Desempleada y a punto de perder su casa, una española vende en la web desde un riñón hasta uno de sus pulmones para poder sobrevivir a la crisis junto a su hija, y, entre otras cosas, evitar que la desalojen de su casa. ¡Capitalismo, Europa, siglo XXI!
Prensa
"Comencé vendiendo un riñón, ahora ya vendo las córneas, uno de los pulmones, un pedazo del hígado, vendo cualquier órgano de mi cuerpo que alguien pueda comprar y lo vendo por pura desesperación", afirmó la mujer, cuya identidad no se divulgó, en una videoentrevista al periódico El Mundo.
"Tengo un preaviso de orden de desahucio para mi hija y para mí, no tenemos familia, no tenemos adónde ir", relató al diario. Esta desesperada situación la llevó a poner hace dos semana un anuncio en internet para vender sus órganos.
"Es lo único que tengo", dice la mujer, que podría enfrentarse a 12 años de cárcel por tráfico ilegal de órganos si finalmente lleva a cabo su propósito.
Según El Mundo, la mujer, de 44 años, que no recibió aún ninguna oferta, contactó a una doctora de Melilla, una ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, que "la está ayudando a gestionar las posibles demandas que puedan surgir y la extracción de las partes que vaya a vender".
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"Comencé vendiendo un riñón, ahora ya vendo las córneas, uno de los pulmones, un pedazo del hígado, vendo cualquier órgano de mi cuerpo que alguien pueda comprar y lo vendo por pura desesperación", afirmó la mujer, cuya identidad no se divulgó, en una videoentrevista al periódico El Mundo.
"Tengo un preaviso de orden de desahucio para mi hija y para mí, no tenemos familia, no tenemos adónde ir", relató al diario. Esta desesperada situación la llevó a poner hace dos semana un anuncio en internet para vender sus órganos.
"Es lo único que tengo", dice la mujer, que podría enfrentarse a 12 años de cárcel por tráfico ilegal de órganos si finalmente lleva a cabo su propósito.
Según El Mundo, la mujer, de 44 años, que no recibió aún ninguna oferta, contactó a una doctora de Melilla, una ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, que "la está ayudando a gestionar las posibles demandas que puedan surgir y la extracción de las partes que vaya a vender".
Ella y su hija viven con 426 euros por mes. "Sólo quiero un lugar dónde vivir y un trabajo que pueda desempeñar".
Las autoridades, según el diario, mostraron su voluntad de encontrar una solución y le ofrecieron una vivienda con una baja renta.
