Pablo Escobar durmiendo; lo acompaña su cuñada |
JM CARBONELL / Colombia – El narcotráfico ha sido uno de los financiadores de los partidos tradicionales colombianos -liberal, conservador y demás especies-, desde la época de la bonanza marimbera en los años 70.
El fenómeno se dió primordialmente en la Costa Caribe y son reconocidos actores del narcotráfico como Luquita Cotes, Lucho Barranquilla, el famoso ”Maracas” y las familias Cárdenas y Valdeblanquez, quienes protagonizaron una guerra de hechos atroces.
En esa época ya los políticos tradicionales se ”untan” de narcotráfico, y es así como Edgardo Vives Campo hace sus primeras incursiones en el negocio de la droga de la mano de ”Maracas”. Ésta experiencia le permite años después abrazar como ”normal” el narco-para-militarismo de Hernán Giraldo, siendo éste un ”consentido” de la clase política de Santa Marta, ayudado para ello por Miguel Pinedo Vidal.
Posteriormente, ya en la época de la cocaína, cuyo negocio estaba en poder de los ”interioranos” del Cartel de Medellín, inicialmente, y después del Cartel de Cali, la presencia nada ostentosa de Fuad Char al frente de un ”cartelito de las pastillas” es muestra de esa peculiar moral de los políticos de los partidos liberal conservador.
Las mafias del narcotráfico siguen embarcando millones de kilos de cocaína hacia Europa y Estados Unidos, lo cual le significa millones de dólares, que según Noam Chomsky por el año 94 significaba la llegada subterránea a la economía mundial de más de 750 mil millones de dólares, lógicamente que 80% del negocio era manejado por los grandes bancos estadounidenses.
Los ríos de dólares les muestra a los politiqueros tradicionales el filón ante el cual estaban y con las bandas de narco-paramilitares que los capos manejaban les garantizaban el control armado de los pobladores de sus zonas, lo cual significaba votos y expoliación de tierras.
Es de recordar que el Cartel de Medellín -al cual pertenece Uribhitler y José Obdulio Gaviria-, tiene en su haber el nada honroso título de ser los creadores de los narco-paramilitares, del sicario en moto, y con los militares de los ”Mochacabezas”.
El Cartel de Medellín crea el MAS -Muerte a Secuestradores-, al ser secuestrada una de las hermanas Ochoa por parte del M-19, entrando así a ser creadores indirectos de los narco-paramilitares.
Los millones de dólares que le significaban a la mafia el envío de toneladas de cocaína en aviones -descubierto por Pablo Escobar y Álvaro Uribe Vélez (entonces director de la Aerocivil)-, entran a la economía colombiana y paliaban la crisis económica.
No se sabe a ciencia cierta ni se ha podido cuantificar los millones de dólares que entraron a la economía colombiana. Sólo un gobierno popular puede darse a la tarea de cuantificarlos y evaluar el daño y la distorisión hechas a la economía.
Mas la parte visible del fenómeno está en los narco-para-políticos, los cuales financian sus campañas con dineros del narcotráfico (hasta el hijo de César Gaviria), lo que nos lleva a aseverar que son los dineros del narcotráfico los que permiten a los politiqueros de los partidos liberal, conservador, uribistas ahora, avasallar a los candidatos de los sectores populares ya que una campaña para senado y cámara de representantes gasta por lo bajo 2 ó 3 millones de dólares.
Nuestro pueblo en su inmensa berraquera lucha desigualmente contra los candidatos oligárquicos. Ahí están los ejemplos de los candidatos verdaderamente de izquierda, revolucionarios, como Jorge Enrique Robledo, Gloria Inés Ramírez, Iván Cepeda, y otros.
La lucha podrá ser asimétrica, desigual, pero el valor moral de los que no se venden está ahí como prueba irrefutable de la valentía del pueblo colombiano.