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Nicaragua: Arlen Siu Bermudez


Arlen Siú se convirtió en una figura emblemática de la lucha sandinista desde antes del triunfo de la Revolución. Cuando asesinaron a cuatro estudiantes en Jinotepe, el 9 de julio de 1978, la multitudinaria manifestación que acompañaba el funeral y que recorrió las principales calles de la ciudad, llevaba al frente un enorme retrato de la chinita. 

La impresionante escena fue inmortalizada en fotografías de la conocida reportera gráfica estadounidense Susan Meiselas, que tuvieron una amplia difusión nacional e internacional. 

Sobre los cuatro ataúdes fueron desplegadas banderas rojinegras y también a la cabeza del sepelio. 

Los padres de Arlen entregaron el gran retrato a los manifestantes cuando éstos pasaron por la casa de habitación de la guerrillera caída tres años antes.

Ejemplo de Arlen Siu da frutos en logros sociales de la Revolución

Este primero de agosto de se cumplen 35 años de la caída en combate de Arlen Siu (1 de agosto de 1975) en un enfrentamiento con la guardia somocista en el municipio leonés de El Sauce, pero sus familiares aseguran con orgullo revolucionario que están satisfechos porque su sacrificio contribuyó a hacer realidad los logros sociales que hoy impulsa la Revolución Sandinista en esta nueva etapa.

Arlen cayó combatiendo un día como hoy pero del año 1975, cuando las fuerzas del tirano atacaron sorpresivamente una escuela de entrenamiento del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Junto a ella cayeron los combatientes Mario Estrada, Gilberto Rostrán Julia Herrera de Pomares, Mercedes Reyes, Hugo Arévalo, Juan y Leónidas Espinoza.

Arlen nació en Jinotepe, Carazo el día 15 de julio de 1955, en el seno de una familia acomodada formada por Armando Siu Lau (q.e.p.d) un antiguo militante del Partido Comunista chino que emigró a Nicaragua en 1940 y se casó con la nicaragüense Rubia Bermúdez, con quien procreó una familia con mucho arraigo en la región caraceña.

Forjada en valores cristianos y solidarios

Marlon Siu, hermano de Arlen, señala que ella era una joven con muchos valores cristianos, en los cuales se fundamentó su pasión por ayudar a los demás, en particular a los más empobrecidos.

“Ella se desprendía de todo para regalárselo a la gente pobre”, dijo Marlon en su hogar de Jinotepe, donde conservan numerosos recuerdos y fotografías de la combatiente sandinista.

Recuerda que desde muy pequeña se integró a los grupos cristianos, alfabetizaba a la gente pobre en comunidades rurales como La Conquista, Santa Teresa, Güisquiliapa, El Rosario y otras.

Su hermano destaca igualmente la sensibilidad artística que poseía Arlen y su inclinación por la música, ya que ejecutaba la guitarra, el acordeón y la flauta; bailaba, cantaba, escribía poesía, dibujaba y le gustaba componer su propia música.

Una de las canciones que compuso es “María Rural”, un poema que escribió junto a una de sus hermanas y que luego musicalizó.

Tanto su hermano Marlon como su madre Rubia Bermúdez viuda de Siu, destacan que Arlen se caracterizó siempre por su entrega total a favor de los pobres y a la causa revolucionaria.

La toma de iglesias y el terremoto de Managua

Ambos recuerdan que en los días previos al terremoto de Managua en 1972 había acompañado a los estudiantes que estaban en huelga de hambre en las iglesias de la capital, retornó brevemente a Jinotepe y tenía planeado regresar el 24 de diciembre. Pero el terremoto frustró ese viaje.

Sin embargo, en los días posteriores a la tragedia Arlen se desapareció de su hogar durante varios días y se volcó en apoyo de los damnificados que llegaron a Carazo, conviviendo con ellos en los campamentos temporales donde estaban refugiados.

Tras la debacle de la capital muchos dirigentes del FSLN de la época como Ricardo Morales Avilés y otros se trasladaron a Carazo, donde la contactaron.

 A partir de ahí Arlen, algunos de sus hermanos y otros jóvenes jinotepinos, se involucraron de lleno en la lucha revolucionaria, creando una especie de retaguardia urbana en las ciudades caraceñas.


Se convierte en ejemplo para juventud y mujeres

Arlen se trasladó luego a estudiar a la UNAN de Managua donde fortaleció esos vínculos.

