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Cristo, el último Dios Solar.


El nacimiento de Jesucristo ha sido por milenios sujeto de debate y discusión, apenas centurias atrás era innegable que hace cerca de dos mil años nació un niño al que pusieron Jesús en la ciudad de Belén, incluso en mi infancia no se nos permitía cuestionar aquello, la primera verdad que nos enseñaban era ésa, el nacimiento de Jesús un 25 de diciembre, no lugar a cuestionamientos.
Es ahora, en esta era de la investigación donde se ha puesto en tela de duda no solo el nacimiento de un niño llamado Jesús un 25 de Diciembre, sino, incluso la existencia de alguien llamado Jesús que cumpla con todas las características del mito judeocristiano. Llegamos de aceptar algo como una verdad absoluta a dudar por completo de su existencia.

A partir de la duda naciente por este personaje muchas teorías se han vertido, muchas, demasiadas, pero las que más aceptación ha tenido en los últimos años es la teoría del “Jesús Solar”; esta teoría clama que la vida de Jesús de Nazareth no es más que una alegoría astronómica presente en todas las culturas de la humanidad y existente hace milenios. La teoría nos habla del ‘Sol Invictus’

Sol Invictus fue un título religioso dado a tres divinidades solares en la era del Imperio Romano: Mithra (Persia), Sol [Helios], El-Gabal (Siria), en el intento de varios emperadores por darle al Imperio un solo dios al que pudieran adorar todas las culturas y civilizaciones conquistadas.

 Lo más lógico, por supuesto, era darle el título de único y verdadero dios a un dios solar, al estilo de los Egipcios. Las celebraciones de este Sol Invictus tomaban forma en El Festival del Nacimiento del Sol Inconquistado (Dies Natalis Solis Invicti) que se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, en alusión al “renacimiento” del sol. Este Festival corría desde el 22 al 25 de diciembre. (wiki)

Junto al Sol Invictus se celebraban Las Saturnalias, fiestas en honor al dios Saturno (Cronos) se celebraban del 17 al 23 de diciembre, en honor al fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz (Sol Invictus), el 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). 

Estas Saturnalias eran la gran celebración del año, no se celebraba simplemente el fin de las cosechas también se celebraba la igualdad; durante estas fiestas, se suspendía el poder de los amos sobre sus esclavos, y éstos tenían derecho a hablar y actuar con total libertad. 

No se respiraba más que placer y alegría: los tribunales y las escuelas cerraban, no estaba permitida la guerra ni la ejecución de criminales, ni ejercer otro arte más que el de la cocina, se intercambiaban regalos y se daban suntuosas comidas.

 Además, todos los habitantes de la ciudad dejaban de trabajar: ¿Les suena familiar algunas de éstas?, como podrán adivinar el Festival del Sol Invictus y las Saturnalias más tarde se conocerían como Navidad.

‘Pero, pero, las escrituras claramente dicen que Jesús nació un 25 de diciembre en la ciudad de Belén’ Falso, querido, amigo, como ya es de conocimiento público La Biblia jamás menciona hechos concretos sobre Jesús, y mucho peor la fecha exacta de su nacimiento. 

Se adoptó el 25 de Diciembre como la fecha de su nacimiento 300 años después de su muerte, cuando el emperador Constantino permitió el cristianismo en el Imperio romano, después de haber sido perseguido por el Imperio desde tiempos de Nerón. 

Y se adoptó aquella fecha porque se trataba de una fecha pagana popular, y si se deseaba hacer popular al cristianismo debía iniciarse por reemplazar los festivales más populares, y qué mejor que poner el nacimiento de Jesús en la misma fecha que el nacimiento del Sol Invictus, fue una movida maestra.

Paulatinamente fueron reemplazando las fechas de celebraciones “paganas” con cristianas hasta eclipsarlas completamente en el Siglo V después de Cristo.

Ahora bien, siguiendo la lógica astronómica y astrológica de la celebración del Sol Invictus, qué pasaría si adecuamos toda la vida de Jesús a diferentes eventos astronómicos que cada cultura consideraba relevante. He aquí la vida de Jesús como una alegoría astrológica.

