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Nuestro vecino Nicaragua, el país que desde Costa Rica muchos lo miran “por encima del hombro” por considerarlo pobre, subdesarrollado, retrasado y otros calificativos que por respeto a este gran pueblo hermano no mencionaremos, fue clasificado por el Informe Climascopio 2013 como el más atractivo en Centroamérica y el tercero en América Latina, para invertir en energías renovables, solamente superado por Brasil y Chile.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, está tan entusiasmado por los esfuerzos de Nicaragua en la generación de energía renovable que afirmó que se sentía agradecido con este Estado, porque su ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli, forma parte de la iniciativa “Energía Renovable para Todos” e invitó al presidente de esa nación, Daniel Ortega, a participar en tres cumbres mundiales previstas entre el 22 y 24 de setiembre próximo en la sede de las Naciones Unidas.
Recientemente, el jerarca del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, destacó que Nicaragua estabilizó el servicio eléctrico y elevó considerablemente el uso de fuentes renovables en pocos años.
El funcionario del BID celebró el avance de esta nación en la distribución de energía eléctrica domiciliar y comunitaria, en especial a las nuevas áreas en las que se incrementa el suministro, que avanza de forma constante, tras recordar que hace apenas ocho años, en su primera visita a Nicaragua como representante del BID, la mitad de la nación carecía de energía eléctrica y quienes disfrutaban de este servicio no lo tenían las 24 horas del día, ni siete días a la semana, era costoso y con ausencia de energía limpia.
Los directivos del BID expresaron su satisfacción por el progreso en esta rama que ha logrado Nicaragua y de su cambio de matriz energética en el que casi el 65 por ciento de la energía que hoy se utiliza es de fuentes renovables y limpias, que lo expuso ante la Organización de Naciones Unidas como ejemplo de métodos que pueden ser utilizados por otros países que tienen serios problemas de cobertura, fundamentalmente en el continente africano.
Mientras que en Costa Rica la población y el sector empresarial se quejan por el alto costo de la electricidad, nuestros vecinos del norte tienen un programa, ejecutado por la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), que conecta todos los días nuevas casas a la red de energía, además de fortalecer las redes de transmisión que garantizan un servicio de más calidad y al menor costo. Entre las metas del Ministerio de Energía y Minas de Nicaragua están elevar la generación a partir de renovables hasta en un 80% para 2018 y alcanzar el 90% en 2020.
Y no solo Fidel Castro y los Presidentes miembros del ALBA, como Nicolás Maduro, Evo Morales y José Mujica, reconocen la excelente labor del otrora amigo de los ticos, Daniel Ortega, también el archienemigo de los sandinistas -sector privado-, representado por la Cámara Nicaragüense Americana (Amcham) y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) ahora aprecian el esfuerzo de Ortega en la construcción del Gran Canal Interoceánico, valorando positivamente este megaproyecto para el desarrollo del país.
Si le añadimos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúa proyectando un crecimiento económico para Nicaragua (entre un 4% y un 5%) y que en el 2019, el 5% del comercio internacional pasará por el nuevo canal (más de 5 mil barcos; el doble de los que hoy transitan por el Canal de Panamá), probablemente podría ser que los nicaragüenses sean quienes en unas décadas nos miren a nosotros “por encima del hombro”.
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