La educación, uno de los pivotes de la Revolución Cubana, ha transitado durante estos 55 años por momentos trascendentales de aprendizaje, búsqueda y renovación. Hoy Granma se acerca a algunos de ellos
El dominio de las nuevas tecnologías, desde la enseñanza primaria, brinda herramientas para el estudio y es sin duda otro logro de la educación.
Según el escritor Eduardo Galeano, el dios hindú del intelecto, Ganesha, enseña que las primeras palabras de un libro son tan fundamentales como los primeros ladrillos de una casa o de un templo. Así mismo podría decirse de los incipientes pasos que se llevan a cabo en la construcción de una sociedad. Como en una obra cuidadosamente trabajada, se necesita crear las bases, para luego recoger el fruto retribuido en beneficios para sí misma.
El dominio de las nuevas tecnologías, desde la enseñanza primaria, brinda herramientas para el estudio y es sin duda otro logro de la educación.
En el caso de Cuba, la educación constituyó uno de esos ejes priorizados en cada lugar donde se fue asentando la Revolución.
Caracterizó el Comandante en Jefe Fidel Castro la situación de este sector antes de 1959 en su alegato La Historia me Absolverá, y lo hizo de la siguiente forma: "A las escuelitas públicas del campo asisten descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos de la mitad de los niños en edad escolar... "; afirmación que refleja una situación verdaderamente alarmante si además se contemplan otras estadísticas como, por ejemplo, que había en Cuba un millón de analfabetos, en una población de cinco y medio millones de habitantes.
A solo pocos días del 1ro. de enero de 1959 se creó en Cuba la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental y el 22 de abril de 1960 Fidel hace el llamado para crear el Contingente de Maestros Voluntarios. Se prepararon en el campamento Minas de Frío, en la Sierra Maestra, para luego alfabetizar en las aulas que fueron creándose en el país.
Esta experiencia constituye, para quienes hoy la recuerdan, un hito trascendental de la educación: "La alfabetización fue una gran movilización del pueblo cubano. No se sabe quién aprendió más, si los alfabetizadores, la familia de los alfabetizadores, o los campesinos", rememora la doctora Lesbia Cánovas, presidenta de la Asociación de Pedagogos de Cuba, quien por aquellos años era una joven incorporada a la alfabetización.
"No fue la cartilla o el manual. Fue aprender a vivir, aprender de nuestro país, su vida rural, sus riquezas y recursos naturales. Fue el encuentro con manifestaciones muy peculiares en cada contexto dentro de una misma cultura. Las muchachitas tenían que salir de sus casas muy jóvenes. ¡Con qué celeridad se produjo un impacto en el comportamiento y la mentalidad de las personas, en las maneras de ver la realidad!"
El Plan de Estudios Ana Betancourt para jóvenes campesinas, las Brigadas "Pilotos", Conrado Benítez, y las Brigadas Obreras Alfabetizadoras Patria o Muerte, son ejemplos de cómo se fue asumiendo ese proceso de amplia movilización social.
"Cuba será el primer país de América que a la vuelta de algunos meses pueda decir que no tiene un solo analfabeto...", informa el compañero Fidel ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 26 de septiembre de 1959. Las cifras de la Campaña, que comenzó en enero de 1961, y culminó en diciembre de ese año, hablaban de que se redujo el analfabetismo en Cuba a un 3, 9 %. Ese fue el inicio de una batalla por alcanzar niveles posteriores de escolaridad en la población cubana.
En el Mensaje Educacional al pueblo de Cuba el 30 de noviembre de 1959 armando Hart, ministro de Educación, explicó que la reforma de la enseñanza no debía circunscribirse al problema del analfabetismo, sino que debía ser "empeño de elevar el nivel intelectual y la calidad del profesorado, cuestión de mejoramiento de las técnicas de trabajo docente, de elaboración de planes y programas, de progreso en el régimen de relaciones entre profesores y alumnos, de experimentación y estudio y perfeccionamiento pedagógicos constantes". La Ley de Reforma Educacional quedó aprobada por el Consejo de Ministros, el 21 de diciembre de 1959.
La enseñanza técnica, el arte y el deporte
Al triunfo de la Revolución la situación de la Enseñanza Técnica Profesional (ETP) tampoco era muy alentadora. En conferencia ofrecida en la Universidad de Camagüey (2013), el doctor en Ciencias Pedagógicas y profesor titular Aker Aragón, quien fue director de la ETP, aseguraba que "los planes de desarrollo llevados a cabo por la naciente Revolución en el poder, requerían de mano de obra calificada".
La Ley de Reforma Educacional ya resumía la importancia de la ETP en Cuba, de los oficios y las ocupaciones agrícolas. La nacionalización de la enseñanza en el año 1961 favoreció la creación de tecnológicos para sentar las bases de la industrialización y el apoyo a la economía del país.
"Fueron años de muchas ideas, comenta Aker a esta periodista. Surgió en 1964 un organismo que se llamaba Consejo del Plan de la Enseñanza Tecnológica, que se dedicó a formar obreros y técnicos para la agricultura, y se crearon más de 20 centros en todo el país, hasta que se fusionó de nuevo con el Ministerio de Educación".