Para su hermano Marlon, eso permitió que sus sentimientos cristianos, solidarios, tuvieran un cauce a una mayor estatura revolucionaria y se integrara de lleno a la lucha.

“De aquí salieron los primeros muchachos que de Jinotepe fueron hacia la montaña, era en ese entonces por oleadas, y aquí nosotros decíamos que éramos la retaguardia de la guerrilla y que nuestro papel era preparar al grupo de jóvenes que alimentaba a la guerrilla, ir concientizando aquí localmente, entonces así comenzó su lucha”, dice Marlon.

Destaca que su hermana cayó cubriendo la retirada de sus compañeros de lucha en El Sauce, según les confirmaron sobrevivientes de ese ataque.

Asimismo añade que su ejemplo se multiplicó luego que durante el sepelio de un grupo de jóvenes asesinados por la guardia en Jinotepe, se usó una foto de Arlen para encabezar el cortejo fúnebre y de protesta, la cual fue suministrada por su familia cuando el sepelio pasó por su hogar.

Clamor nacional: ¿Adonde está Arlen!?

Luego se generó un masivo reclamo que provocó movilizaciones en todo el país para que la dictadura entregara sus restos mortales, lo cual se logró hasta después del triunfo revolucionario de 1979.

En este aniversario la familia prepara un festival de música y poesía en Jinotepe para recordar a Arlen y para que la juventud conozca su ejemplo de sacrificio y lucha.

“Estamos buscando cómo poner en esta nueva etapa (de la revolución) el ejemplo de Arlen en primera fila especialmente para el joven, para que el joven comprenda que la lucha no ha terminado, tenemos muchos caminos que recorrer, hay que lograr que los sueños de Arlen, de libertad, acabar con la pobreza, con la ignorancia, digamos, se logren concretar”, dijo.

“Yo le decía a algunos compañeros que en esta etapa ya estamos pasando la sombra de la restitución de los derechos del pueblo y hemos comenzado otra vez como en los años ochenta a conquistar nuevas campos que son nuevas victorias, que son nuevos logros que el pueblo está conquistando ahora y lógicamente que eso solamente se ha podido lograr gracias a ese esfuerzo de todos los compañeros por continuar con esta lucha, con el esfuerzo revolucionario logrando que podamos saborear nuevas conquistas, ya no que restituyamos lo que en los 16 años nos quitaron, si no que comencemos ya a pasar a saborear nuevas conquistas”, reflexionó Marlon.

Trascender la restitución de derechos hacia nuevas victorias

“Yo creo que ya pasamos esa etapa y hay que garantizar por lo menos una continuidad de esos esfuerzos y  que otras fuerzas de derecha siempre contrarias a eso, no puedan contener este impulso que tenemos”, añadió.

Lamentó que alguna gente de la derecha le diga: “Lástima, tu  hermana, murió por nada”.

“Y te lo dicen como diciendo no sirvió para nada el sacrificio de Arlen y yo siempre les respondo no es una lástima, el sacrificio se ha hecho realidad en los niños que no mueren de enfermedades, de hambre, en los jóvenes que pueden aspirar hasta a convertirse en un profesional, en el pequeño comerciante, en el pequeño agricultor que tiene posibilidades ahora surgir, no ser presa de los agiotistas, no ser presa de una cantidad de gente que busca siempre cómo esquilmar al que menos tiene”, dijo.

¡Su sacrificio no fue en vano!

“Creo yo que el sacrificio de Arlen nunca fue en vano incluso cuando se dio la derrota del 90 y se pasó a otra etapa de lucha se revitalizó su lucha y su valía y su esfuerzo, y su sacrificio. Ahora en una nueva etapa, cuando se ven logros concretos, que no es cosa de que te cuento, es cosa de ahí está! Que son tangibles, yo siempre les digo a ellos: Vean, ahí está el fruto del sacrificio de mi hermana.. No fue en vano!”, exclamó.

“Con solo el hecho de estar aquí tranquilo, hablando, ya se que no fue en vano, porque ese sacrificio tiene ese resultado. Quién sabe cómo estaríamos todavía en una noche oscura del somocismo, donde no podía uno hablar ni decir lo que pensaba; ahora uno puede decir lo que piensa independientemente de qué ideología tenga. Ahí está vivo el sacrificio, ahí está lo que vale la pena de ese sacrificio de Arlen mi hermana. Esa es siempre mi respuesta a esta gente”, concluyó.

