Pablo Gonzalez

Las volteretas de la Iglesia Católica


Autor: Bernat Ribot Mulet

La Iglesia Católica ha caído en continuas ambigüedades y contradicciones a lo largo de su historia.

Veamos:

- Concilio de Trento (Paulo III - 1546) : "…y si alguien no recibiere como sagrados y canónicos los libros mismos con todas sus partes, sea anatema".

- León XIII (1893): se establece la regla de oro para la investigación bíblica según la cual es falsa, a priori, y debe ser rechazada inmediatamente por todo estudioso católico, cualquier interpretación o exégesis que niegue o contraríe la verdad revelada conforme a lo establecido por los dogmas y la tradición.

- Syllabus errorum (Pío IX - 1964): declara anatema a quien estimase que las profecías y milagros expuestos y narrados en las Sagradas Escrituras son ficciones de poetas y que en los libros de uno u otro testamento se contienen invenciones míticas.

- Pontificia Comisión Bíblica, instituida por León XIII (1902): "no puede ponerse en cuestión el sentido literal histórico donde se trataba de hechos narrados(…) como son la creación de todas las cosas hechas por Dios al principio del tiempo; la peculiar creación del hombre, la formación de la primera mujer desde el primer hombre…"

No obstante, en los últimos tiempos, la Iglesia ha tenido que cambiar algunas "cositas" que la dejaban en ridículo. Para ello, ha tenido que contradecir a esos papas anteriores y declarar:

- Carta del Cardenal Suhard (por encargo del papa - 1948): "Declarar a priori que sus relatos (los del Génesis) no contienen historia en el sentido moderno de la palabra, dejará fácilmente entender que no la contienen en ningún sentido, cuando en realidad cuentan en lenguaje sencillo y figurado, adaptado a las inteligencias de una humanidad menos desarrollada, las verdades fundamentales presupuestas en la economía de la salvación, al mismo tiempo que la descripción popular de los orígenes del género humano y del pueblo elegido".

Esas contradicciones sólo pueden obedecer a que, en tiempos modernos, la Iglesia ya no puede sostener la irracionalidad que se encuentra en la Biblia desenmascarada por la ciencia.


Y, por la misma razón, esa misma Iglesia, supuestamente inspirada por Dios, ha tenido que ir cambiando otros postulados que no le convienen:

- Ha eliminado el Limbo. Era una injusticia, claro.

- Ha redefinido el Infierno. Ya no es un lugar de sufrimiento y tormentos horrendos, sino que es "la simple separación de Dios".

- Ya no es Dios quien condena al hombre, sino que es "el hombre quien elige voluntariamente la condenación".

- Se ha cambiado el motivo por el cual fue creado el Universo. Mientras que el Catecismo actual todavía declara que fue creado para la gloria de Dios, ahora se afirma sin ningún rubor que "Dios creó el Universo en un acto de amor".

- Se empiezan a oír voces teológicas que afirman que "en el infierno no hay nadie" intentando demostrar la "bondad y misericordia" de Dios.

Evidentemente, ya no saben dónde ponerse ni qué decir ante los avances de la razón y de la ciencia. 
 
Por no hablar del tremendo ridículo en el que queda su Dios castigador ante la imposibilidad de la existencia del libre albedrío.

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