Luego del cierre de la frontera venezolana ordenada por el presidente de la República Nicolás Maduro el pasado 19 de agosto, para atacar a las bandas criminales del paramilitarismo, el contrabando y el narcotráfico, en Cúcuta se empiezan a observar grandes colas en las estaciones de servicio.
Y es que en dicha ciudad, que se encuentra a escasos 25 minutos de la frontera con Venezuela, existe un nerviosismo entre los ciudadanos por la posible escasez de gasolina, motivado a la falta del combustible que entraba ilegalmente por contrabando y que era vendido normalmente por los “pimpineros”, sin ningún tipo de sanción.
Según informa el diario El Tiempo Bogotá, la capital del Norte de Santander cuenta con apenas 17 estaciones de servicio de gasolina, las cuales no dan abasto ante la demanda de carros y motos que hay en la ciudad, por lo que tienen que esperar hasta cinco horas para abastecer los vehículos, “al precio preferencial que se vende en esos puntos de la ciudad”.
Además los llamados “pimpineros” se han ido reduciendo en Cúcuta, por lo que el mercado ilegal de gasolina se ha disparado en dicha ciudad.
Al parecer “la escasez” de gasolina disparó los precios en el mercado ilegal de 18.000 pesos a 60.000 pesos por cada pimpina que tiene unos seis galones de combustible.
El mencionado diario colombiano entrevistó a una ciudadana que comercializa el combustible ilegal, la cual mostró su preocupación por la situación que viven a día de hoy.
Según el medio colombiano, la señora “solía tener hasta unos 30 tanques para venderle a los conductores locales el combustible durante el día”, pero eso se ha acabado.
“Se ha vuelto complicado porque no está llegando gasolina, todo está bloqueado por todos lados”, aseguró la mujer.
El Norte de Santander recibe un cupo de 4.198 galones, algo que parece muy poco según los gremios económicos consultados por el medo colombiano, quienes insisten en aumentar dicho cupo, en medio de la actual coyuntura fronteriza, a 8 millones.
T/CO
Fuente/El Tiempo
