Juan Baeza Maturana, actual número dos de la Policía de Investigaciones (PDI), tiene un pasado que quiere olvidar.
El 8 de septiembre de 1986, un día después del fallido atentado contra el general Augusto Pinochet, Baeza colaboró con la CNI en el secuestro de cuatro estudiantes desde el interior de un vehículo diplomático de Holanda.
Los estudiantes de la USACH regresaban luego de entregar una carta al consulado extranjero para hacer pública la situación universitaria chilena.
La operación de la CNI, al igual que la participación del segundo hombre de Investigaciones, fue captada por varios corresponsales de la prensa.
Parte de las filmaciones pueden ser vistas en el documental “Imágenes de una dictadura”, donde un joven Baeza viste chaqueta azul y chaleco café claro, portando un arma en su mano derecha.
Éste no es el único vínculo entre Baeza y los aparatos represivos de la dictadura.
Éste no es el único vínculo entre Baeza y los aparatos represivos de la dictadura.
Al ahora subdirector operativo de la PDI también se le conoció por participar en las torturas de Vasili Carrillo, ex vocero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
Carrillo fue colgado de un chuzo, interrogado y torturado en el Cuartel General de Investigaciones desde el 11 al 14 de noviembre de 1986.
Tampoco son menores las vinculaciones de Baeza con el narcotráfico.
En la década de los 90, cuando era jefe de la Comisaría Investigadora de Asaltos de San Miguel (CINA) en Santiago, Baeza le daba pasada y protección a un conocido narco apodado “El Condorito”, el cual se movilizaba en un automóvil Chevrolet plomo.
Muchos millones de pesos acrecentaron el patrimonio de Baeza desde aquel entonces.
Carrillo fue colgado de un chuzo, interrogado y torturado en el Cuartel General de Investigaciones desde el 11 al 14 de noviembre de 1986.
Tampoco son menores las vinculaciones de Baeza con el narcotráfico.
En la década de los 90, cuando era jefe de la Comisaría Investigadora de Asaltos de San Miguel (CINA) en Santiago, Baeza le daba pasada y protección a un conocido narco apodado “El Condorito”, el cual se movilizaba en un automóvil Chevrolet plomo.
Muchos millones de pesos acrecentaron el patrimonio de Baeza desde aquel entonces.