Cada que el comandante Timoleón Jiménez le habla al país, dice muchas verdades que dan cuenta de las intenciones del gobierno nacional y la clase política para con el país.
“El problema no está en que el señor Uribe y el resto de la caverna se pongan bravos frente a la posibilidad de avanzar camino hacia la paz.
Ellos han estado bravos y haciendo la guerra siempre.
La cuestión no es temer a sus reacciones, sino hacer a un lado y aislar sus posiciones extremas.
Y para ello es necesario romper definitivamente con ellos.
Pese a haberse reelegido con la bandera de la paz, venciéndolos en las urnas, el Presidente continúa siendo vacilante”, dijo el comandante de las FARC-EP el pasado octubre, cuando le advirtió a Juan Manuel Santos que las decisiones por la paz no daban espera.
Cada que el comandante Timoleón Jiménez le habla al país, dice muchas verdades que dan cuenta de las intenciones del gobierno nacional y la clase política para con el país. El jefe insurgente no esquiva oportunidad para poner en la palestra pública a los enemigos del proceso de paz, entre ellos, dice él, la gran prensa y la opinión de aquellos pregoneros que rezan la derrota política de la fuerza guerrillera.
“En Colombia, la oligarquía y el militarismo difunden a los cuatro vientos una propaganda triunfalista según la cual la insurgencia se halla completamente arrinconada y vencida, lo cual se usa entre otras cosas para justificar los diálogos actuales como la última oportunidad concedida a los rebeldes. Una manera taimada de presentar su verdadera intención de aplastamiento”, dijo Timoleón en agosto pasado, recién reelegido Juan Manuel Santos.
Y continúa señalando que la paz no es una concesión bien aventurada de Juan Manuel Santos. Todo lo contrario. Para los proyectos de país y de desarrollo económico del uribismo y el santismo, la solución política resulta necesaria tras una década de aventura militar que no logró derrotar a la guerrilla que él comanda:
“Los diálogos de paz, como está más que demostrado, no fueron una concesión suya -Juan Manuel Santos-. Uribe ya los había propuesto, aunque se indigne al recordarlo. Para el proyecto de la ultraderecha siempre estuvo claro que tras la reducción militar de las FARC y su ruina política por cuenta de la gigantesca campaña mediática de descrédito, había que abrir una mesa de conversaciones con el propósito de conseguir la firma de su rendición. Es su manera de entender la paz”. Ese es el personaje del año para VOZ en 2014.