El culebrón de Thamsanqa Jantjie, el famosísimo falso intérprete del funeral de Nelson Mandela en el estadio de Soweto, tuvo ayer un nuevo capítulo con la confirmación de su ingreso en un hospital psiquiátrico. Según adelantó el periódico sudafricano ‘The Star’, Jantije está recluido en el hospital psiquiátrico Sterkfontein.
Parece que fue el martes cuando la mujer del intérprete, Siziwe Jantjie, llevó a su marido al centro sanitario de la localidad de Krugersdorp, donde tras hacerle un reconocimiento se optó por dejarle ingresado. “Los últimos días han sido difíciles y hemos decidido pedir apoyo”, ha declarado la esposa.
Una coartada, la de su locura, que fue usada desde el primer momento por el intérprete y su familia.
Horas después de que saltara el escándalo de la falsa traducción de los discursos, en el que las manos de Jantjie no decían nada y cuando lo hacían su significado era langostino o caballo que se balancea, la mujer enseñó a algunos medios bolsas con las medicinas que debía tomar su marido aquejado de esquizofrenia.
De hecho, parece que el día 10 de diciembre tenía que haber acudido a una revisión a la que evidentemente no acudió por estar ocupado (era el día del funeral). “Pidió que le dieran otra fecha”, dice ‘The Star’.
El propio Jantjie afirmó que había sufrido un brote psicótico durante el acto y que comenzó a escuchar voces y ver ángeles, lo que le impidió desarrollar su trabajo.
Él sigue manteniendo que tiene título de intérprete y una larga carrera profesional. Algo que contradicen los vídeos en los que se le ve trabajando en otros importantes actos del CNA (el partido del Gobierno), donde se ha confirmado también que lo que hacía el ahora encerrado en un psiquiátrico era mimo.
De hecho, la prensa sudafricana ha afirmado que las actuaciones de Jantjie estaban patrocinadas por un alto cargo del CNA que estaría detrás de la empresa que contrataba sus servicios. El asunto está por esclarecerse, ya que el partido lo ha negado.
A esto hay que añadirle el largo historial delictivo que arrastra el intérprete, en el que figuran hasta intentos de asesinato, robos, fraudes, y del que curiosa y misteriosamente casi siempre ha salido impune tras investigaciones judiciales que acababan guardadas en un cajón.
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