Las Fuerzas de Autodefensa de Maidán probablemente jugaron un papel clave en una redada en una fábrica ucraniana de bebidas alcohólicas.
Hombres armados con granadas de humo asaltaron el edificio mientras agentes judiciales esperaban al lado.
La toma de control de la planta de producción de vodka Nemiroff, ubicada en la ciudad de Nemirov, en la región de Vinnytsia, en el centro de Ucrania, se convirtió en la última y posiblemente la más violenta etapa del desarrollo del conflicto legal entre los accionistas de la compañía, que han estado luchando por el control de su propiedad desde 2011.
En las imágenes del asalto del edificio se observa una gran multitud de personas que se reunieron detrás de la valla de la fábrica. Entre ellos se encontraban agentes judiciales y un grupo de agentes de la Policía antidisturbios totalmente equipados.
Un comentario que se oye en el video les identifica como la unidad Grifón del Ministerio del Interior de Ucrania, responsable de respaldar a los oficiales de justicia en la aplicación de las decisiones judiciales.
Los actores principales, no obstante, fueron docenas de hombres, algunos de ellos vestidos de civiles, otros vestidos con uniformes militares, sin insignias ni elementos de protección, que entraron en el edificio rompiendo los vidrios de las puertas cerradas del vestíbulo y tirando varias granadas de gas en el interior de la planta, según muestran las imágenes filmadas.
El grupo de atacantes, la mayoría de ellos armados con tubos, palos y escudos metálicos, asaltaron el edificio cantando himnos nacionalistas ucranianos.
Al menos una persona en el video se refiere a los agresores como "las autodefensas", algo que sugiere que se podría tratar de miembros de las llamadas Fuerzas de Autodefensa de Maidán.
El conflicto entre los accionistas mayoritarios de Nemiroff, Yákov Gríbov y Anatoli Kipish, que poseen algo menos del 75% de la compañía, y la familia Glus, que posee el resto, enfrenta a estos dos grupos por el control sobre la marca y las diferentes instalaciones de la empresa y sus filiales en Ucrania y Rusia.
La batalla ha tenido hasta ahora un carácter puramente legal.
Con el asalto de la planta, los agentes judiciales y la Policía aplicaban la decisión del tribunal y garantizaban el acceso a la planta a sus accionistas mayoritarios.
No está claro por qué los civiles estaban involucrados en la ejecución del fallo judicial.
Tampoco se sabe si se les pagaba por su participación o si actuaron por motivos ideológicos o sentimentales.
Sin embargo, los hombres armados que actúan por motivos turbios son, evidentemente, una fuerza que juega un papel importante en este conflicto sobre la propiedad en la Ucrania posterior al golpe de Estado.
