John Brennan, a quien el presidente Barack Obama designado por Obama como nuevo jefe de la CIA luego de la caída de David Petraeus, es un veterano de la agencia de inteligencia que asesoró a la Casa Blanca en estrategias antiterroristas durante los últimos cuatro años.
Veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) durante 25 años, Brennan es un árabe parlante experto en Medio Oriente quien, interrogado en una ocasión por periodistas acerca de su ética laboral, respondió: “Yo no pierdo el tiempo”.
Formado y entrenado como un espía, Brennan ascendió rápidamente en tanto analista y jefe de antiterrorismo en la oficina regional de la CIA en Medio Oriente y sur de Asia.
En 1995, era asistente ejecutivo de George Tenet, el subdirector de la agencia, quien luego se convirtió en el director que fungió en ese cargo durante más tiempo dentro de la CIA.
Brennan siguió avanzando y devino responsable de la base de la CIA en Medio Oriente en 1996, y volvió a Washington en 1999 para desempeñarse como jefe de staff de Tenet hasta 2001, y como director ejecutivo asistente de la CIA en 2003.
Concluyó una carrera de 25 años dentro de la CIA convirtiéndose en director interino del Centro Anti-Terrorismo desde 2004 hasta agosto de 2005.
Durante esos años, Brennan presenció de primera mano la puja entre la CIA y la Casa Blanca sobre la inteligencia previa a la guerra de Irak en torno a las armas de destrucción masiva y la supuesta vinculación del régimen de Saddam Hussein con el terrorismo.
Luego, se apartó del gobierno por algunos años, en los que trabajó como consultor en temas de defensa y seguridad, hasta que aceptó la oferta de Obama de ser su asesor principal en materia de antiterrorismo.
En 2009 fue duramente criticado por las declaraciones que realizó en entrevistas defendiendo el uso de “técnicas de interrogación controvertidas”.
Dijo que el “submarino”, una suerte de simulación de ahogo considerada como tortura, era incoherente con los valores de Estados Unidos y que debía prohibirse. Pero en noviembre de 2007 afirmó en una entrevista con la cadena de televisión CBS que esas técnicas de interrogación habían dado resultado en la obtención de información que la CIA ha usado contra “terroristas realmente duros”.
“Ha salvado vidas. Y no olvidemos que se trata de terroristas reincidentes, que fueron los responsables del 11 de Septiembre, que han demostrado no tener remordimiento alguno por la muerte de 3.000 inocentes”, afirmó.
En otras entrevistas, Brennan ha defendido la práctica de trasladar a los detenidos para interrogarlos en agencias del exterior, rechazando la acusación de que ese programa busca eludir las leyes anti-tortura vigentes en Estados Unidos.
Tal como sucede con las escuchas telefónicas, dijo que es necesario encontrar el balance entre la necesidad de proteger a los ciudadanos y su derecho a la privacidad, agregando que debería librarse un debate público sobre dónde debería trazarse ese límite.
Como asesor de Obama en antiterrorismo, Brennan ha trabajado para crear el “libro de jugadas” de la Casa Blanca, que identifica los “objetivos” (los supuestos terroristas) que el gobierno se propone eliminar físicamente, incluyendo para cada uno su justificación legal por actuaciones sospechosas en Yemen, Pakistán y otros lugares.
“Lo que intentamos hacer en este momento es fijar un conjunto de estándares, sentar criterios y lograr un proceso de toma de decisiones que gobierne nuestras acciones antiterroristas”, dijo Brennan al Washington Post el año pasado.
Con información de AFP