Antes un pequeño paréntesis sobre el origen de las constelaciones y el zodiaco. El origen de nuestro zodiaco occidental se remonta a la antigua Sumeria.

 Este pueblo dividió al cielo en 12 segmentos (12 número del cosmos, del orden: 4 elementos, 3 modalidades, 6 polaridades) basados en el número de ciclos lunares relevantes en el año, marcados por los solsticios y equinoccios, es decir, nuestro zodiaco -llamado zodiaco tropical- corresponde a las estaciones y no al espacio sideral (por eso nuestro zodiaco jamás podría tener un décimo tercer signo como Ofiuco, pero ésa es otra historia).

Esta correlación entre nuestro zodiaco y las estaciones vemos que el Sol entra en Aries cuando el sol cruza el ecuador celestial en marzo; es decir, en el equinoccio de primavera.

El sol entra en Cáncer el momento que el sol alcanza el trópico de Cáncer en Julio; es decir, en el solsticio de verano.

El sol entra en Libra el momento en que el sol cruza el ecuador celestial en Septiembre; equinoccio de otoño.

El sol entra en Capricornio cuando el sol alcanza el Trópico de Capricornio en Diciembre; solsticio de Invierno

Aclarar también que los nombres de nuestras doce constelaciones tienen relación directa con la acción o elemento relevante de cada temporada, es así como cada cultura ha identificado sus constelaciones con nombres diferentes de acuerdo a las necesidades o acción clave que cada estación representaba.

 Tomemos por ejemplo a la constelación de Acuario, no se parece en nada al buen Ganímedes y su vasija de agua, pero la imaginación es grande, y el factor principal de bautizar a aquella constelación con ‘el aguador’ se debe a que cada año, cuando esas estrellas que conforman esta constelación están justo por encima del horizonte, siempre llueve. 

Por lo tanto la población comenzó a identificar ese sistema de estrellas con la lluvia, y eventualmente las personificaron esas como un individuo que vierte una jarra de agua sobre la tierra.

Ya que estamos en éstas pues pongamos en claro de una vez el significado estacionario que le dieron los habitantes del hemisferio norte a nuestro zodiaco, el origen de las 12 constelaciones;

Aries es representado como el Ram / Cordero porque marzo / abril es la época del año en que nacen los corderos.

Tauro es el Toro porque abril / mayo es el tiempo para arar y cultivar.

Géminis son los gemelos, llamados por Castor y Pollux, las estrellas gemelas en su constelación, así como porque mayo / junio es el momento del “aumento” o “duplicación” del sol, cuando alcanza su mayor fuerza.

Después de que el sol alcanza su fuerza en el solsticio de verano y comienza a disminuir en Cáncer (junio / julio), las estrellas eran comparadas al Cangrejo ya que “retroceden”.

Leo es el León porque, durante el calor de julio / agosto, los leones en Egipto salían del desierto caluroso.

Virgo, originalmente la Gran Madre Tierra, es la “Virgen que sostiene una vaina de trigo”, simboliza agosto / septiembre, el tiempo de la cosecha.

Libra (septiembre / octubre) es el equilibrio, refleja el equinoccio de otoño, cuando los días y la noche son iguales en duración.

Escorpio es el Escorpión porque en las zonas desérticas las feroces tormentas de octubre / noviembre se las llamaba “escorpiones” y porque estas tormentas parecían producidas por el aleteo incesante de aves gigantes, de ahí que el signo de Escorpio también sea simbolizado por el Águila y el Fénix. Es en esta época el sol empieza a menguar.

Sagitario es el “arquero vengativo” que hiere lateralmente y debilita el sol durante su acercamiento en noviembre / diciembre hacia el solsticio de invierno.

En Capricornio, el sol debilitado se encuentra con la cabra que embiste y arrastra a nuestro sol en diciembre / enero permaneciendo por debajo de su cenit.

Acuario, como ya se explicó es el Aguador porque enero / febrero es la época de las lluvias de invierno.

