Las pérdidas directas e indirectas de la URSS en la Segunda Guerra Mundial alcanzan los 50 millones de personas, afirmó el ex fiscal general de Rusia, Alexandr Zviáguintsev. Pero eso no es lo más terrible.
"La totalidad de las pérdidas de la URSS por la guerra es de casi 50 millones de personas. Son los fallecidos, los que murieron posteriormente por las heridas y los que nunca llegaron a nacer", declaró el jurista en una conferencia dedicada al 70 aniversario del tribunal militar de Núremberg.
Zviáguintsev, que ahora ocupa el cargo del vicepresidente de la Asociación Internacional de Fiscales (IAP, por sus siglas en inglés), comparó la cifra con la población conjunta de múltiples países "de la Escandinavia al Báltico".
"Así fue el precio pagado por nuestro pueblo por la victoria sobre el nazismo", indicó.
Por tanto, es "indispensable recordar siempre las lecciones de Núremberg, porque al olvidarlo nos enfrentamos con 'el robo de la victoria'", apuntó el alto funcionario, que hizo referencia a las encuestas recientes en la UE sobre qué país contribuyó más a la derrota de los Nazis.
Según el sondeo, sólo el 14% de los encuestados reconocen el papel decisivo de la URSS para vencer a la Alemania Nazi, mientras que el 50% le otorgan este rol a EEUU —que perdió cerca de 420.000 personas— y un 22%, a Reino Unido —cerca de 450.000 fallecidos—.
La mayoría de los estadounidenses, franceses, alemanes y británicos minimizan el papel de la Unión Soviética en la victoria de la Segunda Guerra Mundial, revela una encuesta realizada por las compañías Ifop y Populus para Sputnik.
La estimación oficial de las pérdidas directas de la URSS, que es de unos 26,6 millones de personas —entre ellos 8,6 millones de efectivos—, equivale a 13,7% de la población del país antes de la Segunda Guerra Mundial.
Las víctimas indirectas no suelen figurar en las estadísticas oficiales, aunque al incluirlas, resultaría más de 25% de la población de la Unión Soviética de la época (para el primero de septiembre de 1939), o sea, más que la población entera de naciones como Reino Unido, Francia, Italia o Brasil, el doble de la de España o tres veces la de Turquía.
"Esto es 'la victoria robada'", aseveró el jurista ruso, que es autor de varios libros sobre los Juicios de Núremberg.