El triunfo en Cuba del Comandante Fidel Castro y sus hombres el 1 de enero de 1959, que dio al traste con el dictador Fulgencio Batista, hizo cundir el entusiasmo entre muchos acérrimos luchadores contra el régimen de los Somoza en Nicaragua; quienes vieron la oportunidad de conseguir apoyo en dinero, armas, entrenamiento y logística para organizar movimientos armados que lucharan por derrocar al somocismo.
Desde el mismo mes de enero de 1959 arribaron a Cuba una serie de connotados anti somocistas nicaragüenses, en busca del tan ansiado apoyo y la “receta mágica” para derrocar a la familia Somoza del poder en Nicaragua, la mayoría de los cuáles fueron atendidos directamente por el Ché Guevara o sus delegados.
Por eso en 1959 surgen en Nicaragua diversos y dispersos movimientos guerrilleros de ideologías políticas diferentes e incluso indefinidas, con el denominador común de tratar de derrocar a la dictadura somocista; intentando para ello repetir la experiencia cubana de una invasión militar desde el exterior del país, a fin de instalar un “foco guerrillero” que se ampliara y multiplicara con el apoyo popular hasta lograr la victoria.
Algunos de los principales movimientos armados de pequeños grupos venidos del exterior creados en 1959 en Nicaragua fueron:
Movimiento de Olama y Mollejones, integrado en su mayoría por miembros de la Juventud Conservadora.Frente de Liberación Nacional (FLN), dirigido por el ex G.N. Rafael Somarriba.
Grupo de Manuel Diaz y Sotelo.Guerrilla de Carlos "Chale" Haslam.Alzamiento del veterano sandinista Heriberto Reyes.Movimiento de Julio Alonso Leclair, ex GN y combatiente en las filas del Gral. SandinoFrente Revolucionario Sandino, integrado en su mayoría por universitarios centroamericanos que cursaban carreras profesionales en México.
A principios de 1959 en varias universidades de México, se dieron los primeros pasos para la organización de un grupo guerrillero que habría de ingresar a Nicaragua por la zona norte fronteriza con Honduras, para combatir contra la Guardia Nacional que sostenía en ese entonces en el gobierno a Luis Somoza Debayle y como Jefe Director de la G.N. al genocida Anastasio Somoza Debayle.
Fue así que el argentino Joaquín el Ché Basanta es designado para reclutar a los jóvenes combatientes centroamericanos y mexicanos de diversas universidades de los Estados Unidos Mexicanos, para lo cual él se contactó con el connotado anti somocista, Profesor Edelberto Torres, quien se encontraba exilado en la ciudad de México D.F., estimándose que podrían reunirse entre las principales universidades unos ochenta combatientes, los cuales deberían ser entrenados por el ex – G.N. Domingo Paladino en algunos sitios especiales que habían sido seleccionados en territorio hondureño.
El 10 de marzo de 1959 se constituye en México el Frente Revolucionario Sandino, que posteriormente llegó a tener hasta un Directorio integrado por ciudadanos de diversas nacionalidades centroamericanas y de México, entre otros:
Profesor Edelberto Torres – PresidenteDr. Ramón Romero M.- SecretarioIng. Lorenzo Zelaya – VocalHumberto Castillo S.Humberto Jerez T.C. Castillo IbarraArmando IríasÓscar MoreraNoel JarquínMartha de TorresMaría Leda EspinozaDra. Concepción Palacios.Manuel Andara ÚbedaEnrique MarencoRóger Estrada ToledoMyrna de Pineda
Como la mayor parte de los gastos de traslado de México a Honduras, tenían que ser sufragados por los mismos compañeros, en vista de las dificultades económicas solamente se lograron reunir unos cuarenta voluntarios, quienes fueron enviados a Tegucigalpa poco a poco. Héctor Zelaya y Tomás Palacios fueron los dos primeros en viajar a la capital hondureña para preparar las condiciones previo a la llegada del resto de reclutados.
En el segundo viaje llegó solo el compañero Eduardo Medina. Después arribaron los demás, entre los que se encontraban Víctor Salomón Arbizú, Fabricio Paz, Virgilio Godoy, Bayardo Altamirano, Hugo Cuadra y Edén Pastora.