Piscis es representado por los Peces porque Febrero / Marzo es el momento en que se rompe el hielo de los lagos y ríos, e inicia la época precisa para la pesca.

Dispensen por favor este largo paréntesis pero valía la pena aclarar ciertos puntos además que aproveché para discurrir este tema de las constelaciones que tanto deseaba compartir.

Ahora pasemos a revisar algunas de las características que Jesús comparte con el resto de ‘dioses solares’ o simplemente con El Sol y todos sus avatars que el hombre se ha encargado de popularizar;
El sol “muere” durante tres días en el solsticio de invierno, para nacer de nuevo o resucitar el 25 de diciembre.

El sol de Dios es “nacido de una virgen”, se refiere a la luna nueva o “virgen”, la constelación de Virgo.

El “nacimiento” del sol es asistido por la “estrella brillante”, ya sea Sirius / Sothis o el planeta Venus, y por los “Tres Reyes”, que representan las tres estrellas en el cinturón de Orión.

El sol en su cenit, o al mediodía, está en la casa o templo celestial del “Altísimo”; Así, “él” comienza “la obra de su Padre” a la edad de doce años. Maxwell relata: “En ese momento, a lo largo de la historia, todo Egipto ofrecía oraciones al Dios Altísimo, el dios por sobre todos los dioses.

El sol entra en cada signo del zodíaco a 30° (30 años de Jesús)… el Sol de los cielos visibles se ha movido hacia el norte a 30 ° y se encuentra en la puerta de Acuario, el Portador de Agua o Juan el Bautista del planisferio místico.

El sol es el “carpintero” que construye sus “casas” diarias o 12 divisiones de dos horas.

Los “seguidores” del sol o “discípulos” son los 12 signos del zodíaco, a través de los cuales el sol debe pasar.

*El sol es “ungido” cuando sus rayos se sumergen en el mar.

El sol “cambia el agua en vino” creando lluvia, madurando la uva en la vid y fermentando el jugo de uva.

El sol “camina sobre el agua”, refiriéndose a su reflejo.

El sol “calma el mar” mientras él descansa en el “bote del cielo”. (Mt. 8: 237)

Cuando el sol es anual y mensualmente renacido, trae vida a la “momia solar”, su yo anterior, levantándola de entre los muertos.

El sol triunfalmente “monta un asno y su potro” en la “Ciudad de la Paz” cuando entra en el signo de Cáncer, que contiene dos estrellas llamadas “asnos pequeños”, y alcanza su plenitud.

El sol es el “León” cuando en Leo, la época más calurosa del año, se llama el “trono del Señor”.

El sol es “traicionado” por la constelación del Escorpión, la época del año en que el sol pierde su fuerza.

El sol es “crucificado” entre los dos ladrones de Sagitario y Capricornio.

El sol está colgado en una cruz, que representa su paso a través de los equinoccios, el equinoccio de primavera es la Pascua.

El sol se oscurece cuando “muere”: “El dios solar como el sol de la tarde o del otoño fue el sol agonizante, moribundo, o el sol muerto enterrado en el mundo inferior”.

El sol hace un paso dudoso en el solsticio de invierno, sin saber si volver a la vida o “resucitar”.

El sol está con nosotros “siempre, hasta el fin del mundo” (Mt. 28:20), refiriéndose a las edades de la precesión de los equinoccios.

El sol es la “Luz del Mundo”, y “viene sobre las nubes, y todo ojo lo verá”.

El sol que se levanta por la mañana, es el “Salvador de la humanidad”.

El sol lleva una corona, “corona de espinas” o halo.

El Sol fue llamado “Hijo del Cielo (Dios)”, “El que todo lo ve”, “Consolador”, “Sanador”, “Salvador”, “Creador”, “Preservador”, “Gobernador del Mundo” “Dador de Vida Diaria”.

El sol es la Palabra o Logos de Dios.

El sol que todo lo ve, u “ojo de Dios” era considerado el juez de los vivos y muertos, aquel que regresará a la Tierra “sobre un caballo blanco”.

