Los libaneses se acuerdan muy bien del neocon John Bolton, uno de los pilares del “Nuevo Oriente Medio”, al que se refirió en su día la entonces secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.
En 2006, durante la segunda guerra israelí contra el Líbano, que debía ser la primera piedra de aquel proyecto, Bolton era embajador de EEUU en la ONU.
Él se hizo notar por su intransigencia en contra de las iniciativas dirigidas detener la ofensiva israelí contra Hezbolá, al que quería ver “aplastado o totalmente desarmado”, según sus declaraciones.
Pocos días después, él se retractó pidiendo una mediación qatarí para detener la guerra “puesto que Israel ya no es capaz de continuarla”.
Su estupidez fue objeto de burla por parte de Sayyed Hassan Nasralá, que dijo que durante uno de sus discursos que Bolton parecía un personaje sacado de unos dibujos animados.
A pesar de su fracaso y de haber sido destituido, él continúa enviando sus análisis a izquierda y derecha.
El último es una respuesta a la pregunta “¿Cómo destruir al EI?” y fue publicado por el New York Times. Él aboga por la partición de Siria e Iraq y la creación de un “Sunnistán”.
Según el político neocon, “la realidad es que Iraq y Siria ya no existen como entidades estatales.
El EI se ha apoderado de un territorio que se extiende entre ambos países.
Añadamos a esto la creación de hecho de un Kurdistán independiente y tendréis un Oriente Medio con una fisonomía totalmente distinta”.
Para Bolton, la mejor alternativa al EI es el de crear un nuevo estado independiente “sunní” entre Iraq y Siria.
La ventaja, afirma Bolton, es su potencial económico, en tanto que estado productor de petróleo.
También podría constituir una barrera frente a Siria e Iraq, ambos aliados de Irán.
Para él, la ambición de este eje es el de restaurar los gobiernos sirio e iraquí dentro de las fronteras actuales, lo cual, según él, es contrario a los intereses de EEUU y de los “estados árabes amigos”, afirmó.
Este “Sunnistan” debería actuar también contra los intereses rusos en la región y ser necesariamente un “protectorado estadounidense”.
La connotación sectaria que conlleva este proyecto divisorio, dirigido a la remodelación de Oriente Medio, no es un patrimonio exclusivo de los neocon. Esto explica por qué la coalición liderada por EEUU no ha querido derrotar al EI.
AL MANAR