En "cinco años o menos" el Ejército de Rusia tendrá suficiente fuerza para derrotar a los militares de Estados Unidos si estalla una hipotética guerra en Europa, escribe Loren Thompson, analista de seguridad nacional norteamericano, en la revista 'Forbes'.
Según el columnista, la hipotética guerra entre ambas naciones será "sobre todo un espectáculo del ejército". "El combate sería por el control de grandes extensiones de terreno con pocos impedimentos geográficos para el avance rápido", remarca.
"La derrota en una guerra como esta reformaría drásticamente el equilibrio geopolítico en Europa y reduciría la influencia de EE.UU. allí a su nivel más bajo desde antes de la Segunda Guerra Mundial", agrega.
El experto indica que "el Ejército estadounidense actualmente está en posición perdedora". Thompson aduce cinco razones que explican este hecho.
1. La geografía favorece a Rusia
La región, según el analista, se encuentra más lejos de "los principales puntos de entrada mediante los cuales las fuerzas terrestres estadounidenses llegarían a Europa, y habría semanas de retrasos logísticos en conseguir que la maquinaria pesada llegara al frente". Además, Europa se encuentra entre mares a los cuales se puede entrar a través de estrechos puntos de acceso y "Rusia podría ejercer fácilmente el dominio militar sobre ellos [mar Báltico y mar Negro] desde sus bases cercanas". "Moscú podría alcanzar sus objetivos antes de que lleguen las fuerzas de Estados Unidos", constata Thompson.
2. El Ejército norteamericano se encuentra en un estado "lamentable" de preparación
"El Ejército estadounidense es muy deficiente en unidades de defensa antiaérea, guerra electrónica, potencia de fuego de precisión y vehículos debidamente protegidos", afirma el analista.
3. Gran parte de la fuerza conjunta sería dejada de lado
Según el experto, la geografía de la región obstaculizaría en gran medida el desembarco de las tropas. Además, las bases rusas en el enclave báltico de Kaliningrado y en el puerto de Sebastopol, en el mar Negro, harían que "sea peligroso introducir los buques de guerra de Estados Unidos" en ambos mares.
Aparte de esto, también sería difícil para la Fuerza Aérea estadounidense, ya que podría ser expulsada de los cielos de Europa por las defensas aéreas rusas "que se extienden sobre la totalidad de los estados del Báltico, la mayor parte de Polonia y la mayor parte de Ucrania".
En este contexto, Thompson menciona la novedosa arma del Ejército ruso: el sistema móvil de defensa antiaérea S-400 Triumf.
4. Los aliados de la OTAN no están comprometidos
El columnista opina que hay dudas de que la mayoría de los aliados de la Alianza Atlántica se presente al combate en los flancos orientales de Europa. "Aparte del reto logístico de llegar allí, la disposición de los ciudadanos de Europa Occidental para defender a sus vecinos del Este parece débil en las encuestas de opinión", sentencia Thompson. Agrega que el Tratado de la Alianza "no obliga en realidad a brindar apoyo militar a una agresión".
5. Washington no quiere arriesgarse contra una potencia nuclear
El experto recalca que Washington se negaría a atacar las bases militares o fuerzas en el territorio ruso por no arriesgarse a una respuesta nuclear por parte de Moscú, ya que su doctrina militar le da la posibilidad de recurrir a armas nucleares en circunstancias en que los intereses supremos del Estado estén en riesgo.
"La conclusión es que Rusia podría ganar una guerra rápida en Europa del Este, si se enfrenta a un oponente que no está bien posicionado, como el Ejército de EE.UU. a día de hoy", asevera.
A nadie se le escapa que en el pasado Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler quisieron someter a Moscú, pero la decisión inquebrantable y el valor de su pueblo, sus tropas y sus líderes lo impidieron.