Activistas y madres de víctimas de abuso policial, llegados de todo el país, marcharon por las calles de Washington, la capital de los Estados Unidos, en busca de justicia para sus hijos muertos a manos de la policía.
Todas estas mujeres son madres que perdieron un hijo asesinado por la policía, curiosamente, todas ellas son de la raza negra.
La brutalidad policíaca está acompañada de racismo, lo cual ubica a los sectores negros y latinos como el blanco perfecto para dar rienda suelta a la impunidad.
La multitudinaria marcha se dirigió al Departamento de Justicia, donde hicieron la entrega de una lista de demandas para reformar la policía en todo el país.
En respuesta recibieron la promesa de considerar sus demandas.
Una de las principales demandas, es que el Departamento de Justicia investigue todas las muertes a manos de oficiales de policía y que la investigación se extienda a todos los departamentos de policía del país.
