Pablo Gonzalez

¿Quieres tomar menos azúcar? No vas a poder.


¿Quieres tomar menos azúcar? No vas a poder…

Hoy en día se consumen aproximadamente 165 millones de toneladas de azúcar, al año es decir 23 kg anuales per cápita. El azúcar es un mercado multimillonario, exactamente supone 47.000 millones de dólares al año.

Desde la infancia y a lo largo de toda nuestra vida las personas estamos expuestas a mensajes publicitarios. 

A diario somos bombardeadas por mensajes que influencian directa e indirectamente nuestras compras, las alimentarias también, por supuesto.

 De todos los medios, el televisivo es el más utilizado por la industria de los alimentos para difundir sus mensajes, siendo también el medio donde más se invierte.

Aunque lejos de ser inmunes, las personas adultas tenemos la capacidad de entender la dimensión persuasiva de la publicidad, los niños y las niñas no. 

 Al no tener esta capacidad, la población infantil se convierte una un sector altamente vulnerable, pues deposita una gran confianza en los anuncios. 

De hecho, el 67% de los niños/as realizan peticiones específicas de alimentos cuando acompañan a sus padres a la tienda de comestibles, de ahí que la industria alimentaria dedique una especial atención a cautivar a la población infantil.

El azúcar es global y las empresas que lo controlan también. 

Durante siglos, el azúcar ha sido la sustancia más importante del mercado mundial, un comercio dominado por un pequeño grupo de compañías transnacionales británicas, francesas, alemanas y estadounidenses, algunas de las cuales llevan en este sector desde los tiempos de la esclavitud. 

Actualmente los 10 primeros países productores de azúcar representan aproximadamente el 75% de la producción mundial. La principal empresa estatal española (Azucarera Ebro, con más de un 80% de cuota de mercado) pertenece a ABP/AB Sugar. 

La otra azucarera en España (ACOR) está asociada a Tereos. Las dos están en el top 5 del ranking de empresas azucareras en el mundo.

La caña de azúcar se cultiva generalmente como monocultivo. Algunas de las regiones con mayor biodiversidad del planeta han sido taladas para la producción de caña de azúcar. 

En muchos países, su producción ha representado la eliminación de selvas naturales, manglares y otros ecosistemas altamente sensibles. 

El azúcar de caña ha sido responsable de la reducción de la biodiversidad de la fauna, de ríos contaminados, de la erosión de suelos fértiles, del uso masivo de pesticidas y fertilizantes, de la contaminación del aire por la quema de la caña, y del daño a los arrecifes de coral como la Gran Barrera de Coral. 

Además, el procesamiento de la caña de azúcar también ha demostrado ser muy contaminante ya que depende en gran medida de la fertilización química.

La industria azucarera es uno de los lobbies más potentes a nivel agroalimentario. Despliegan un amplio abanico de estrategias y herramientas que confluyen en tres objetivos principales:

1 Conseguir el aval científico y el aval de las administraciones públicas, a sus discursos, sus propuestas y sus productos.

Es bien conocido que la base científica es un pilar fundamental en los contextos legislativos y de consumo, por eso la Industria alimentaria cuenta con un potente brazo académico: el Instituto IEDAR (Instituto de Estudios del Azúcar y la Remolacha) cuya misión es la de “servir a la sociedad española y al conjunto de las instituciones del área de alimentación, educación y salud mediante el impulso de la investigación científica y la divulgación de hábitos y conductas alimentarias saludables para todo el conjunto de los ciudadanos”. 

La actividad principal de IEDAR es financiar y difundir investigaciones científicas que normalmente arrojan resultados acordes con los intereses de la industria.





2 Bloquear las propuestas que inciden en las causas reales de la mala alimentación y sustituirlas por otras propias que actúan como pantalla de protección.

Un ejemplo clásico de su poder fue el de 2003, cuando la industria se sintió particularmente atacada por un estudio de la Organización mundial de la salud (OMS) donde se afirmaba que la ingesta de azúcar debería constituir no más del 10% de la toma individual diaria de calorías. 

La industria movió pieza con rapidez y fue al Congreso estadounidense con una propuesta para eliminar la aportación del Gobierno de los Estados Unidos a la OMS.

Uno de los sospechosos habituales de la mala alimentación es el azúcar. ¿Tiene algo que ver el incremento del consumo de azúcar con el incremento de la obesidad? 

Existen numerosos indicadores que apuntan a esta afirmación. 

El español medio come 4 veces más de la cantidad de azúcar que la OMS recomienda al día. No pensemos que es fácil llevar el control, el 75% del azúcar que ingerimos no lo vemos, es invisible, se trata de azúcar añadido en los alimentos procesados.

“El 75% del azúcar consumido lo es vía indirecta, a través de los alimentos, es el azúcar invisible”.

Entonces, no se trata de un problema individual, de elección libre e informada, el problema de la mala alimentación tiene fundamentalmente causas estructurales, es un problema colectivo que solamente tiene soluciones colectivas y respuestas políticas.

La evolución de la dieta nos detracta como gordos y perezosos. Si nos comparamos con la generación de nuestros abuelos o incluso con la de nuestros padres identificamos un generoso aumento en la ingesta de carne, mayor consumo de azúcares, mayor presencia de las grasas y aceites vegetales acompañados de un importante crecimiento del consumo de alimentos refinados y procesados. 

Estas tendencias se suman al drástico descenso en el consumo de legumbres y granos, alimentos básicos en la pirámide alimenticia.




3 Unir su imagen a la salud, emitir el mensaje de que son un actor que hace muchos esfuerzos para conseguir una alimentación sana.

En el estado español la máxima representación de los intereses de la industria es la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), uno de los más influyentes del estado. 

Desde 2012 la FIAB cuenta con una Unidad de Nutrición que colabora en aquellos proyectos de las grandes marcas alimentarias que relacionan la comunicación y la nutrición: páginas web, dosieres informativos, blog consumidor, etc.

Hoy en día, toda empresa alimentaria que se precie cuenta con un programa, página web o incluso instituto dedicado a la salud y la nutrición a menudo en relación con sociedades médicas. 

Los “expertos independientes” de estas organizaciones son habituales de los medios de comunicación, tanto generales como especializados, y juegan un rol fundamental en la construcción de un discurso monolítico dirigido a la opinión pública.

El estado español es el único de la UE con más de un millón de habitantes que no cuenta con una ley de acceso a la información pública. 

El proyecto de ley de transparencia, acceso a la información y buen gobierno, aprobado por el Consejo de Ministros el 27 de julio de 2012 se encuentra por debajo de los estándares internacionales.




Desde movimientos como 25 Gramos luchan por la elaboración de una ley de transparencia del lobby que incluya al sector alimentario, así como una ley de acceso a la información pública que siga los estándares internacionales en este campo.

http://muhimu.es/salud/lobby-azucar/#

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