Muchas de estas características ya han sido mencionadas en documentales, libros y demás, y podríamos ir por toda la vida “conocida” de Jesucristo y darle un significado astronómico.

Veamos más adelante cómo el mito solar fue trasladado al mito cristiano- Para ello, también estaremos siguiendo los movimientos anuales del sol a través del zodíaco;

Según la leyenda, Jesús nació en un establo entre un caballo y una cabra, símbolos de Sagitario y Capricornio.

Fue bautizado en Acuario (Juan Bautista), el Portador de Agua.

Él eligió a sus primeros discípulos, pescadores, en Piscis, el signo de los peces.

Se convirtió en el Buen Pastor y el Cordero en Aries, el Ram.

Jesús contó las parábolas de la siembra y labranza de los campos en Tauro, el Toro.

En Cáncer, “el mar celestial de Galilea”, calmó la tormenta y las aguas, habló de retrocesores (el Cangrejo), y montó el asno y el potro en triunfo en la Ciudad de la Paz, Jerusalén.
Jesús era el León en Leo.

En Libra, Cristo era la vid verdadera en el Jardín de Getsemaní, el “lagar”, ya que este es el tiempo de la vendimia (recolección de uva).

Jesús fue traicionado por Judas, el “difamador”, asociado con Escorpio por el ataque con su cola ponzoñosa ‘a traición’.

En Sagitario, Jesús fue herido en el costado por el centauro.

Fue crucificado en el solsticio de invierno entre los “dos ladrones” de Sagitario y Capricornio, que minaron su fuerza.

Todo nos indica que Jesucristo; el mito -luego analizaremos Jesucristo: el hombre- no es más que el último avatar del dios sol, la última encarnación de aquel viaje estelar que llevamos observando por milenios y milenios. ¿Y por qué es el último avatar? Porque Jesucristo encarna la era de Piscis, la era zodiacal actual (año 0 – 2150 dc), por eso la simbología del Pez está muy ligada a Jesús, no tan solo por aquello de ‘pescador de hombres’ (Ichthys, el pescador).

Tomemos por ejemplo otro dios solar: Horus, y hagamos un repaso por sus encarnaciones dependiendo de la era zodiacal en la que se encontraba inicia como el Renovador, el Niño Eterno que había nacido como León en Leo; nace como un Escarabajo en Cáncer; como uno de los Gemelos en Géminis; como un becerro en el Signo del Toro; y, un Cordero en el Signo de Aries, estaba destinado a manifestarse como el Pez, en el Signo de los Peces si es que el imperio egipcio no decaía y su religión persistía.

Sin embargo algunos consideran a Jesús un avatar de Horus y lo llaman AtumHorus, encarnando en esta era como el pez Iusaas (Jesús), su nacimiento fue astronómicamente fechado para ocurrir en BethLechem – la casa del pan (Virgo) – alrededor de 255 AC, en el momento en que el equinoccio de Pascua entró en el signo de Piscis,

Por lo tanto, Jesús es el dios solar Pisciano, Estableciendo el pez como alegoría del alimento (conocimiento) de comunión de la nueva era. Incluso los primeros cristianos fueron llamados “Pisciculi”: “peces pequeños”.

En Mateo 28:20 Jesús nos da una pista muy interesante sobre su origen real que lamentablemente debido a malas traducciones se ha perdido, el versículo reza así: ‘Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos’. El error está en la palabra ‘tiempos’, ya que originalmente reza Era; ‘estaré con ustedes hasta el final de la era’.

Y es precisamente ahora que estamos a puertas del fin de la Era de Piscis, para dar la bienvenida a la Era de Acuario, aquella “segunda venida” proclamada no vendría a ser más que un ‘cambio de guardia’, la segunda venida de Jesús es la milésima de Horus encarnando en un nuevo avatar para la nueva era.

De momento llegaremos hasta ahí ya que se ha extendido mucho el post. Volverá este artículo con una segunda parte.

https://sabiens2.blogspot.com/2017/08/cristo-el-ultimo-dios-solar.html

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