En su carta a los obreros latinoamericanos de febrero 1930, Sandino comenta que la red sindical de los partidos comunistas constituyen piezas importantes en la lucha contra el imperialismo norteamericano.
Sandino, en este sentido, llegaba a la misma conclusión que una buena parte del movimiento de trabajadores en todo el mundo: ante la embestida general del capital -y de los estados unidos en Nicaragua- no podía despreciarse el apoyo del frente internacional representado por la cada vez mas influyente Tercera Internacional, dirigida por el Partido Comunista de la Unión Soviética.
Por lo demás, en estos meses y hasta 1931, los partidos comunistas y afiliados sindicales en el mundo tenían la orientación de prestarle reconocimiento y apoyo a la lucha que se libraba en Nicaragua, principalmente a través de las Ligas Antiimperialistas.
Quizá Sandino se siente en la necesidad de corresponder al hecho que el VI Congreso de la Internacional Comunista (1928) destaca por vez primera la lucha en las Segovias, suscitando amplia discusión, entusiasmo y solidaridad.
En su informe al congreso el delegado del partido comunista de la Unión Soviética critica a los partidos comunistas de estados unidos y del continente latinoamericano por lo limitado de las campañas contra la intervención norteamericana en Nicaragua.
La resolución final del congreso convocó a dar respaldo mas afectivo a la lucha anti-imperialista del General Sandino.
Se trata también de no permitir a otras fuerzas rivales, que asumieran un papel de vanguardia que, ante la enorme simpatía popular generada por sandino internacionalmente, también redundaría en el fortalecimiento y crecimiento de los partidos comunistas locales.
Se decide entonces que los movimientos de liberación nacional debían ser dirigidos por los militantes del partido comunista, y por nadie mas.
Vehementes compromisos de apoyo salieron del II Congreso Anti-imperialista Mundial, realizado en Frankfurt, Alemania, al cual sandino dirige un mensaje de reconocimiento.
También se dieron resoluciones de apoyo en la primera conferencia de los partidos comunistas latinoamericanos, reunida en Buenos Aires, en julio de 1929, paralelamente a la reunión de Frankfurt.
En Argentina se exhorto a los comunistas, a la clase obrera y a los pueblos a desplegar la mas combativa solidaridad con las guerras nacionales liberadoras como la encabezada por sandino en Nicaragua.
Nada de lo anterior resultaba incompatible ni con la filosofía personal de Sandino ni, mucho menos, con la necesidad estratégica de la lucha de contar con amplia resonancia internacional.
Para Sandino todo formaba parte de la tesis "Frente único", aprobada incluso por la Tercera Internacional en 1921 y aplicada en América latina, y en otras partes hasta 1928.
Conforme la tesis, los comunistas eran llamados a trabajar de manera conjunta con otras organizaciones, en tanto el proletariado no se planteaba la tarea inmediata de conquistar el poder, sino a fortalecer sus posiciones y promover la unidad en la base sin exclusiones para rechazar la ofensiva del capital contra los movimientos anti-imperialistas.
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