjeado junto con otros dos individuos condenados por espionaje por 10 personas detenidas en EEUU.