Todos los esfuerzos del Gobierno japonés por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía, destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante controvertidos.
Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.
Los economistas y analistas han advertido que tales acciones podrían desencadenar guerras de divisas en todo el mundo, además de situar a Japón peligrosamente cerca del 'default', y ahora, por sexta vez en los últimos seis años, el PIB del país asiático disminuye, indica el portal, que subraya que cinco de las seis recesiones tuvieron lugar en la época de la 'abenomía'.
Según el artículo, hoy podemos decir con certeza que la economía de Japón "ha muerto". En el cuarto trimestre se redujo un 0,4%, en vez de la caída esperada de un 0,2%.
A su vez, el PIB anual cayó un 1,4%, el mayor descenso desde el segundo trimestre del 2014.
En el contexto de una nueva recesión llegó una noticia aún más preocupante: el consumo privado anual se derrumbó un 0,8% en lo que también es la caída máxima desde el segundo trimestre de 2014.
Monetización de la deuda, ¿una opción o una locura?
Según pronostica el artículo, en el momento actual "el retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca", mientras que el aumento de la inflación se presenta como la única forma de salir de esta situación.
"Un objetivo de inflación más ambicioso (quizás un 4%) ayudaría si el mercado confiara en él, pero la incapacidad del regulador para lograr el objetivo del 2% establecido en enero de 2014 ha sacudido fuertemente la credibilidad del Banco de Japón", señala el portal.
El retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca
Otra opción, indica, sería la monetización de la deuda nacional, que es una forma velada de incumplimiento.
Al ritmo actual de la compra, para 2020 el banco central tendrá dos tercios de los bonos del Gobierno.
Si la compra se incrementa a 100 millones de yenes al año, el Banco de Japón poseería casi el total de la deuda pública para el año 2026. "De esta manera, el Gobierno se debería el dinero a sí mismo", explica Vestifinance.
La monetización de la deuda, advierte el artículo, "cumple con todos los estándares de definición de la locura económica" y provocaría una rápida inflación, pero una inflación más rápida es justo lo que Japón ha estado tratando de lograr a lo largo de las últimas dos décadas.
Otros Estados no estarán nada contentos si Japón elige este camino, ya que la monetización seguramente "abrirá la caja de Pandora de los riesgos económicos".
Sin embargo, teniendo como alternativa una inminente crisis de la deuda, "la locura monetaria ya no parece tan mala idea", concluye el artículo.