“Estados Unidos decían que es lo que era Cuba antes de la Revolución, decían lo que era Cuba pos el triunfo de la Revolución y dicen lo que es Cuba ahora, cuando la isla promueve actualizaciones en su modelo económico.
Es una recolonización discursiva”, afirma la periodista Amanda Cotrim, en su ponencia de tesis de maestría en que analizó los discursos construidos sobre Cuba por periódicos extranjeros (inclusive uno brasilero) y también por los mismos ciudadanos cubanos.
Titulada “Los discursos sobre Cuba: prensa, voces y memoria (de la actualización del modelo económico a la retomada de las relaciones diplomáticas con EUA: 2011/2015)”, la defensa de tesis fue orientada por la profesora Maria Graça Caldas y presentada en el Instituto de Estudios de Lenguaje y al Laboratorio de Estudios Avanzados en Periodismo.
Amanda Cotrim evaluó en la perspectiva de análisis de discurso materialista, con referencia en Michel Pêcheux y Eni Orlandi, como los diarios The New York Times (EUA), El País (España), Granma (Cuba) y O Estado de S. Paulo (Brasil) construyen saberes sobre Cuba, además de entrevistar un grupo de vecinos para observar cual el sentido de la isla para esos cubanos.
La autora adoptó como referencia la actualización del modelo económico del país, en tres momentos específicos: la II Celac (Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en enero de 2014; la reanudación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, en diciembre de 2014; y la primera reunión diplomática entre Cuba y EUA que transcurrió en La Habana en enero de 2015.
La periodista aclara que en su trabajo considera la ideología como un factor de lenguaje, siendo que en el discurso es que se alcanza identificarla.
Según la autora, la media participa de la producción discursiva y, de esa manera, organiza cierto imaginario. “Cuando pensamos en Cuba, ese imaginario generalmente es polarizado: o el país es idealizado o es demonizado.
La metodología utilizada busca analizar la producción de los sentidos, tomando en consideración las condiciones en que los discursos han sido producidos (quien habla, como habla), además de aspectos históricos, ideológicos y cotidianos.
Quiso saber por qué el periodista hablo de una manera y no de otra y cuales los efectos de sentidos que ha producido su texto. Para decir que Cuba es una ‘dictadura’, el diario no necesita utilizar esa palabra; dice que en el país ‘no existe democracia’, o que allí ‘hace falta libertad política’, o solo escucha la oposición”.
Buscando entender la construcción de ese imaginario, Amanda Cotrin investigó los archivos de los periódicos y recuperó aspectos importantes, como el período entre el comienzo de la guerrilla cubana en 1957 hasta el triunfo de la Revolución en 1959.
“Son dos años en que los guerrilleros bajan de la Sierra Maestra en columnas y van ocupando las principales ciudades: victorias bastante publicadas en el exterior, principalmente por el The New York Times, que trataba a Fidel Casto y sus guerrilleros como héroes.
Del punto de vista discursivo, el líder cubano se torna una figura muy fuerte –‘Tropas de Castro avanzan’, ‘Fidel gana La Habana’.
Pero, al decir que la Revolución es obra de Fidel, otros aspectos de ese suceso, como la coyuntura favorable y sobretodo el apoyo de la población cubana, han sido silenciados.
No por acaso, todavía hoy hay un discurso de que si muere Fidel, la Revolución (o la dictadura) se acaba”.
La autora apunto que hay un corte incisivo en el discurso del NYT (y por influencia en los demás periódicos extranjeros) cuando el gobierno revolucionario comienza a si izquierdear, nacionalizando empresas privadas, promoviendo la reforma agraria y, principalmente, dejando clara la no sumisión a EUA.
“Cuba tuvo su independencia de España en fines del siglo 19, pero permaneció como colonia estadounidense como lugar de entretenimiento, prostitución y de gran desigualdad social.
‘Aquí ustedes ya no mandan más’, ha sido el recado de la revolución.
Son esos hechos históricos que transforman a los revolucionarios en vilanos.
Esa transformación discursiva ocurre, principalmente, porque los diarios de la gran prensa se alinearon al discurso institucional del gobierno estadunidense de que Cuba era una amenaza por ser comunista, como demuestran los documentos del Estado.
La prensa, por tener previo concepto pre construido sobre lo que era el comunismo, ‘compró’ y propagó ese discurso: la relación de sentido entre Cuba y la Unión Soviética ha sido inmediata”.
En Brasil, según la investigadora, la dictadura civil-militar es muy importante para comprensión de la memoria sobre Cuba, puesto que el lenguaje es constituido por lo que es hablado y por lo que no es hablado.
“El silencio constituye lenguaje y produce memoria. Un abogado del diario O Estado de S. Paulo dice en un documentario: ‘si teníamos música (estadounidense) la radio radiaba; si fuera latinoamericana podría ser que no; si fuera cubana no se radiaba’.
Ese silencio impuesto por la dictadura a la gran prensa organizó una memoria: Cuba se ha tornado un ‘no lugar’, no en el sentido de inexistente sino de negación.
Luego del fin de la dictadura, hay la desintegración de la Unión Soviética y un discurso que apuesta en que Cuba también dejará de ser socialista, lo que no ocurrió. Cuba pasó por su peor crisis económica, conocida como Período Especial, pero por otro lado, ha vivenciado una coyuntura favorable con gobiernos más a la izquierda en América Latina, con (Hugo) Chávez en Venezuela, (Evo) Morales en Bolivia, Cristina Kirchner en Argentina, (Rafael) Correa en Ecuador y Lula en Brasil”.
Amanda Cotrim analizó el contexto del VI Congreso del Partido Comunista Cubano, transcurrido en abril de 2011 en que se adoptó oficialmente las llamadas ‘actualizaciones’ en el modelo económico del país. “Hubo participación intensa de la población, que contribuyó con la formulación de proyectos y decidió por actualizaciones en todas las áreas: transporte, agricultura, educación, salud, etc.
