**Nacimiento 22 de enero de 1937 Ciudad Darío, Nicaragua
Edén Pastora estudió en un colegio jesuita antes de ingresar en la Universidad mexicana de Guadalajara, donde realizó algunos cursos de la carrera de medicina.
Después de los incidentes producidos en julio de 1959 en la ciudad de León, que costaron la vida a cuatro estudiantes y heridas a más de un centenar de personas, abandonó sus estudios y regresó a Nicaragua para participar en la lucha armada contra el gobierno somocista.
La adolescencia de Pastora había estado marcada por un profundo rechazo al régimen del dictador desde que la Guardia Nacional asesinara a su padre cuando el joven Edén tenía sólo siete años.
Así, el 22 de agosto de 1978 lideró el movimiento guerrillero que tomó al asalto el Palacio Nacional de Managua y, durante varios días, mantuvo retenidos a más de un millar de responsables políticos afines a Somoza para exigir la liberación de los presos políticos.
Consiguió su objetivo y aquel día nació la leyenda del «comandante Cero».
Dos meses más tarde el líder del movimiento sandinista, Daniel Ortega, nombró a Edén Pastora jefe del Estado Mayor General del Ejército insurgente. Confirmado en 1979 el triunfo de la revolución sandinista, el comandante Cero asumió el cargo de viceministro en el departamento de Interior, dirigido por Tomás Borge.
En el mes de julio de aquel año recibió también el nombramiento de primer jefe nacional de las milicias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
En abril de 1982 anunció su ruptura total con el gobierno nicaragüense y la creación de una fuerza de oposición que, sin descartar acciones militares, lucharía para derrocar al ejecutivo sandinista. Los comandantes de la Junta Militar contestaron su desafío desde Managua con una condena a muerte.
Desde su base en Costa Rica, Edén Pastora constituyó el llamado Frente Revolucionario Sandino, grupo armado para el que consiguió reclutar a más de un millar de combatientes y que, antes de acabar 1982, adoptó el nombre de Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE).
Convencido de que sus antiguos compañeros de guerrilla habían prostituido el espíritu de la revolución, peregrinó por Europa y América Latina en busca de ayuda para combatir a los sandinistas.
El presidente panameño Omar Torrijos se convirtió en uno de sus mentores, y las agencias estadounidenses en la principal fuente de financiación para su proyecto.
La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) había empezado a orquestar en 1981 un movimiento contrarrevolucionario encargado de organizar operaciones militares contra el gobierno sandinista.
El liderazgo de la Contra nicaragüense se lo repartían dos grupos principales: los somocistas de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) y la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) de Edén Pastora.
Cuando se planteó la posibilidad de que ambos frentes coordinaran sus acciones bélicas contra el enemigo común, el legendario comandante Cero optó por abandonar ARDE.
Su negativa a fusionar su guerrilla con los combatientes del FDN debilitaba el avance de la Contra, de modo que, de la noche a la mañana, Edén Pastora se convirtió en un personaje incómodo para los intereses de los servicios secretos norteamericanos.
En abril de 1984 había conseguido alcanzar la costa atlántica nicaragüense y establecer la República Libre de San Juan del Norte, aunque su proclama resultó efímera porque las fuerzas gubernamentales tardaron sólo unos días en desalojar al comandante
El 30 de mayo de 1984 sufrió un atentado con bomba en el que murieron once personas, cuando celebraba en la localidad de Pencas, próxima a la frontera costarricense, una rueda de prensa en la que había previsto denunciar las supuestas presiones que recibía de la CIA para abandonar la lucha armada.
Edén Pastora y su esposa Yolanda salvaron la vida, aunque salieron del país con múltiples heridas. Dos años después del atentado anunció su renuncia a la acción militar y pidió asilo en Costa Rica.
Junto a una veintena de antiguos combatientes de ARDE, creó una pequeña empresa pesquera en Samara y retomó así una de las pasiones profesionales que le habían acompañado durante toda su vida.
En aquel momento, hacia noviembre de 1986, estalló en Estados Unidos el escándalo Irangate que implicaba a miembros del Consejo de Seguridad Nacional en operaciones ilegales de venta de armamento a Irán, cuyos beneficios se desviaban para financiar a la Contra nicaragüense.
En mayo de 1987, Edén Pastora reconoció públicamente que la CIA le había suministrado material de guerra y acusó al teniente coronel Oliver North, directamente implicado en el Irangate, de estar detrás del atentado que sufrió en Pencas en 1984. Investigaciones posteriores responsabilizaron a los servicios de seguridad sandinista del ataque, aunque otras fuentes no descartaban la intervención de la CIA en el intento de asesinar a Pastora.
Vivió dos años más en Costa Rica y a mediados de 1992 volvió temporalmente a Nicaragua con la intención de organizar un partido político de corte nacionalista y socialdemócrata, que se constituyó en 1994 bajo la denominación de Movimiento de Acción Democrática (MAD).
Líder de esta formación, con la que pretendía convertirse en tercera opción política frente a los partidos mayoritarios, intentó presentar su candidatura a la presidencia del país en las elecciones de noviembre de 1996.
No obstante, el Consejo Supremo Electoral se pronunció contra las aspiraciones políticas del comandante con el argumento de que la Constitución prohibía la presentación de un candidato con doble nacionalidad, nicaragüense y costarricense en el caso de Pastora. Arnoldo Alemán resultó elegido presidente en aquellos comicios.
Tras fracasar sus opciones a la más alta magistratura de la nación, y a pesar de los rumores que circularon sobre la posibilidad de que Pastora estuviera reorganizando un movimiento armado, anunció su intención de aspirar democráticamente a la alcaldía de Managua.
En el año 2007, tras el retorno de Ortega al poder, Pastora volvió al redil sandinista y su situación cambió. Ortega, en una muestra de confianza absoluta, lo nombró su delegado en la zona del río San Juan, fronteriza con Costa Rica.
Ortega le encargó las operaciones de dragado del San Juan, que pertenece a Nicaragua pero ha sido objeto de repetidos conflictos con la vecina del sur, y durante esa misión Costa Rica presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Managua de violar su soberanía.
En octubre de 2010, dirigió las obras de dragado del Río San Juan, iniciadas por Nicaragua.