A donde va este nefasto personaje, Álvaro Uribe Vélez, el pueblo le grita: ¡Uribe, Paraco, el pueblo está berraco! como expresión coloquial de que están, más que irritados, arrechos de sus abusos y de sus muertos causados por el paramilitarismo del que él forma parte, hombre malo y cobarde, financista de esa organización de la muerte, a la que manda a asesinar para proteger sus intereses de narcotraficante de vieja data.
El ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, no sólo fue una desgracia para su tierra natal, en la que llegó a la presidencia de la República, luego de una carrera narcopolítica de impunidad, asesinando a campesinos, a lideres comunales y a inocentes en general, todo con la anuencia del gobierno estadounidense, porque el paraco Uribe ha sido una de sus mejores fichas, el que le heredó la presidencia al pisapasito y Caín de América, Juan Manuel Santos, el que con la farsa de un deslinde y confrontación, ha continuado la obra criminal del otro paraco, quien además, mantiene el engaño al Pueblo colombiano respecto de la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), porque ya Juan Manuel Santos alcanzó darse el barniz de pacifista, mareando con las conversaciones de paz, mientras gana terreno, distrae a las FARC-EP, para luego, liquidar al grupo revolucionario alzado en armas que hoy quiere la paz y hacer la lucha política por la reconstrucción de Colombia.
El engaño y la traición para alcanzar sus fines, como acostumbra su antecesor y maestro, Álvaro Uribe Vélez, han sido refinados y aplicados milimétricamente por Juan Manuel Santos, incluso, sacrificando a su Pueblo, como hizo con todo el Norte de Santander, al que abandonó y promovió que no se les surtiera de alimentos, gasolina y otros servicios, para obligarlos a bachaquear en San Cristóbal, Ureña, San Antonio y La Guajira venezolana, además de legislar en este sentido, dando legalidad a los delitos, incluso, poniendo el territorio colombiano como asiento material de los narcopolíticos que están comprometidos con la mafia del Dólar Today, cuyo único objetivo era quebrar la economía venezolana, tal y como lo hicieron con bastante éxito y apoyo gubernamental desde Colombia.
Ambos, Uribe y Santos, han sabido engañar y hundir en la miseria al pueblo colombiano, entregándole toda su soberanía al gobierno estadounidense, cuyas bases militares han traído más desgracia que seguridad y más muerte que vida, lo que irá en aumento, para desgracia de los colombianos.
Pero, no conforme con hacerle la vida miserable a su pueblo, el genocida paraco, Álvaro Uribe Vélez, como buen bufón del gobierno estadounidense, a cambio de protección y una libertad hasta que decidan encerrarlo, ha dedicado recursos de los que ha sabido robar y los ha invertido en minar el suelo venezolano de paramilitares, que se han dedicado al delito en todas sus dimensiones, para desestabilizar la vida nacional, primero, con la intención de derrocar al Presidente, Comandante Hugo Chávez y ahora, al Presidente Nicolás Maduro, con el afán de poner como presidente al otro asesino que está pagando una muy corta condena, Leopoldo López.
Y, como todo su boicot no ha dado los resultados esperados por el par de hermanos y traidores colombianos, Uribe y Santos, ahora ambos recurren a otros recursos y métodos, entre los que destaca ahora, ir por el mundo pidiendo la intervención militar contra la República Bolivariana de Venezuela, hecho que más allá de tener eco en la comunidad internacional, es parte del libreto para montar otras operaciones encubiertas que buscan derrocar al Presidente Nicolás Maduro, a partir de un Estado de Conmoción Nacional, provocado por ellos y por la derecha genocida venezolana, concentrada en los partidos políticos AD VP, VV y PJ, con hechos violentos y desestabilizadores que vienen agudizando en su intento hace poco más de una semana, con articulaciones internas y externas a la República. En este sentido, el tiro les saldrá por la culata, porque Pueblo y FANB, junto al Presidente Nicolás Maduro, están enfrentando dichas amenazas de los vecinos incómodos, que no lo son nuestros hermanos neogranadinos, sino esa minoría de enemigos de la democracia y narcoterroristas, como Uribe y Santos, personajes que representan una vergüenza para el gentilicio colombiano que decidió hacer su vida en Venezuela, porque tuvo que huir de la mano genocida de Uribe y Santos, vergüenza que comparten otros colombianos desde la tierra de Atanasio Girardot, Jorge Eliécer Gaitán y tantos otros que hoy bregan por liberar a la nación neogranadina del narcotráfico, el terrorismo de Estado y los paramilitares, cuyos padres son Uribe y Santos.
De cualquier manera, estamos atentos a todas las traiciones que desde Colombia lanzan este par de genocidas, Uribe y Santos, para derramar la sangre de Abel, una vez más.