Todos lo que procedían de México fueron alojados en Tegucigalpa en casa de una señora de origen nicaragüense de nombre Carmen Rivera, quien también ayudó a confeccionar los primeros uniformes militares y brazaletes, los cuales eran de color roji-negro con letras blancas “FRS”, ya que este movimiento guerrillero fue denominado Frente Revolucionario Sandino desde su constitución en marzo de 1959 en México, reivindicando el nombre del General de Hombres Libres Augusto C. Sandino, sus ideales y los colores de su bandera de lucha antiimperialista.
Al mismo tiempo, ya se encontraban dentro de territorio del norte de Nicaragua -en ese momento en litigio con Honduras- otros 40 combatientes anti somocistas que integraban el denominado Frente de Liberación Nacional (FLN), que era comandado por el ex G.N. Rafael Somarriba y que entre sus miembros contaba con el joven Carlos Fonseca Amador.
Las primeras discusiones de los integrantes del FRS en territorio hondureño fueron sobre la escogencia de un Jefe con amplia experiencia militar y guerrillera y quien fuera de nacionalidad nicaragüense.
Entre las alternativas planteadas se consideró un jefe que hubiese combatido al lado del General Sandino, surgiendo el nombre del Coronel Heriberto Reyes, pero tenía el inconveniente de su escasa preparación cultural que no le permitía contar con habilidades didácticas para transmitir sus conocimientos y experiencia combativa. Otra alternativa que finalmente se descartó fue seleccionar como Jefe a un ex – G.N. del grupo que se hacía llamar “Espadas Triunfan”, que agrupaba a ex oficiales de la Guardia somocista, quienes pretendían derrocar a Somoza, pero sin cambiar el sistema de gobierno.Finalmente el Ché Basanta llegó a Tegucigalpa y comunicó que el problema de jefatura del FRS estaba resuelto, ya que se había seleccionado a Alejandro Martínez Sáenz por ser nicaragüense y por su experiencia militar en Costa Rica al lado de José (Pepe) Figueres y sus actividades guerrilleras al lado del General sandinista Ramón Raudales en el año 1958.
La estrategia inicial del FRS consistía en entrar desde Honduras hasta las montañas segovianas del norte de Nicaragua, donde esperaban encontrar aún la vieja base social del General Augusto C. Sandino, para servir de columna de apoyo el FLN que comandaba el ex G.N. Rafael Somarriba.
La intención era que el FRS y el FLN ingresaran al mismo tiempo desde Honduras a zonas montañosas de las Segovias, para conformar dos frentes de lucha que obligaran a las fuerzas de la Guardia Nacional a dividirse.
El campamento del FRS se encontraba ubicado en un sector muy cercano a Santa María de Trojes, territorio hondureño fronterizo con Nicaragua situado al norte del poblado de Murra; donde se entrenaban y realizaban los preparativos militares para el ingreso de la columna armada.
El 24 de junio de 1959 los integrantes del FLN fueron sorprendidos por el Ejército hondureño en su campamento en el sector de El Chaparral, causándoles una gran cantidad de muertos y capturando a los heridos y resto de sobrevivientes, lo que causó la disolución inmediata de este incipiente movimiento guerrillero.
Entre los fallecidos y capturados por los hondureños al FLN, se encontraban varios jóvenes profesionales cubanos enviados por el Ché Guevara para apoyar la lucha contra la dictadura somocista.Este hecho cambió los planes de los integrantes del FRS.
Mientras entrenaban en el campamento de Trojes denominado “Ramón Raudales, en territorio hondureño, se designó al Compañero Eduardo Medina para que entrara clandestinamente a Managua para luego trasladarse a León, a fin de establecer contactos y buscar apoyo al movimiento guerrillero por parte de líderes estudiantiles del CUUN en la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN), entre otros con Fernando Gordillo, Manolo Morales y Joaquín Solís Piura.
Esta misión fue abortada cuando el FRS tuvo que organizar de urgencia una columna guerrillera, denominada “Manuel Baldizón” en honor a uno de los muertos en El Chaparral, para que ingresara desde Trojes, Honduras, hasta una zona del norte nicaragüense cercana a Quilalí, Dpto. de Nueva Segovia, a fin de cumplir tres objetivos:
Capturar y ajusticiar al Juez de Mesta que había denunciado al Dr. Punzet, guerrillero cubano que sobrevivió a los combates de la Guardia Nacional con la guerrilla de Julio Alonso Leclair, quien fuera capturado, torturado y asesinado por militares somocistas luego de huir varios días por las montañas de Nueva SegoviaIntegrar al FRS a cierta cantidad de hombres reclutados cerca de Quilalí por un compañero de apellido Zeledón.Recuperar unas armas que se encontraban embuzonadas en la zona de Quilalí.
