Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

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Honduras: Nuestra Palabra - Migración y remesas, ¿rasgos de independencia?


Se calcula que de toda la población que actualmente emigra, unos dos tercios representan a los jóvenes que realizaron algo de estudio en sus países empobrecidos, y que los que se aprestan a abandonar las fronteras patrias serán, sin duda, los jóvenes más capaces y creativos dentro de la precariedad de sus propios países.

Las políticas represivas en contra de nuestros compatriotas que emigran así como la campaña discriminatoria hacia la población que se arriesga a cruzar el territorio mexicano y la frontera de los Estados Unidos, nos hacen creer que el gobierno de los Estados Unidos tiene la decisión de impedir por completo la migración centroamericana.

Pero eso es falso.

 La migración seguirá siendo inevitable y hasta bienvenida por el capital norteamericano. 

Lo que se busca es tenerla bajo control.

 El gobierno y las empresas estadounidenses seguirán necesitando de nuestra mano de obra, y el desarrollo presente y futuro de un país tan poderoso como Estados Unidos dependerá del capital humano que provenga de los países pobres del sur.

¿Qué significan entonces la represión y el control migratorio feroz que implementa el gobierno de los Estados Unidos? 

Sin duda son políticas migratorias para controlar cifras y manejarlas de acuerdo a los objetivos de la seguridad interna, al tiempo que con esa represión y control se busca chantajear a nuestros gobiernos porque saben que las remesas de los migrantes mantienen a flote la economía y evitan la debacle financiera.

 Por eso, el gobierno de los Estados Unidos se da el lujo de invertir más de cinco mil millones de dólares anuales para controlar los tres mil kilómetros de su frontera con México, y de gastar unos 28 mil dólares por cada persona que deporta de su territorio.

Unos años atrás, el Grupo de los países más ricos del planeta llegó a la conclusión de que las remesas de los trabajadores inmigrantes son la fuente más estable, abundante y segura para mantener en paz y en sobrevivencia las regiones olvidadas del sur. 

Y sin embargo, afina con mayor saña el azote para seguir golpeando a los inmigrantes indocumentados.

El fenómeno de la migración nunca será un verdadero problema para países como los Estados Unidos, puesto que siempre tendrán una mano de obra disponible para el desarrollo. 

El problema es para los países como el nuestro, que seguirá perdiendo lo mejor de su juventud en esas corrientes migratorias, porque la juventud que sale y se ubica en un país como Estados Unidos, se aleja progresivamente, y su alejamiento físico y cultural acabará siendo una huida con pocas posibilidades de retorno. 

Lo mejor del mundo de los países empobrecidos como Honduras parece estar concentrándose en el norte.

Tanto el gobierno de Estados Unidos como los nuestros centroamericanos quieren tapar el sol con un dedo haciéndonos creer que las remesas están dando respuestas a los problemas de pobreza.

 Las remesas sostienen por ahora la crisis económica de los ricos, pero dejan intacta la situación de fondo, y es que las remesas representan la mayor derrota para nuestro país y es la más grande expresión de la falsedad de los llamados discursos patrios.

 Las remesas y la migración forzada son la expresión de ausencia de independencia, libertad y soberanía de nuestro país ausente de patria compartida.


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