Este jueves el primer mandatario de Corea del Norte, Kim Jong-Uun, sostuvo una reunión con su Estado Mayor y giró instrucciones para la preparación de la artillería para un eventual ataque contra las bases de los Estados Unidos en Corea del Sur y el Pacífico.
La decisión del gobierno norcoreano se produce posteriormente al sobrevuelo de dos bombarderos invisibles norteamericanos en Corea del Sur, informó la Agencia Central de Noticias de Corea (Kcna).
Jong-Uun ha tomado la determinación y "ha firmado finalmente el plan para iniciar los preparativos técnicos de los cohetes estratégicos, a los que ha ordenado que estén listos para disparar, con el objetivo de que puedan atacar en cualquier momento tanto a Estados Unidos como a sus bases y escenarios operativos en el Pacífico, entre ellos Hawaii y Guam, así como Corea del Sur", reseñó el portal web publico.es.
El líder de Corea del Norte resaltó que es momento de "ajustar cuentas con los imperialistas de Estados Unidos dada la situación actual".
El Ejército de los Estados Unidos admitió que dos bombarderos invisibles B-2, con capacidad para el transporte nuclear sobrevolaron territorio surcoreano luego de despegar de su territorio, lo que ha significado para Corea del Norte una demostración sobre su capacidad bélica.
"La misión de dos bombarderos B-2 Spirit asignados al Ala de Bombardeo 509 (...) demuestra la capacidad de Estados Unidos para realizar ataques de precisión de largo alcance rápidamente y a voluntad", expresa la misión de los Estados Unidos en Corea del Sur a través de un comunicado.
De igual manera se precisa que los bombarderos norteamericanos sobrevolaron el territorio tras un recorrido de unos 10.500 kilómetros desde su base en Missouri.
Corea del Norte anunció el martes que las fuerzas militares adoptarían posiciones de combate debido a los ejercicios militares de los Estados Unidos y Corea del Sur considerados "hostiles".
Los Gobiernos de estas dos naciones han defendido las maniobras por considerarlas defensivas.
El gobierno de Kim Jong-Uun canceló el acuerdo de armisticio suscrito con Estados Unidos que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53) y cortó el teléfono rojo que establecía comunicación con la frontera entre ambos ejércitos.