La columna “Manuel Baldizón” fue integrada por 14 compañeros del FRS:
Harold Martínez Nica. Jefe de la Columna y hermano de Alejandro, Jefe Militar del FRS (Harold recién había sido liberado por el Ejército hondureño, luego de ser capturado con dos heridas de bala en la masacre que sufrió el FLN en El Chaparral)Luciano Vílchez (Nicaragüense, padre de “Toyanito”)Luciano Vílchez (Nica. Conocido como “Toyanito” e hijo de Luciano padre)Juan Moleón (Cubano. Seudónimo de “Renán Montero”. Sobreviviente de la guerrilla de Julio Alonso Leclair)Eduardo Medina (Nica. Estudiante de 3er año de Ingeniería Civil)Víctor S. Arbizú (Nicaragüense. El más joven de la columna con 19 años, estudiante de economía).Juan Romero (Nicaragüense, campesino).Francisco Alemán (Nicaragüense, obrero).José Matey Melgar (Hondureño, campesino).Mario Gamero (Hondureño, estudiante universitario).Tomás Palacios (Hondureño, estudiante universitario).Fabricio Paz (Salvadoreño, abogado).Héctor Zelaya (Hondureño, estudiante de derecho).Rubén Cedillo (Hondureño).
La Columna “Manuel Baldizón” del FRS partió en la segunda quincena de enero de 1960 desde su campamento en Santa María de Trojes, Honduras, hacia la zona de Quilalí.
La primera misión de captura y ajusticiar al Juez de Mesta fue cumplida, no así las otras dos misiones.
La información sobre el grupo de nuevos reclutas que tenía disponibles el Compañero Zeledón resultó falsa, al igual que la supuesta existencia de buzones de armas en áreas cercanas a Quilalí..Harold Martínez decidió que, en vista de los resultados, la columna guerrillera debía regresar a su campamento “Ramón Raudales” en Trojes, territorio hondureño; para lo cual escogieron una ruta que partiendo de la zona de Quilalí los llevaría por Murra en dirección al poblado de El Rosario y luego hacia Honduras.
La noche del viernes 26 de febrero de 1960, el grupo guerrillero del FRS pasó la noche en una casita del colaborador Sr. Prudencio Herrera, en la zona fronteriza de Arenales; donde compraron un cerdo en 80 córdobas, que luego destazaron y cocinaron.
En ese lugar se enteraron que las patrullas de la Guardia somocista ya no los buscaban y se dirigían en dirección contraria a ellos (hacia el sur) para regresar a sus bases.Mientras pernoctaban en la casa del Sr. Herrera, se apareció un sujeto desconocido para ellos de nombre Andrés Matey y quien era Juez de Mesta de la zona, por lo cual Luciano Vílchez (baquiano y amplio conocedor de la región) sugirió a Harold Martínez que lo retuvieran por seguridad de la columna, pero Harold optó por dejarlo libre alegando que el peligro ya había pasado por haber eludido a las patrullas de la G.N. que los habían intentado localizar y aniquilar.
Al amanecer del día siguiente sábado 27 de febrero de 1960, la columna del FRS continuó su marcha en dirección norte hacia la zona de El Dorado, sin percatarse que el Juez de Mesta Andrés Matey los había denunciado a la G.N. y unas once patrullas militares ya estaban en búsqueda del grupo guerrillero.
El grupo del FRS llegó ese mismo día al poblado de El Rosario, cercano a la frontera con Honduras y que está junto a una amplia curva del Río Congojas, ubicándose en la casa Don Salomón González; sin saber que varias patrullas de la G.N. estaban apostadas en la orilla contraria del mencionado río.
En lugar de continuar su marcha directamente hacia territorio hondureño, Harold Martínez decidió acceder a la voluntad de la mayoría de los integrantes de la columna guerrillera de pasar por la casa que poseía Luciano Vílchez en su finca cercana, exactamente sobre un pequeño cerrito rodeado por un riachuelo en la zona de El Doradito, a 2 kilómetros al oeste del poblado de El Rosario; con el objetivo de pernoctar, cenar y apertrecharse de víveres.
