Pablo Gonzalez

Los mendigos se multiplican a cada esquina


Quizás pocas personas lo perciban, pero la mendicidad en las calles de Miami se ha multiplicado.
 
 No es raro ver en algunas áreas de la ciudad hasta cuatro personas –una en cada esquina– pidiendo limosna a los automovilistas, reporta un lector en una carta publicada aye en The Miami Herald.

La misiva prosigue:

Tal parece que los gobernantes poco o nada se han preocupado para crear fuentes de trabajo que reduzcan el número de personas que viven de la caridad de otras.

La mendicidad podría reducirse o hasta eliminarse, creando fuentes laborales para aquellas personas que están capacitadas para trabajar aunque sea en tareas humildes, pero dignas, y asistencia social a quienes están incapacitados física o mentalmente.

La indigencia que se refleja en las calles de una ciudad de un país rico es indignante.

Existen muchas causas que pueden conducir a una persona a la mendicidad. La imposibilidad de conseguir un empleo, un impedimento físico y la vejez, entre otras.

Muchas veces, la mendicidad es una elección que puede ser la negativa a recibir ayuda social o inclusive, vagancia.

Las autoridades competentes deberían trabajar más en este problema social en aras de erradicar la menesterosidad de las vías públicas.

Este es un serio problema social que, aunque las autoridades miren hacia otro lado, es más importante que la construcción de un estadio.

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