GROVER FURR
Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey.
Este artículo destaca los intentos de José Stalin, desde los años 30 hasta su muerte, para democratizar el gobierno de la Unión Soviética.
Esta afirmación, y el artículo, sorprenderá a muchos, y escandalizará a algunos. De hecho, mi sorpresa ante los resultados de esta investigación me llevó a escribir este artículo. He sospechado durante mucho tiempo que la versión tipo "guerra fría" de la historia soviética tenía serios agujeros. Pero así todo, no estaba preparado para la magnitud de las falsedades de las que he tenido conocimiento.
Esta historia es bien conocida en Rusia, en donde el respeto e incluso la admiración de Stalin es común. Yuri Zhukov, el principal historiador ruso que avanzó el paradigma de "Stalin, demócrata", y cuyos trabajos son la mas importante fuente individual aun cuando no la única para este artículo, es una figura principal, relacionada con la Academia de Ciencias. Sus trabajos son ampliamente conocidos.
Sin embargo, esta historia, y los hechos que la apoyan, son virtualmente desconocidos fuera de Rusia, en donde el paradigma de la Guerra Fría "Stalin, malvado" domina tanto lo publicado que los trabajos aquí citados aún están escasamente nombrados.
Por ello, muchas de las fuentes secundarias usadas en el artículo, así como las fuentes secundarias, desde luego, sólo son accesibles en la lengua rusa.
Este artículo no solamente informa a los lectores de nuevos hechos, y de sus interpretaciones sobre la historia de la U.R.S.S. Es más bien un intento de llevar a los lectores no-rusos el resultado de nuevas investigaciones, basadas en los archivos soviéticos, sobre el periodo de Stalin y sobre el mismo Stalin. Los hechos discutidos en el mismo son compatibles con determinado rango de paradigmas históricos soviéticos, en la medida en que ayudan a desechar un determinado número de otras interpretaciones. Serán inaceptables por completo (e incluso escandalosos) para aquellos cuyas perspectivas políticas e históricas se basan en unas nociones erróneas y basadas en la Guerra Fría sobre el "totalitarismo" soviético y el "terror" estalinista.
La interpretación kruscheviana de Stalin como un ser hambriento de poder, traidor al legado de Lenin, se creó para que se ajustara a las necesidades de la nomenklatura del Partido Comunista en los años 50. Pero enseña parecidos muy cercanos y comparte muchas premisas con el discurso canónico sobre Stalin heredado de la Guerra Fría, que estuvo al servicio del deseo de las elites capitalistas de presentar las luchas por el comunismo, o cualquier lucha de la clase obrera por el poder, como un camino que dirige necesariamente a algún tipo de horror.
Se ajusta también a la necesidad del troskismo de argumentar que la derrota de Trotsky, el "revolucionario auténtico", sólo pudo venir de la mano de un dictador que, se supone, violó cada uno de los principios por los que lucho la Revolución. Kruschevistas, anti-comunistas de la Guerra Fría, y los paradigmas trostkistas sobre la historia soviética son similares en su dependencia de una demonización de Stalin, de su liderazgo, y de la URSS durante su mandato.
La visión sobre Stalin presentada en este ensayo es compatible con otros paradigmas históricos contradictorios. Las interpretaciones comunistas anti-revisionistas y post-maoístas de la historia soviética contemplan a Stalin como un heredero lógico y creativo del legado de Lenin, si bien fracasado en ciertos aspectos. Igualmente muchos nacionalistas rusos, que difícilmente aprobarían los logros de Stalin en tanto comunista, le respetan como el responsable de convertir a Rusia en una potencia industrial y militar. Stalin es para todos ellos una figura esencial, si bien en formas muy distintas.
Este trabajo no intenta "rehabilitar" a Stalin. Estoy de acuerdo con Yuri Zhukov cuando escribe:
"Debo sinceramente decir que me opongo a la rehabilitación de Stalin, porque me opongo a las rehabilitaciones en general. Nada ni nadie en la historia debe de ser rehabilitado, sino que debemos descubrir la verdad, y decirla. Sin embargo, desde los tiempos de Kruschev las únicas víctimas de las represiones de Stalin de las que habremos oído hablar son aquellos que tomaron parte en ellas, o que las facilitaron, y quien no se opuso a ellas". (Zhukov, KP Nov. 21 02)
Tampoco deseo yo sugerir que, en el caso de que Stalin hubiera conseguido todas las metas, los muchos y variados problemas de la construcción del socialismo y del comunismo hubieran sido resueltos.
A lo largo del periodo que este ensayo analiza, el liderazgo de Stalin se preocupó no solo de potenciar la democracia en el gobierno del estado, sino de favorecer también la democracia interna en el Partido. Este punto, importante y relacionado, requiere un estudio por separado, y no es el punto central de este ensayo. A pesar de que el concepto de "democracia" es conocido, pudiera tener un significado diferente en el contexto de un partido guiado por el centralismo democrático, formado por miembros voluntarios, que en el contexto de un gran estado de ciudadanos en el cual no pueden darse por supuestas bases de consenso político.
Este artículo se ha basado en fuentes de primera mano siempre que ha sido posible. Pero descansa mas sólidamente en los trabajos académicos de historiadores rusos que tienen acceso a documentos no publicados, ó muy recientemente publicados, de los archivos soviéticos. Muchos documentos soviéticos de gran importancia solo son accesibles a académicos con acceso privilegiado. Muchos otros permanecen completamente secuestrados y "clasificados", incluyendo mucho del archivo personal de Stalin, los materiales pre-judiciales de investigación de los procesos de Moscú de 1936-1938, los materiales de investigación sobre el affaire Tukhachevskii de 1937, y muchos otros.
Yuri Zhukov describe la situación archivística de la siguiente manera:
Con el principio de la perestroika, uno de cuyos slogans era glasnost... el archivo del Kremlin, antes cerrado a los investigadores, se liquidó. Sus contenidos empezaron a ser trasladados [a varios archivos públicos G.F.]. Este proceso comenzó, pero no se completó. Sin ninguna publicidad o explicación de ningún tipo, en 1996 los materiales más importantes y esenciales fueron reclasificados otra vez, escondidos en el archivo del Presidente de la Federación Rusa. Pronto quedaron claras las razones para esta operación a escondidas: permitió la resurrección de uno de los dos viejos y lamentables mitos (6).
Zhukov se refiere con esto a "Stalin el malvado" y "Stalin el gran líder". Solo el primero de estos mitos es familiar a los lectores de la historiografía occidental y anti-comunista. Pero ambas escuelas están bien representadas en Rusia y la Comunidad de Estados Independientes.
Uno de los libros de Zhukov, base de mucho contenido de este artículo, se titula Inoy Stalin "Un Stalin diferente", "diferente" de los mitos, más cerca de la verdad, basado en los recientemente documentos de archivo desclasificados. Su cubierta presenta una fotografía de Stalin y frente a ella, la misma fotografía en negativo: su opuesto. Solo en raras ocasiones usa Zhukov fuentes de segunda mano. En su mayoría cita documentos de archivo no publicados, o recientemente desclasificados y publicados. El cuadro que describe de la política del Politburo de 1934 a 1938 es muy diferente de todo aquello que tenga que ver con los mitos que rechaza...