¿Las familias reales viven en un mundo que está más allá de nuestro entendimiento? Para sumarse a una gran cantidad de declaraciones controvertidas que le atañen una naturaleza alienígena/reptiloide a la familia real británica, la actriz Helen Mirren ha expresado públicamente lo que sin duda muchos piensan: «Ser parte de la realeza, es, en cierto modo, como ser un extraterrestre».
Isabel II es la actual monarca y jefa de estado de dieciséis Estados soberanos conocidos como Reinos de la Mancomunidad de Naciones.
«El mundo en el que viven supera nuestra capacidad de comprensión. Jamás han esperado en una cola. Cuando salen a la calle, el tráfico se bloquea para que ellos pasen.
No es posible comprenderlo. En cierto modo, son como extraterrestres.
Pero por dentro son como nosotros, seres humanos con defectos, inseguros, vulnerables, complejos. Mi trabajo es conseguir entrar en la persona que se esconde bajo ese mundo», dijo Mirren.
Más allá del aspecto puramente metafórico, la declaración no deja de ser llamativa si se la ubica dentro de un contexto illuminati en donde la verdadera naturaleza de la familia real británica distaría mucho de la humana.
Helen Mirren interpretó a la reina de Inglaterra en la película ‘La Reina’, dirigida por Stephen Frears, y por la que consiguió un Oscar en 2007, y otros múltiples premios.
Por ejemplo, Christine Fitzgerald, una talentosa curandera, cercana amiga y confidente de Diana, afirma que la princesa compartió con ella información que no podía compartir con otros por miedo a que la tilden de loca.
Está claro que Diana sabía sobre la siniestra herencia genética de la familia real y el control reptiliano; de hecho, los apodos que utilizaba para referirse a los Windsors eran «los reptiles» y «los lagartos», y solía decir sin tapujos que «ellos no son humanos»…
En su momento, la Princesa Diana afirmó que la realeza estaba conectada con «la obsesión de la hermandad por Escocia», porque allí había muchas entradas a la Tierra interna donde vivían los reptiloides físicos.
Dijo además que, en rituales de sacrificio, la reina vestía una capa tejida con hilos oro e incrustada de rubíes y ónices negros, además de poseer para la ocasión un cáliz decorado con finas piedras que simbolizaba su rango dentro de la hermandad illuminati.
Según lo contado por Fitzgerald, la Reina Madre menospreciaba a los iniciados de menor rango, pero temía a un hombre cuyo nombre clave era ‘Pindar’, y que se encontraba un escalón por encima de ella.
‘Pindar’ sería uno de los miembros de las 13 familias dominantes del mundo, y el nombre sería una abreviación para ‘Pinnacle of the Draco’ (el Pináculo del Dragón).
