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INTRODUCCIÓN DEL EDITOR
Era deber rescatar uno de los documentos de I. V. Stalin referentes a la lucha contra la tendencia derechista dentro del Partido Bolchevique, la cual tuvo como actor fundamental a Bujarin.
Era deber rescatar uno de los documentos de I. V. Stalin referentes a la lucha contra la tendencia derechista dentro del Partido Bolchevique, la cual tuvo como actor fundamental a Bujarin.
El documento consta de una caracterización del cuerpo ideológico de esta desviación, intentándose demostrar la inconexión de estas ideas con el marxismo-leninismo, en un momento en de agudización de la lucha de clases y de plena ofensiva socialista contra los elementos capitalistas en el interior del país.
Será pues de gran utilidad para el lector interesado en la formación político-ideológica, al tiempo que le permitirá detectar las mismas desviaciones en las organizaciones y luchas contemporáneas.
Entendemos pues que un exhaustivo repaso acerca de la vigilancia, de la detección y de la eliminación de dicha desviación es totalmente necesario para los marxista-leninistas de todo tiempo, no sólo porque el «derechismo» ha causado últimamente más perjuicios que el «izquierdismo» –que podría ser un factor a tener en consideración–, sino porque al estudiar concienzudamente dicha figura, el bujarinismo, se observará que esta es la fuente primaria de inspiración para otros revisionismos: Browder en Estados Unidos, Tito en Yugoslavia, Mao en China, Gomulka en Polonia, Sejfulla Malëshova en Albania o el propio Voznesensky en la URSS.
Se podrá apreciar como Stalin comenta y refuta varias de las tesis de los oposicionistas, las cuales bregan por el mantenimiento de un campo de pequeños productores privados –sin ver el cambio cualitativo que supone el koljoz ni las relaciones que establece con el Estado socialista–, y de hecho la última resistencia de estas posiciones antimarxistas tras comenzar la colectivización a gran escala, su contenido antimarxista pueden ser resumido en: la integración de las clases explotadoras del campo y la cuidad en el sistema socialista, queriéndose dar las mismas prerrogativas y trato al kulak que al resto de campesinos en dicho proceso; el intento de aminorar la tasa impositiva al campesinado a la hora de la industrialización, haciéndose eco del «retraso» de la URSS pero queriendo superar el atraso industrial mediante mecanismo antimarxistas; el peligro que supone quién no comprende que mientras no exista en su plenitud el sector socialista, el sector capitalista se reproduce aunque sea a pequeña escala, como es el caso de la reproducción de pequeños productores de los que habla Stalin, y por supuesto en ciertos casos específicos como el de los concesionarios o el kulak que mantienen la explotación del hombre por el hombre; la absurda idea de que el explotador perderá el ánimo al lucro y entregara su poder económico y político para que el socialismo triunfe –pese a perjudicar a sus intereses de clase–; la idea pequeñoburguesa que reniega de la industria y su incidencia en la colectivización impidiendo que el campesino perciba el cambio y beneficio que supone la nueva organización mecanizada; el intento de los oposicionistas de disipar las diferencias de principios dentro del Partido y comprenderlas como diferencias insignificantes.
Se podrá apreciar como Stalin comenta y refuta varias de las tesis de los oposicionistas, las cuales bregan por el mantenimiento de un campo de pequeños productores privados –sin ver el cambio cualitativo que supone el koljoz ni las relaciones que establece con el Estado socialista–, y de hecho la última resistencia de estas posiciones antimarxistas tras comenzar la colectivización a gran escala, su contenido antimarxista pueden ser resumido en: la integración de las clases explotadoras del campo y la cuidad en el sistema socialista, queriéndose dar las mismas prerrogativas y trato al kulak que al resto de campesinos en dicho proceso; el intento de aminorar la tasa impositiva al campesinado a la hora de la industrialización, haciéndose eco del «retraso» de la URSS pero queriendo superar el atraso industrial mediante mecanismo antimarxistas; el peligro que supone quién no comprende que mientras no exista en su plenitud el sector socialista, el sector capitalista se reproduce aunque sea a pequeña escala, como es el caso de la reproducción de pequeños productores de los que habla Stalin, y por supuesto en ciertos casos específicos como el de los concesionarios o el kulak que mantienen la explotación del hombre por el hombre; la absurda idea de que el explotador perderá el ánimo al lucro y entregara su poder económico y político para que el socialismo triunfe –pese a perjudicar a sus intereses de clase–; la idea pequeñoburguesa que reniega de la industria y su incidencia en la colectivización impidiendo que el campesino perciba el cambio y beneficio que supone la nueva organización mecanizada; el intento de los oposicionistas de disipar las diferencias de principios dentro del Partido y comprenderlas como diferencias insignificantes.
En definitiva, la lucha contra la desviación derechista dentro del partido es la lucha contra la idea liberal de un socialismo que beneficie a explotadores y explotados.
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Pedro José Madrigal Reyes
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Pedro José Madrigal Reyes
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