Quien también fuera Director de la Enseñanza Tecnológica Agropecuaria, denomina a los ochenta "la década de oro": "Las escuelas llegaron a ser verdaderas fábricas; llegamos a producir valores por millones de pesos en la fabricación de piezas de repuestos, aditamentos, equipos y muebles; se diversificaron las especialidades y los niveles de ingreso".
Pero llega el derrumbe del campo socialista, y con él la realidad de este subsistema de enseñanza se complejiza. Aker recuerda dos proyectos llevados a cabo en esos años: "Uno fue el ensamblaje de 750 mil bicicletas que el país adquirió en la República Popular China. Más de 30 centros en el país realizaron líneas de ensamblaje, con lo cual se palió en parte la enseñanza práctica. La otra fue la creación de casi 160 Institutos Politécnicos Agropecuarios (IPA), cuya base de estudio fundamental fue la tierra. En esos IPA surgieron las 15 líneas, que no eran más que objetivos para lograr una agricultura orgánica y sostenible".
Hasta el sector de la cultura y el deporte llegó el impacto de la educación. A la par de la fundación del Consejo Nacional de Cultura en el año 1961 y del surgimiento de importantes instituciones culturales, se funda la Escuela Nacional de Arte, y una red de centros de este tipo en todo el país. Además se inicia un movimiento de aficionados que en 1975 contaba con 18 mil grupos.
Entre los artistas beneficiados con la enseñanza artística en Cuba estuvo el pintor José Antonio Rodríguez Fuster, quien además fue alfabetizador: "Entré en las escuelas para Instructores del Arte en febrero del año 1963. Allí estuve hasta diciembre de 1965, en unos cursos emergentes que creó Fidel, para que obreros y campesinos fueran a enseñar el arte y la cultura. Allí tuve los mejores maestros. Cuando salí de allí era un artista".
De igual forma sucedió con el deporte. Con la creación del INDER el 23 de febrero de 1961, se funda también el Centro Nacional de Educación Física y Deportes Manuel Fajardo para la preparación de los primeros profesores de Educación Física, instructores y entrenadores de deporte. Otro momento importante fue la creación de las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) y de los Juegos Deportivos Nacionales Escolares.
La universidad cubana: columna vertebral
En la cúspide del Sistema Nacional de Educación se encontraban las universidades luego de la Reforma de la Enseñanza, y tres eran los centros de este nivel en el país: La Universidad de La Habana; la Marta Abréu, de las Villas; y la Antonio Maceo, de Oriente.
En la década de los sesenta se crea el Consejo Superior de Universidades y este asume un conjunto de reformas en la enseñanza que se llamó "Bases Fundamentales de la Enseñanza Superior" aprobada el 10 de enero de 1962. En el ámbito académico se tomaron medidas relacionadas con la eliminación de métodos de enseñanza repetitivos y escolásticos. Se incluyó la investigación científica como un elemento del proceso docente y se crearon planes de becas para permitir el acceso a las capas humildes de la sociedad.
Poco a poco se crearon las facultades de Medicina para formar los profesionales del sector de la salud, y más adelante los Institutos Pedagógicos.
En el I Congreso del Partido, celebrado en diciembre de 1975, se aprueba la reestructuración de la Enseñanza Superior, con la cual se pretendía extender la universidad a todo el país.
En el año 1976 se crea el Ministerio de Educación Superior y con él surgieron 18 universidades. A este organismo le correspondió llevar adelante la política trazada en relación con los estudios superiores. En la actualidad el país cuenta con un total de 68 universidades que tienen la misión de preservar, desarrollar y pro-mover a través de sus procesos sustantivos y en vínculo con la sociedad, la cultura humana.
Otro momento importante fue la materialización de la Universalización de la Enseñanza en el año 2000, como parte de los programas de la Revolución en la Batalla de Ideas. En el país se crearon 169 sedes universitarias que fueron atendidas por los Centros de Educación Superior.
Retos y pertinencias actuales
Han sido logros de la educación, por solo mencionar algunos, el desarrollo en la enseñanza especial y para adultos, la educación prescolar y en círculos infantiles.
Pero el sistema educacional también ha tenido retos que desafiar. Desde hace algunos años se enfrenta el éxodo de maestros, la necesidad del aumento de la calidad en los profesionales del sector, así como la urgencia de la valorización del gremio, tanto por la sociedad, como en el aspecto material. Sus profesionales no están ajenos a esas realidades, y es punto de debates en los espacios creados con ese fin.
En la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, certificó que la continuidad de estudios de los niños y jóvenes cubanos está garantizada. Pero eso no es suficiente. Habrá que ponerle ganas a suplir otras deficiencias, que dependen de la labor de cada centro educacional. Por ejemplo, aunar los vínculos entre la familia y la escuela, un discurso tan reiterado, y no por eso menos importante.
Para Lesbia Cánovas la escuela aprende de la comunidad y viceversa y tiene que convertirse en el centro cultural más importante de la comunidad. Sin duda, uno de los tantos retos por los que le toca ahora responder a la educación cubana.
Por Lissy Rodríguez Guerrero
Por Lissy Rodríguez Guerrero
Tomado de Diario Granma