STALIN
«(...) ¿Es cierto que la Revolución de Octubre no ha dado nada a los
campesinos? Acudamos a los hechos. Tengo aquí el conocido resumen del
conocido especialista en estadística camarada Nemchínov, publicado en mi
artículo «En el frente de los cereales».
De este resumen se desprende que, antes de la revolución, los
terratenientes «producían» un mínimo de 600 millones de puds de
cereales.
Es decir, que los terratenientes disponían entonces de unos
600 millones de puds de cereales.
Según ese resumen, los kulaks
«producían» en aquella época 1.900 millones de puds.
Era una fuerza muy
considerable la que los kulaks poseían entonces.
Los campesinos pobres y
medios producían, a su vez, según el mismo resumen, 2.500 millones de
puds.
Tal era la situación en la vieja aldea, en la aldea de antes de la
Revolución de Octubre.
¿Qué cambios se han operado en el campo después de Octubre?
Tomaré las
cifras del citado resumen estadístico. Fijémonos, por ejemplo, en 1927.
¿Cuánto produjeron ese año los terratenientes?
Es lógico que no
produjeron ni podían producir nada, ya que los terratenientes fueron
suprimidos por la Revolución de Octubre.
Y es bien comprensible que esto
debía ser un gran alivio para los campesinos, que de tal modo se
libraron del yugo de los terratenientes.
Esto ha sido, indudablemente,
un gran beneficio para los campesinos, beneficio que deben a la
Revolución de Octubre.
¿Cuánto produjeron los kulaks en 1927? 600 millones de puds, en vez de
1.900 millones.
Es decir, que el período posterior a la Revolución de
Octubre redujo la fuerza de los kulaks a menos de un tercio.
Es bien
comprensible que esto debía ser por fuerza un alivio en la situación de
los campesinos pobres y medios.
¿Y cuánto produjeron en 1927 los
campesinos pobres y medios? 4.000 millones de puds, en vez de 2.500
millones.
Es decir, que, después de la Revolución de Octubre, los
campesinos pobres y medios han llegado a producir 1.500 millones de puds
de cereales más que antes de la revolución.
Tales son los hechos, demostrativos de que los campesinos pobres y
medios han obtenido de la Revolución de Octubre ventajas colosales.
He
ahí lo que la Revolución de Octubre ha dado a los campesinos pobres y
medios. (...)
¿Cómo, después de todo esto, se puede afirmar que la Revolución de
Octubre no ha dado ventaja alguna a los campesinos?
¿No es evidente,
acaso, que quienes propalan esas patrañas calumnian a las claras al
Partido y al Poder Soviético?
Se desprende que la cuestión de las
«tijeras», la cuestión de acabar con este fenómeno, debe plantearse hoy
de un modo nuevo. Se desprende que, si el movimiento koljósiano sigue
avanzando con el ritmo actual, las «tijeras» serán suprimidas en un
futuro próximo.
Se desprende que el problema de las relaciones entre la
ciudad y el campo se plantea sobre una base nueva, que la oposición
entre la ciudad y el campo irá borrándose con ritmo acelerado.
Esta
circunstancia, camaradas, es de una importancia formidable para toda
nuestra obra de edificación. Esto hace cambiar la psicología del
campesino y le orienta hacia la ciudad.
Esto crea un terreno favorable
para acabar con la oposición entre la ciudad y el campo.
Esto da base
para que la consigna del Partido, «de cara al campo», se complemente con
la consigna de los campesinos koljósianos, «de cara a la ciudad».
Y
ello no tiene nada de particular, pues el campesino recibe ahora de la
ciudad máquinas, tractores, agrónomos, organizadores y, finalmente,
ayuda directa para combatir y vencer a los kulaks.
El campesino de tipo
antiguo, con su desconfianza zoológica hacia la ciudad, en la que veía
un expoliador va pasando a segundo plano.
Lo sustituye un campesino
nuevo, el campesino koljósiano, que mira a la ciudad con la esperanza de
obtener de ella una ayuda real para la producción.
El campesino de tipo antiguo, temeroso de caer en campesino pobre y que
sólo furtivamente escalaba el puesto de kulak –¡podían despojarle del
derecho electoral! –, se ve sustituido por un nuevo tipo de campesino,
ante el cual se abre una nueva perspectiva: la de entrar en el koljós y
salir de la miseria y la ignorancia para marchar por el ancho camino del
progreso económico y cultural.
Tal es el giro que toman las cosas, camaradas. ( ...)»
Extractado por NG
En Torno a las Cuestiones de la Política Agraria en la URSS, 1929
http://bitacoradeunnicaraguense.blogspot.com.es/search/label/NG