El conflicto en Siria se ha convertido en un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos, afirma este viernes el nuevo secretario del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, por sus siglas en ingles), Jeh Johnson.
Ha realizado estas declaraciones en su primer discurso público tras tomar posesión del cargo (diciembre 2013). Johnson ha señalado que las autoridades estadounidenses prestan gran atención a los que parten con destino a Siria para luchar junto a otros militantes extranjeros.
“Sabemos que individuos de Estados Unidos, Canadá y Europa están viajando a Siria para luchar en el conflicto”, ha aseverado.
Johnson ha afirmado también que el DHS, la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) y agencias de Inteligencia trabajan estrechamente para identificar a los combatientes extranjeros que representan una amenaza a la patria.
Ha expresado “gran” preocupación por los hombres armados que han sido entrenados por el grupo Al-Qaeda y que regresan a sus países de origen.
Así son “más difíciles de detectar porque están asentados en la sociedad estadounidense con un fácil acceso a cosas que, en las manos equivocadas, se convierten en herramientas para la violencia en masa", ha añadido.
Pero, no ha precisado la cantidad de mercenarios estadounidenses que operan en Siria. Fue el director de Inteligencia Nacional, James Clapper quien cifró en unos 7 mil los terroristas extranjeros de 50 países en Siria.
Hace poco el diario estadounidense 'The New York Times', citando a funcionarios de Inteligencia de Washington, había apostillado que los grupos terroristas buscan reclutar y entrenar a extremistas que han entrado en Siria, procedentes de países occidentales con el objetivo de enviarlos a casa y arremeter contra sus propios países.