La clase trabajadora portuguesa ha experimentado un importante deterioro en las condiciones de vida debido a la imposición de recetas capitalistas por parte de los respectivos Gobiernos y de organismos antidemocráticos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea (CE).
En este sentido, la oposición de izquierda acusa al Gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho de acabar con los derechos del pueblo trabajador y de aplicar con dureza la doctrina neoliberal.
“Más que nunca, estoy convencido de que debemos continuar por la vía que hemos tomado”, declaró el sábado Passos Coelho.
“Perdí mi trabajo al comienzo de la crisis, en 2009, y tengo pocas esperanzas de volver a encontrar un empleo”, cuenta Carlos Navarro, de 48 años.
“Un año después de la era de la troika, el milagro económico es más bien un espejismo”, comenta Domingos Amaral, profesor de Economía.
“El desempleo sigue siendo alto, la deuda pública también y los impuestos están en un máximo histórico. El crecimiento es todavía tímido, y los portugueses continúan emigrando”, añade el profesor Amaral.
Actualmente, cerca de un portugués de cada cinco vive bajo el umbral de la pobreza, con ingresos inferiores a 411 euros mensuales.
El desempleo afecta al 13,7% de la población activa y entre los jóvenes asciende al 34,4%.
El déficit público fue reducido al 4,5% del Producto Interno de Bruto (PIB) en 2014, pero la deuda ha seguido aumentando y alcanzó el 130% del PIB, un nivel muy superior al de 2011.
Las medidas capitalistas promovidas por el Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho están generando un amplio rechazo popular y multitudinarias manifestaciones de protesta.
LibreRed/HispanTV
