En 2016 un número muy importante de dirigentes del Frente Al-Nosra en Idlib, al norte de Siria, fueron asesinados, agravando la situación interna del grupo, que ha pasado de tratar de ponerse al frente de los demás, a enfrentarse a ellos abiertamente.
Se trata de una fuerza en trance de descomposición que conocerá un fin precoz, al menos tal y como la conocemos actualmente, pudiendo reconvertirse en un células dispersas capaces de actuar de manera esporádica en frentes diferentes de Oriente Medio.
A causa de las múltiples derrotas experimentadas por el Frente Al-Nosra, sobre todo en Alepo, los demás grupos armados ya no quieren unirse a ellos.
El incremento de asesinatos en el seno del grupo está en la razíz de su debilidad.
Recientemente uno de los terroristas saudíes que dirigen Jaysh Al-Fatah, Abdallah Al-Mahissani, reconocía que la coalición yihadista había fracasado por la irresponsabilidad de los distintos jefes que la componían.
“No se puede decir que el Frente Al-Nosra trate de unir a los diversos grupos terroristas, porque lo que en realidad trata es de inmiscuirse en el seno de la dirección de dichos grupos”, dijo Al-Mahissani.
Los distintos grupos yihadistas que combaten al gobierno mantienen profundas divergencias ideológicas, muchas de las cuales se han tratado de resolver por la vía más expeditiva de las ejecuciones sumarias y los ataques directos, como el del Frente Al-Nosra contra la base del llamado “ejército libre de Siria”.
Publicado por Resistencia Popular