Un diplomático estadounidense dice que el nombrar a Mohammad Bin Salman príncipe heredero de Arabia Saudí es como un ‘sueño hecho realidad para Israel’.
Daniel Shapiro, el exembajador de EE.UU. en los territorios ocupados, dijo el lunes al diario israelí Haaretz que el nombramiento de Bin Salman representa una oportunidad sin precedentes para Israel para que mejore su posición regional.
También recordó que Bin Salman entiende la necesidad de que exista un vínculo entre Arabia Saudí y los intereses del régimen de Tel Aviv y los desafíos que amenazan a Israel.
El ‘odio’ que siente Bin Salman hacia ciertos grupos y movimientos, en particular, hacia los Hermanos Musulmanes (HHMM), y sus esfuerzos por enfrentar a Irán, le convirtieron en una ‘persona digna de confianza’, añadió el diplomático estadounidense.
“El surgimiento de fuertes líderes en el mundo árabe que ven a los enemigos de Israel como sus propios enemigos sirve realmente a los intereses de Israel y EE.UU.”, recalcó.
El nuevo enfoque político saudí podría allanar el camino para la formación de un eje integrado por EE.UU., los Estados árabes suníes e Israel para “hacer frente a las fuerzas extremistas en la región”, afirmó Shapiro.
Los países árabes ribereños del Golfo Pérsico no mantienen prácticamente relaciones bilaterales ni multilaterales con el régimen de Israel por no reconocerlo como un Estado soberano, pero en los últimos años Israel ha mantenido vínculos secretos en ámbitos económicos con estos países bajo el pretexto de “enfrentarse a la amenaza iraní”.
De acuerdo con los analistas, el principal objetivo de Israel al reforzar sus relaciones con el mundo árabe es “marginar” la hostilidad histórica entre árabes e israelíes desde la ocupación de los territorios palestinos.