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El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, calificó como "increíble acto de agresión" el reforzamiento de defensa de bases militares rusas desplegadas en Crimea y dio a entender que el Pentágono sigue preparándose a lanzar una ofensiva contra Irán.
“No se debe intervenir en otro país para proteger sus propios intereses bajo un pretexto falso”, dijo Kerry el pasado 3 de marzo, al conceder una entrevista a NBC.
Esta declaración no tenía nada que ver con el reconocimiento de que los pretextos falsos y métodos inapropiados que usó EEUU en sus inútiles “campañas orientales” conllevaron la muerte en los países lejanos de miles de los estadounidenses y ciudadanos de los países miembros de la OTAN.
El secretario de Estado de EEUU no lamentó que tras la intervención militar de EEUU en estos “otros países” el número de civiles muertos en los conflictos ascendió a centenas de miles y de refugiados, a millones de personas.
Kerry no lamentó tampoco que para las guerras en Iraq y Afganistán se destinó inútilmente billones de dólares.
Los contribuyentes estadounidenses van a compensar estos gastos durante muchos años.
La declaración anunciada y la característica de "increíble acto de agresión" se refieren a las acciones de la Flota rusa del Mar Negro destinadas a reforzar la defensa de las bases militares rusas desplegadas en Crimea y mantener el orden público en torno a éstas.
Mientras, anteriormente, Kerry dijo a un pequeño grupo de periodistas en su oficina del Departamento de Estado que “cualquier tipo de intervención militar que viole la soberanía, la integridad territorial de Ucrania, será un grave error”.
Pero hacia este momento todos ya sabían perfectamente que Moscú ni siquiera contemplaba la desintegración de Ucrania y anexión de la república autónoma ucraniana de Crimea a Rusia.
No se abordó evidentemente en aquel diálogo las consecuencias de la intervención militar de EEUU y la OTAN para la desintegración de la antigua Yugoslavia, Iraq y Libia.
No es ningún secreto que el secretario de Estado de EEUU estima de manera extraña la coyuntura mundial que cambia rápidamente.
Según los expertos estadounidenses, siendo el portavoz de la Casa Blanca, Kerry “sólo hará lo que le dirían sin sorpresas.
Es una calidad que se aprecia altamente en Washington. Va a hacer y decir cualesquiera cosas, pero siempre seguirá el guion escrito de antemano”.
Así las cosas, si en el “guion ucraniano” fue prevista la hipotética intervención de Rusia a Ucrania, Kerry continuará insistiendo en esto hasta que se le sustituya el texto.
Bret Stephens de The Wall Street Journal centró atención en este comportamiento extraño de Kerry ya en 2011, antes de que éste fuese nombrado secretario de Estado de EEUU.
Al día siguiente tras la primera manifestación multitudinaria contra el régimen sirio que tuvo lugar el 16 de marzo, John Kerry declaró que el presidente sirio, Bashar Asad era “fiel a su palabra y se comportaba de modo muy noble”. Posteriormente, al volver a Washington, Kerry nombró a Asad como “querido amigo”.
Pero el 2 de septiembre de 2013, Kerry ya tuvo otro texto y comparó a su “querido amigo” con Adolf Hitler y Saddam Hussein.
Hace poco tuvo lugar otra situación peligrosa.
Todos saben que la comunidad internacional había sacado del punto muerto las negociaciones con Irán sobre el problema nuclear.
Pero la semana pasada, Kerry anunció su visión de la situación a los periodistas: “Tomamos la iniciativa y encabezamos los esfuerzos para entender, antes de librar la guerra, si es posible encontrar una solución pacífica”.
Los propios estadounidenses no entienden si Kerry declara a EEUU y a todo el mundo que la guerra con Irán ya se prepara y es inevitable o simplemente pasa por alto los cambios en la situación.
La costumbre de ver lo que uno quiere ver en vez de lo que pasa en la realidad la puede tener un escritor, pero es peligrosa para un diplomático.
Y es especialmente peligrosa cuando uno no puede liberarse de ésta durante muchos años o no se le dan liberarse de ésta sus colegas.