Pablo Gonzalez

Sobre la historia de México

La asociación civil “Brigada para leer en libertad”, que se dedica a la promoción de la lectura a través de ferias, tianguis, remates, bibliotecas comunitarias y publicaciones, ofrece en su sitio web una amplia colección de libros editados por la propia Brigada para su descarga gratuita. A continuación te presentamos una selección de diez títulos para entender la historia de México.


El cura Hidalgo, de Paco Ignacio Taibo II
Ésta es una versión más de las tantas que se han hecho del cura Hidalgo. No se trata de una historia de la Independencia Mexicana, de la que me considero un apasionado e inculto investigador, tan sólo una serie de viñetas pescadas de aquí y de allá. Breves flashasos cuyo único interés es retratar a los hombres que hicieron nuestra historia. A los hombres de carne y hueso, esos que se esconden detrás de las imágenes que nos han pintado en las estampitas y en los libros de texto, con todas sus particularidades.
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La oveja negra, de Armando Bartra
En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño, arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones pudieran ejercitarse también en la escultura.
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Leyes De Reforma, de Pedro Salmerón
El gobierno de Juárez promulga las Leyes de Reforma en julio de 1859, la ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos, la ley de matrimonio civil, el decreto que crea a los jueces del estado civil, la ley que seculariza los cementerios, el retiro de la delegación mexicana en la santa sede (agosto, 1859), la ley que fija los días festivos obligatorios y reglamenta las funciones públicas de la iglesia. La Constitución de 1857, y las Leyes de Reforma de 1859, fundan un estado civil y laico, transforman a los mexicanos de feligreses en ciudadanos. Es una reforma que significa una verdadera revolución jurídica. El gobierno juarista gana la guerra, pero los conservadores y la iglesia no se conforman y llaman en su auxilio a un príncipe y a un ejército extranjero. Empieza la invasión francesa en 1862, Maximiliano es emperador por poco tiempo. El 15  de julio de 1867, Juárez entra triunfante a la Ciudad de México.
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Se llamaba Emiliano, de Juan Hernández Luna
¿Quién te dijo, Emiliano, que una Revolución podía realizarse a puro lomo de caballo? ¿Quién te contó que atrás se podía dejar familia y amigos para enfrentarse a la soledad de los cerros pelones y las huizacheras? Sin casi nada de comer, sin posibilidad ya de dormir a pierna suelta, con las estrellas allá arriba, mirándote, incrédulas, como alguien que creció de repente y dijo: “hay que terminar con este carajo estado de cosas”.
Y agarraste caballo y rifle y dijiste allá voy, a partirle su madre a esos desgraciados.
¿Se decía así entonces? ¿Cómo se decía voy a romperles el hocico a esos malandrines hacendados?
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Morelos, el machete de la Nación Vicente, de Riva Palacio, Eduardo E. Zárate, Ezequiel A. Chávez y Guillermo Prieto
La generación de la Reforma escribió muchísimos textos sobre la guerra de Independencia. Era para ellos el referente histórico obligado. La solidez del movimiento de Hidalgo, Morelos, Mina, Guerrero, es el punto de partida para la reconstrucción de un nacionalismo repleto de contenidos sociales. Estos textos son una buena muestra.
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Cien preguntas sobre la Revolución Mexicana, de Pedro Salmerón
Una revolución es un hecho fascinante. Quien vive la experiencia de una revolución no habla de otra cosa, quienes las estudian o las miran en retrospectiva no pueden sustraerse a esa mezcla de entusiasmo y horror que las caracterizan. Las revoluciones trastocan drásticamente la vida de los pueblos que las sufren y alteran la realidad y la vida cotidiana de las personas. Suscitan pasiones y sacan a la superficie las tensiones, los rencores, los conflictos lentamente acumulados. Son explosiones en las que aparecen, como en una erupción volcánica, lo peor y lo mejor de los individuos y las colectividades. Para ser llamado revolución, un movimiento social debe transformar las estructuras políticas de un Estado. Para ser una revolución social, necesita además transformar también las estructuras económicas y sociales del Estado. Además, las revoluciones transforman las actitudes de las personas, su forma de entender el mundo y de situarse en él.
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No hay virtud en el servilismo. Biografía de Ricardo Flores Magón, de Juan Hernández Luna
Un frío viento del norte peinaba las colinas cercanas al penal de Leavenworth, Kansas, aquel 20 de noviembre de 1922. En su interior, grupos de presos intercambian saludos, cigarros, experiencias, noticias que llegan del exterior. Agotados los temas, observan impasibles cómo un día más termina.
En un rincón apartado del patio, dos presos se mantenían en silencio. Sus rostros portaban el sufrimiento de innumerables cárceles, de causas pendientes, de exilios y derrotas. Uno era delgado y estatura baja; el otro, mostraba en los restos una complexión robusta venida a menos por la vida carcelaria, fumador incansable, de movimientos lentos, casi ciego, debía esforzarse para caminar en la penumbra del pasillo que conducía a su celda.

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Memorias de Zapatilla, de Guillermo Prieto
“Sin dirección, desangrándose, desgarrado, corriendo como ciego entre abismos buscando a la Patria que se le iba de dentro de sus brazos, así fue el pueblo y así le vencía el abandono de sus defensores y de los poderosos: pero aquel ruido de guerra hacía compañía al alma, en ese ruido había Patria y esperanza…”
Fidel (Guillermo Prieto)

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La correspondencia entre Benito Juárez y Margarita Maza, de Patricia Galeana
La población femenina ha participado activamente en la construcción de México, trabajando sin descanso en la crianza, en el servicio doméstico, con el cuidado de todos los miembros del núcleo familiar; y fuera de su casa, en el campo, cultivando la tierra que no le pertenecía por su condición de mujer; o en las fábricas, principalmente las de textiles, recibiendo paga inferior por trabajo igual. Las mujeres mexicanas participaron al lado de los hombres en las luchas revolucionarias, desde la Independencia hasta la Revolución social de 1910, pero pocas lograron reconocimiento.
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Práxedis G. Guerrero y la otra revolución posible, de Jesús Vargas Valdés
José Práxedis Gilberto Guerrero nació en ciudad González, Guanajuato, el 28 de agosto de 1882. Fue hijo legítimo de José de la Luz Guerrero y de la señora Fructuosa Hurtado. A los veinticinco años se convirtió en uno de los principales dirigentes del Partido Liberal Mexicano, y al mismo tiempo en editor del periódico Revolución y responsable de la organización de los levantamientos armados en Coahuila y Chihuahua en el año 1908. Murió el 30 de diciembre de 1910, combatiendo en el pueblo de Janos, Chihuahua, a la edad de 28 años. Ese día, sus compañeros recogieron el cuerpo y lo ocultaron en algún lugar; veinte años después se exhumaron sus restos y se trasladaron a Chihuahua.
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