LA NUEVA POLÍTICA ECONÓMICA (NEP)
En diciembre de 1921, en el epílogo de la guerra civil, el VIII Congreso de los Soviets aprobó una resolución de la Comisión Estatal para la Electrificación (GOERLO) que consistía en un plan económico para industrializar el país en el horizonte de la siguiente década.
Es en este Congreso donde Lenin formuló su célebre expresión: “el comunismo es el poder soviético más electrificación”.
Ese plan organizaba el conjunto de la economía: el abastecimiento de combustible, agricultura, industria y comercio, su distribución territorial y la localización de las industrias y la instalación de las centrales eléctricas.
Durante los dos primeros meses de 1921, los dirigentes soviéticos se centraron en explicar y poner en marcha este proyecto de industrialización que juzgaban decisivo para el futuro del país.
Sin embargo, la situación agraria seguía siendo un obstáculo estructural para el logro de dicha meta.
Se necesitaba una mayor producción y un mayor excedente, y también se requería el apoyo político del campesinado; pero ambas condiciones seguían deteriorándose en esos meses afectando a los trabajadores urbanos.
El caso límite se produjo con motivo de la sublevación de los marineros de Kronstadt, la base naval de Petrogrado, cuestionando la política económica del Partido bolchevique.
La problemática económica y el descontento político existente ponían en cuestión el mantenimiento del Estado soviético y la realización del proyecto de industrialización del país de los soviets.
Es en ese contexto cuando se produjo el viraje táctico conocido como “Nueva Política Económica” (NEP), con motivo de la celebración del X Congreso del Partido Comunista en marzo de 1921.
La NEP como etapa de transición del capitalismo al socialismo
La argumentación expuesta por Lenin para defender la NEP y el importante giro táctico que supuso, vienen definidos en la intervención que el dirigente soviético realizó en el X Congreso del PC (b), que en forma decálogo se desarrolla de la siguiente forma:
La situación política se hace insostenible debido a la creciente oposición de los campesinos al sistema de organización de la distribución del excedente agrario [especialmente por la resistencia a estas medidas de los pequeños propietarios agrícolas o kulaks, como vimos en el anterior capítulo].
La situación económica se encuentra estancada.
Los alimentos no llegan a las ciudades, mientras que la industria todavía no había iniciado la recuperación de sus niveles productivos previos a la Revolución.
La creación de la gran industria mecanizada es el objetivo principal, pero constituye una tarea de décadas.
En un plazo inmediato, lo que se encuentra en juego es la permanencia o no del poder político revolucionario, lo cual depende de dos factores: el triunfo del socialismo en alguno de los países europeos y la alianza de los obreros (la base del Estado soviético) con los campesinos.
El triunfo socialista en Europa no avanza, por lo que la alianza obrero-campesina en Rusia pasa a ser el objetivo principal, para lo cual es urgente que se produjese un viraje radical en la política económica.
Para conseguir ese acuerdo, había que acabar con el sistema de requisas (llamado sistema de contingentación) y sustituirlo por un nuevo impuesto en especie que fuese menos gravoso para el campesinado y favoreciese el intercambio del excedente restante.
Con las medidas anteriores se pretende incrementar la productividad del sector agrícola y del intercambio agrario, con el objetivo de elevar la demanda de bienes industriales; favoreciendo la recuperación del sector y, en general, de la economía soviética.
La nueva política agraria fomentaría las relaciones mercantiles en el campo como un periodo de transición.
Se pretende que el intercambio mercantil se circunscriba al ámbito local, a la vez que se fomenta el cooperativismo democrático.
La NEP debía basarse en un pacto entre el poder revolucionario y la mayoría campesina sobre la fórmula del “capitalismo de Estado”.
En consecuencia, la industrialización a gran escala era inviable en las circunstancias posteriores a la guerra civil, encontrándose la Revolución en un período definido como “la primera etapa de transición del capitalismo al socialismo”.
El mismo Lenin sintetiza el objetivo de la NEP, cuando a modo de resumen expresa:
“Debemos dar satisfacción en el sentido económico a los campesinos medios y llegar a la libertad de intercambio de mercancías; de otro modo, dado que la revolución internacional se retarda, no será posible —desde el punto de vista económico— mantener en Rusia el poder soviético”.
La NEP era concebida por la dirección del Partido como un giro forzado por las adversas circunstancias internas y externas, pero también posteriormente fue vista como una fase positiva para el logro de la industrialización y el desarrollo económico.
En esa perspectiva de transición, Lenin fundaba sus esperanzas en la extensión del cooperativismo agrario, cuyas relaciones de producción deberían ir haciéndose predominantes en la estructura agraria [ésta fue la base de la futura red soviética de explotaciones agrícolas y ganaderas de carácter colectivo, los koljoses].
De esta forma, nos encontramos con tres periodos significativos en los primeros años de la Revolución soviética:
1). El primero, en 1917, donde la instauración del poder soviético a través de la Revolución sólo era posible por medio de la hegemonía política alcanzada por los obreros industriales de las grandes ciudades, con el objetivo de construir el socialismo.
2). Un segundo período (1918-1921) en el que —dadas las condiciones heredadas del zarismo y por la intervención militar extranjera— el objetivo principal pasa a ser ganar la guerra civil mediante una política de “comunismo de guerra”.
En este período, la extensión del control estatal de la economía se generaliza.
3). Para llegar a un tercer período, en 1921, en el que los objetivos son la consolidación de la Revolución y la creación de las bases políticas y materiales para la industrialización; para lo cual era necesario dar prioridad a una política de apoyo al campesinado cuyo objetivo era la superación de la insuficiencia de excedente agrícola mediante el desarrollo del intercambio mercantil.
Durante los primeros años de la Revolución, la dirección del PC (b) va descubriendo —al hilo de la realidad de cada momento— algunos de los aspectos más significativos de la dimensión global del atraso heredado del zarismo y su impacto en la sociedad soviética.
Este análisis de la realidad prueba la enorme envergadura intelectual y política que demostró Lenin en aquellos decisivos años.
https://octubre1917.net/2016/12/17/construccion-socialismo-4/