En esta casa residían la esposa e hijos menores de Don Luciano, a quienes tenía tiempo de no ver por su andanzas guerrilleras. Harold Martínez y Luciano Vílchez, aceptaron esta decisión mayoritaria de no marchar directamente hacia Honduras, a pesar que expresaron su inconformidad por considerarlo un riesgo innecesario por la posibilidad de acecho de la guardia somocista.
Mientras tanto, una patrulla de la Guardia somocista capturó al Sr. Félix Vázquez Quiñónez, quien laboraba en la finca de Luciano Vílchez, a fin de obligarlo a que les mostrara la ubicación de la pequeña casa donde iba a pernoctar el grupo guerrillero ese sábado 27 de febrero de 1960.
Cuando llegaron por la tarde a la casa de la finca de Luciano, Harold Martínez designó como único posta a Juan Romero, mientras el resto colgó sus fusiles en las ramas de árboles alrededor de la casa y se dedicaron a desgranar maíz, descansar o hacer ejercicio; a excepción de Eduardo Medina quien mantuvo su carabina todo el tiempo consigo.
Harold Martínez, Rubén Cedillo, Juan Moleón y Luciano Vílchez y su familia, se encontraban preparando comida en el área de la cocina.El mismo sábado 27 de febrero de 1960 en horas de la tarde, al llegar unos 60 G. N. a la casa de la finca de Luciano, abrieron fuego de inmediato con fusiles y ametralladoras de trípode, matando en primer lugar a Juan Romero quien se encontraba de posta.
La única respuesta al fuego de la guardia somocista, provino de una sola carabina San Cristobal (de fabricación dominicana) que portaba Eduardo Medina, quien tomó una piedra cantera y la colocó en la puerta de entrada a la casa para disparar desde la posición de tendido.
Aprovechando el ruido de los disparos, la confusión y el hecho que la G.N. tenía rodeada la casa por tres lados solamente, Luciano Vílchez rompió varias tablas del lado norte, donde estaba la cocina, para que huyeran su esposa, sus hijos menores, el Jefe de la Columna Harold Martínez, el hondureño Rubén Cedillo, el cubano Juan Moleón y él mismo.
Moleón llevaba una herida leve en la frente causada por un fragmento de la piedra cantera desde la cual disparaba parapetado Eduardo Medina. Al parecer Harold Martínez sufrió una herida de bala en un glúteo.
Aproximadamente a la seis de la tarde, luego de media hora de fuego nutrido de la G.N., que ya no encontraba respuesta porque Eduardo Medina había agotado su parque completo de municiones, se escucharon gritos de rendición de los cuatro sobrevivientes de aquel disparejo combate.
Según confirmó Vázquez Quiñonez, empleado de Luciano Vílchez, cuando las patrullas de la Guardia somocista al mando del Teniente Salvador Morales y el Subteniente Jacobo Ortegaray arribaron a la cima del cerrito donde estaba la casa, encontraron a cinco guerrilleros muertos, mientras otros cuatro fueron capturados con vida, uno de los cuales (Eduardo Medina) tenía una herida en una pierna.Muertos el 27/02/1960:
Francisco Alemán (Nicaragüense).José Matey Melgar (Hondureño).Juan Romero (Nicaragüense).Tomás Palacios (Hondureño).Fabricio Paz (Salvadoreño).
Mientras anochecía, la G.N. se posesionó de la casa y la finca de Luciano Vílchez, procediendo a amarrar y torturar a los cuatro guerrilleros sobrevivientes, a quienes mantuvieron mucho tiempo acostados boca abajo sobre unas tablas dentro de la casa; al mismo tiempo que el oficial G.N., Salvador Morales, se comunicaba con el oficial a cargo de la zona, Juan Ángel López, quien a su vez informaba directamente al Jefe Director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza.
El Compañero Fanor Rodríguez, encargado de las comunicaciones por radio del campamento del FRS en Trojes, Honduras, quien escuchó todas las conversaciones abiertas que Salvador Morales sostuvo por radio con Juan Ángel López; aseguró que en determinado momento cerca de las ocho de la noche y mientras Juan Ángel López escuchaba, Salvador Morales se comunicó directamente con Anastasio Somoza para preguntarle.
