EE.UU. anunció que envía a miles de soldados adicionales a Liberia para erradicar el ébola y construir instalaciones donde tratar a los enfermos. Paul Craig Roberts, asesor del expresidente Ronald Reagan, cuestiona el verdadero fin de esta operación.
"¿Por qué se envían tropas de combate a construir unidades de tratamiento? ¿Por qué no envían a una empresa de construcción especializada?", cuestiona el asesor del expresidente estadounidense Ronald Reagan, Paul Craig Roberts, en su artículo.
"Miles de tropas adicionales constituyen un equipo de construcción demasiado grande y sin experiencia para unas 17 unidades de tratamiento. No tiene sentido", opina el politólogo.
Esta falta de sentido es lo que ha provocado las sospechas de que los soldados estadounidenses podrían ser utilizados como conejillos de indias para probar las vacunas y las curas contra el ébola, o incluso para portar el virus mortal en sus cuerpos cuando vuelvan a EE.UU.
Además, siguen multiplicándose las teorías conspirativas que sostienen que el reciente brote del ébola fue provocado por la Casa Blanca y que la cepa fue creada como arma de guerra biológica en laboratorios del Gobierno de EE.UU. situados en los países de África occidental que no firmaron la convención que prohíbe este tipo de experimentación; otras hipótesis llegan a afirmar que este plan de la Casa Blanca tiene como objetivo despoblar algunas zona de la Tierra.
Mientras tanto, en medio de estas sospechas y de la tardía admisión por parte del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) de que la cepa actual de ébola puede propagarse a través del aire, la Casa Blanca se opone a lo que Craig Roberts considera "la única política responsable e inteligente": cancelar todos los vuelos comerciales desde y hacia las zonas del ébola.
"Los trabajadores de la salud voluntarios deben ser transportados en aviones militares y deben ser obligados a someterse a la cuarentena necesaria antes de ser transportados de vuelta a EE.UU.", insta el politólogo.
No obstante, la Casa Blanca no respaldó la intención del Ejército de EE.UU. de poner en cuarentena a todos los soldados que regresan del despliegue en Liberia para minimizar el riesgo de transferir el brote de ébola a EE.UU. Además, la Casa Blanca expresó su oposición a las cuarentenas ordenadas por los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey.
Rechazar políticas sensatas fomenta las sospechas de que el Gobierno o algún grupo de conspiración tienen la intención de utilizar el ébola para sus fines malignos, subraya Craig Roberts.
"La democracia requiere que la sociedad confíe en el Gobierno. Sin embargo, Washington hace todo lo posible para destruir esta confianza y presentar la imagen de un Gobierno disfuncional con agendas ocultas y no declaradas", concluye Craig Roberts.