‘Actualización’ es una palabra utilizada por el gobierno cubano, por la población y por el diario Granma, mientras los diarios internacionales hablan de reformas o cambios; son sentidos distintos. Los demás momentos analizados son el de la II Celac, un bloco diplomático creado recientemente, y el de la reanudación de las relaciones con Estados Unidos”.
Con relación a la reanudación de las relaciones diplomáticas, la investigadora puntualiza que las demandas de los EUA siempre se sobreponen sobre las de Cuba en la prensa internacional.
“En se tratando de dos países que rompieron relaciones hace más de 50 años, la prensa parece difundir que solamente los estadounidenses tienen cuentas por recibir, con sus reivindicaciones colocadas siempre en primer plano, como si Cuba estuviera sujeta a la Casa Blanca. Impresiona el poder de Estados Unidos en el imaginario de la prensa, que deja evidente quien es que protagonizará ese proceso.
Otro punto importante es que la prensa internacional no habla sobre el fin del bloqueo estadounidense, lo que torna la reivindicación de Cuba casi como algo abstracto”.
La investigadora agrega que los reportajes de los diarios brasilero y español, de manera general, no presentan controversias y son imprecisas, lo que para ella es un grave problema periodístico. “Esas ‘imprecisiones’ ocurren porque los periodistas están encerrados en sus evidencias. Ellos no necesitan oír el otro lado, porque ese otro lado no existe en su imaginario.
El periodista no dice por que Cuba es una dictadura, una vez que eso para él es algo claro – el problema está en pensar que es una evidencia también para el lector.
La prensa brasileña, principalmente, se limita a entrevistar personas en las calles, sin buscar otras fuentes importantes, lo que implica una apuración parcial y falta de contenido.
El The New York Times por lo menos busca empresarios, expertos y, aunque dentro de su pauta ideológica, busca salir del lugar común”.
Los diarios analizados en la defensa de tesis, observa la autora, no consideran el sentido político que tiene el pueblo cubano. “La población aparece siempre como medio ajena políticamente, incrédula, casi desanimada, lo que produce una contradicción: ¿si la palabra revolución en cargada de sentidos políticos, como los cubanos pueden ser tan enajenados? Ese enfoque debilita la misma Revolución Cubana presentando al lector una masa de resignados. Entonces, el sentido de dictadura hace más sentido”.
El discurso del “nosotros”
Amanda Cotrim demuestra que el Granma (del Partido Comunista), por su parte, foca a los cubanos como personas altamente politizadas.
“El diario desafía los patrones periodísticos porque no se preocupa con ser exento o imparcial e abusa en los adjetivos.
Para mí, ha sido sorprendente confrontarme con textos escritos en la primera persona del plural, ‘nosotros’ –es una forma de apropiarse de la identidad de las personas y asumir la posición de vocero de los lectores.
Ya en el escenario de la reanudación de las relaciones diplomáticas, el diario cubano se muestra como el más ponderado, publicando las reivindicaciones de ambos los países. Pero si el restablecimiento de las relaciones ha sido la gran noticia para la prensa mundial, el destaque en la portada del Granma ha sido el regreso de los tres cubanos que estaban encarcelados hace más de 15 años en Estados Unidos, en un cambio de prisioneros entre los dos países”.
Según la periodista, la historia de los tres cubanos está en el libro “Os últimos soldados de la Guerra Fría” de Fernando Moraes. “Ellos integraban una organización denominada Vespa, que en fines de los años 1990 se han infiltrado en EUA, principalmente en la CIA, para anticipar las acciones de organizaciones anticastristas que explotaban bombas en locales turísticos de Cuba, como hoteles y restaurantes.
El objetivo era minar el turismo, válvula de escape de la economía cubana después de la desintegración de la Unión Soviética.
Los infiltrados defendían el fin de Fidel y del gobierno cubano, consiguiendo muchas informaciones importantes, hasta que han sido descubiertos por el FBI – de los cinco prisioneros, dos fueron liberados en la primera década del 2000, quedando los tres.
La prisión motivó intensa campaña en Cuba por la liberación, y el 17 de diciembre se tornó un día muy especial en la isla”.
Los cubanos que entrevistó, dice la autora, se perfilan a una “formación discursiva patriota”, que más que defender a la Revolución defienden la soberanía de Cuba, y no niegan que la actualización del modelo económico mejorará el socialismo.
“Elles rechazan la imagen que hace el extranjero de Cuba.
Uno de ellos subraya que la Revolución no ocurrió en 1959, sino que está ocurriendo.
Al decir que ‘están en revolución’, los cubanos desplazan el sentido de tiempo, que deja de ser cronológico y se torna político.
De ahí, también, el término ‘actualización económica’, que para nosotros es extraño porque no estamos acostumbrados con la manera como ellos ven el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos”.
Amanda Cotrim considera finalmente, que persiste la sumisión de la prensa a la agenda de la Casa Blanca y que la reanudación de las relaciones diplomáticas puede significar “una recolonización discursiva de los sentidos sobre Cuba”.
“En la isla, hay una clareza política en relación a los EUA que es histórica y no viene de la Revolución, viene de antes, de la época en que Cuba era una neo colonia estadounidense.
Cuando los cubanos dicen ‘no vamos retroceder’, ese ‘nosotros’ es el propio sentido de unión que aparece en el lenguaje, que puede ser interpretado como la propia reafirmación de la Revolución”.
* Publicación del Jornal da Unicamp
http://operamundi.uol.com.br/dialogosdelsur/eua-promueven-recolonizacion-discursiva-cuba-dice-investigadora-la-unicamp/04062016/