“¿Qué hacemos con los prisioneros, los llevamos a Managua?”, a lo que Somoza respondió escuetamente: “Denles el agua”, con lo cual selló su sentencia de muerte.
En la mañana del domingo 28 de febrero de 1960, Salvador Morales transmitió dicha orden a Jacobo Ortegaray, quien llevó a Eduardo Medina, otro de los prisioneros y al campesino Vázquez Quiñónez (empleado de Luciano); hacia la ladera sur el cerro donde estaba la casa, por donde pasaba y pasa aún hoy un cristalino riachuelo; a fin que cavaran la fosa donde supuestamente enterrarían los cadáveres insepultos de los 5 guerrilleros muertos por las balas de la G.N.Como a las diez de la mañana de ese mismo día, los prisioneros fueron obligados a trasladar hacia la fosa recién cavada los cadáveres de los cinco guerrilleros del FRS muertos el día anterior.
Luego los cuatro guerrilleros sobrevivientes fueron colocados en fila junto a dicha fosa.Los oficiales Salvador Morales y Jacobo Ortegaray no tuvieron el valor suficiente para ejecutar personalmente o al menos estar presentes para cumplir la orden de Anastasio Somoza de asesinar a los prisioneros del FRS, por lo que designaron como único verdugo a un alistado G.N. regordete y de tez morena oscura, al parecer originario de Jinotega.
Ante la inminencia de su muerte, el más joven de los guerrilleros, Víctor Salomón Arbizú, empezó a sollozar, por lo cual Eduardo Medina le recriminó su actitud diciéndole que no era el momento de llorar, que si se había metido a esa lucha debía estar dispuesto a enfrentar la muerte y que por lo tanto debía morir como un verdadero hombre.
Ante esa actitud de hombría de Medina, el verdugo decidió matarlo de último para hacerlo sufrir o que mostrara su verdadero temple, por lo que fusiló de inmediato con su rifle Garand a Héctor Zelaya, Mario Gamero y Víctor Salomón Arbizú.
Luego, se volvió hacia Eduardo Medina y le preguntó con sarcasmo cuál era su último deseo y éste respondió que deseaba fumarse un cigarro, a lo que accedió el soldado asesino.
Al finalizar el cigarro y lanzar la colilla al suelo, Medina increpó a su victimario y le dijo que ya podía disparar, recibiendo varios impactos de rifle Garand desde las piernas hasta el torso de su cuerpo. Eran las 12 del mediodía del 28 de febrero de 1960 (año bisiesto).
Aquellos que lograron huir de esta masacre, llegaron días más tarde a territorio hondureño donde fueron atendidos y curadas sus heridas. Esta acción fue un duro golpe a los planes de lucha del FRS, ya que habían perdido en un solo operativo de la G.N. casi una columna completa de su fuerza de aproximadamente 40 combatientes.
Luego, por presiones de los Somozas y los Estados Unidos, el gobierno de Honduras se vio obligado a capturar a todos los integrantes del FRS que estaban en el campamento de Santa María de Trojes y fueron trasladados en calidad de prisioneros a la sede del 1er. Batallón de Infantería.
Casi todos fueron posteriormente liberados de forma paulatina y expulsados del país, once de ellos fueron enviados como asilados hacia Cuba.
Alejandro Martínez, quien había sido nombrado Jefe militar del FRS y se hacía llamar “Comandante en Jefe”, quedó hasta 1961 escribiendo falsos partes de guerra de supuestas acciones militares del FRS en las montañas del norte de Nicaragua, aunque en realidad esta incipiente organización guerrillera solamente había existido casi un año hasta mediados de 1960, cuando fueron capturados sus integrantes y disueltos por Ejército de Honduras.
Meses después, Alejandro Martínez reapareció en México y Cuba, teniendo que permanecer encarcelado por muchos años en este último país bajo sospecha de espionaje y abuso de bienes y dinero mediante la falsificación de firma y suplantación de personalidad de un dirigente de la Revolución cubana.