La Revolución devolvió la esperanza

Para la madre de Arlen, Rubia Bermúdez, el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979, le devolvió la esperanza y le confirmó que su sacrificio no había sido en vano.

“Sentí mucha alegría porque yo sabía que mi hija había hecho una gran obra porque yo estaba muy reprimida, viví todo ese tiempo después que ella cayó hasta la revolución… muy reprimida, pero ya después surgió una cosa interna en mí que era como de alegría, esperanza, de tranquilidad, que íbamos a tener y que la hemos tenido hasta ahora gracias al Señor, con todo el esfuerzo de la sangre que cayó aquí en Nicaragua”, reflexionó.

“Como madre digo yo que las otras madres deben de sentirse tranquilas porque hicieron un gran esfuerzo los hijos de nosotros que cayeron”, añadió.

Nicaragua resurge con Revolución Sandinista

“Ya ve como estamos trabajando y Nicaragua va surgiendo de su pobreza pero ahí va, la gente va creciendo diferente, con otra mentalidad”, dijo tras indicar que ahora todo mundo conoce a nuestro por su ejemplo de soberanía y dignidad.
María Rural
(Arlen Siu)

Por los senderos del campo
Llevas cargando tu pena
Tú pena de amor y de llanto 
En tu vientre de arcilla y tierra

Tu tinajita redonda 
Que llenas año con año
De la semilla que siembra
El campesino en su pobreza

Hoy quiero cantarte maría rural
Oh  madre del campo
Madre sin igual 
Hoy quiero cantar
Tus vástagos pobres
Tu  despojos triste
Dolor maternal

Desnutrición y pobreza
Es lo que a vos te rodea
Choza de paja en silencio
Solo el rumor de la selva

Tus manos son de cedro
Tus ojos crepúsculos tristes
Tus lágrimas son barro
Que derramas en las sierras

Por esa razón en esta ocasión
Hoy  quiero cantar
A tu corazón
Hoy quiero decirte lo que siento
Por tanta pobreza y desolación 
 
Por la praderas y ríos
Va la madre campesina
Sintiendo frío el invierno
Y terrible su destino

Por los senderos del campo
Llevas cargando tu pena
Tú pena de amor y de llanto 
En tu vientre de arcilla y tierra

Hoy quiero cantarte maría rural
¡Oh!  madre del campo
Madre sin igual 
Hoy quiero cantar
Tus vástagos pobres
Tu despojos triste
Dolor maternal

Para su progenitora, el ejemplo de Arlen Siu también contribuyó a que la política de restitución de derechos para la mujer sea hoy una realidad.

 “Yo creo que sí, porque la mujer tiene libertad,  la oyen, porque antes la mujer no le oían aquí en Nicaragua, muchos respetaban otros no, pero ahora sí se ha dado a respetar a mi parecer, el respeto es que ella ha triunfado como mujer, nosotras hemos triunfado como mujeres, hemos hecho un poco mas de esfuerzo después del hogar”, dijo.

“Me siento tranquila y satisfecha después que yo sufrí tantas amarguras con ella, no porque ella me las hubiera dado, si no porque se me había marchado y se me perdió, se fue del hogar para darse ella  y cayó luchando, tratando de vencer el obstáculo que tenia Nicaragua”, rememoró.

“Eso es lo que me gusta ese triunfo que ella sintió al morir, porque yo sé que ella se sentía una mujer que estaba triunfando a la hora de la muerte, porque hasta después yo quedé con mis pensamientos… ah, mi hija hizo una labor, entonces ella se fue de esta vida pensando que Nicaragua iba a salir adelante y como mujer ella triunfó también Eso es lo que yo he pensado por ultimo”, recalcó.

“Yo me siento satisfecha porque ella triunfó como mujer.

 Ella era una muchacha muy dulce, amable, no fue malcriada, ella se dio para los demás no solo para ella. Por eso es que el Señor se la llevó, sabía que era una mujer valiosa y que no podía estar sufriendo, para que triunfara ella. Por eso yo me siento satisfecha con la Revolución, porque nos ayudó mucho también”, concluyó.

Cesar perez

http://virginia.ibisservices.com/memorias/view_stories.php?id=86

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