Nueva tanda de documentos revela métodos cuestionables de la agencia
La investigación deja al descubierto el espionaje del FBI sobre periodistas, la deportación de sus informantes migrantes y otras tácticas de vigilancia.
Un nuevo informe publicado por Intercept revela los amplios 'poderes secretos' de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) en aspectos que van desde la vigilancia de periodistas hasta el tratamiento de sus informantes.
Una serie de publicaciones de la periodista Cora Currier arroja luz sobre las competencias de la agencia descubiertas tras una investigación de documentos confidenciales que duró varios meses.
Los documentos incluyen el reglamento del FBI titulado 'Guía para Investigaciones y Operaciones Nacionales' (DIOG), así como otros conjuntos de normas clasificadas para aplicar en la lucha contra el terrorismo y el tratamiento de los informantes confidenciales.
Espionaje contra periodistas
La DIOG revela el preocupante alcance de los poderes del FBI. Estas normas clasificadas, que datan de 2013, indican que los agentes solo necesitan la aprobación de dos oficiales internos para conseguir acceso al registro telefónico de un periodista.
En particular, el consejero general de la agencia y el director ejecutivo adjunto del Brazo de Seguridad Nacional del FBI se ven obligados a firmar la llamada 'Carta de seguridad nacional'. Eso permite a la agencia evitar el procedimiento normal de solicitar citaciones y órdenes de búsqueda a un tribunal.
Cómo tratar a los informantes extranjeros
La 'Guía confidencial sobre la política de recursos humanos', una instrucción clasificada del FBI que data del 21 de septiembre de 2015, especifica el proceso de reclutamiento de informantes y el trato que se les da.
Prácticamente cualquier persona, incluso menores sin el conocimiento de sus padres, puede ser considerada como una fuente potencial de información si los supervisores lo aprueban.
La instrucción aconseja a los agentes investigar a posibles informantes y recabar información que podría ser usada para presionar a aquellos que no tengan voluntad de colaborar.
La guía dedica un capítulo a los informantes inmigrantes, especificando que los agentes no pueden trabajar con personas que no tienen estatus legal, por lo que antes de reclutar a un extranjero están obligados a contactar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, según la instrucción, los agentes tienen órdenes de colaborar con el ICE a localizar a los extranjeros ilegales cuando estos dejan de serle útiles al FBI.
"Si se desconoce el paradero [del informante], [el agente del FBI] tiene que trabajar con el ICE para localizarlo", reza la instrucción clasificada.
Publicado por Enrique Sierra Mendoza