Pero desgraciadamente la historia de las siglas FRS no termina allí, sino que en los años 80 el entonces disidente de la Revolución Sandinista, Comandante Edén Pastora Gómez, tomó abusivamente el nombre de la organización Frente Revolucionario Sandino para denominar de esa forma a su movimiento armado contrarrevolucionario; para lo cual recurrió a sus viejos conocidos de los años 60, Alejandro y Harold Martínez, quienes además habían participado en la lucha contra Somoza bajo las órdenes de Pastora en el Frente Sur a finales de los años 70.
Cabe mencionar que en efecto Edén Pastora formó parte en el año 59 del grupo de estudiantes universitarios en México, quienes decidieron abandonar las aulas de clases para incorporarse a la lucha contra la dictadura somocista en las filas del Frente Revolucionario Sandino, asumiendo el rol de paramédico en el campamento que instalaron en Santa María de Trojes, territorio hondureño.Alejandro Martínez (ya fallecido en Costa Rica) y su hermano Harold, traicionaron al FSLN en los años 80 bajo el argumento que “el comunismo” se estaba apoderando de la Revolución que había derrocado a la dictadura somocista.
Según documentos desclasificados de la CIA, la organización Frente Revolucionario Sandino que formó en territorio tico Edén Pastora en 1982, fue utilizada no solo para realizar acciones armadas contra la Revolución Popular Sandinista, sino para traficar drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos como fuente de financiamiento y enriquecimiento de sus principales líderes; entre los que se mencionan a los hermanos Harold y Alejandro Martínez Sáenz.
Lo que resultó ofensivo y una burla descarada a la memoria de los jóvenes de Centroamérica y México, quienes se incorporaron al movimiento guerrillero del FRS entre 1959 y 1960 para participar en la lucha por intentar liberar a Nicaragua de la oprobiosa dictadura somocista, algunos de los cuales no dudaron en ofrendar su vida por tan noble causa.
Aunque el verdadero Frente Revolucionario Sandino creado en marzo de 1959 y cuya existencia operacional no duró más allá de un año, no tuvo acciones armadas notables o que causaran consecuencias adversas serias a la dictadura somocista, si es digno mencionar que trasciende a la historia de las luchas armadas por la liberación de Nicaragua después del asesinato del General Sandino, por tres verdades incuestionables:
Fue el primer movimiento armado contra Somoza en Nicaragua que reivindicó el nombre y los ideales del General Sandino para su organización guerrillera, como ejemplo de nacionalismo y patriotismo digno de emular.La bandera del FRS rescata los colores rojo y negro de la bandera de lucha del General de Hombres Libres.
Fue una organización de amplio espíritu internacionalista y democrático, ya que sin distingos de ideologías políticas o país de origen, reclutó jóvenes de diversas nacionalidades con ansias de contribuir a la derrota del régimen dictatorial en Nicaragua.
Los dos primeros aspectos contradicen la historia oficial del FSLN, que siempre ha proclamado ser el primero y único movimiento armado contra Somoza que rescató y asumió el nombre, ideales y bandera de lucha del General Augusto C. Sandino.
Muchos de los sobrevivientes de estos incipientes “focos guerrilleros” de 1959 en Nicaragua, luego se incorporaron a las estructuras del FSLN y algunos llegaron a alcanzar notoriedad como dirigentes o héroes en la lucha por la liberación de Nicaragua; por lo que esta época histórica de la lucha contra los Somoza, no debe ser ignorada, olvidada o distorsionada; sobre todo cuando de alguna manera constituyeron antecedentes importantes que luego contribuyeron a la formación y lucha del FSLN.
Fuentes: Cuando los AK 47 callan. Guerrillas Revolucionarias y el peligro de la Paz.
Editado por Timothy Brown. Universidad de Stanford.
Año 2000.https://www.cia.gov/library/reports/general-reports-1/cocaine/contra-story/south.htmlEscritos y compilaciones de Bayardo Altamirano.
Autobiografía de Alejandro Martínez. Manuscritos de Heriberto Rodríguez Entrevista a Edelberto Torres Informe de Leónidas Granados Cortés Apuntes sobre Julio Alonso Leclair Parte de Guerra El Dorado 040360 Periódico el Cronista de Honduras marzo 1960 Diario Novedades de Nicaragua marzo de 1960compilador: Julio Eduardo Medina Managua, Nicaragua Febrero, 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
Carta de Jose Maria Palacios Cantarero