El papa Benedicto XVI emitió el sábado un decreto que crea una nueva academia pontificia para el estudio del latín a fin de elevar interés en el idioma oficial de la Iglesia católica que está en desuso en el mundo.
Benedicto XVI admite en su decreto que el latín ha decaído ya que los futuros sacerdotes solo suelen adquirir un conocimiento "superficial" del latín en sus seminarios. La nueva academia promoverá el latín por medio de conferencias, publicaciones e instrucción en escuelas, universidades y seminarios católicos, afirmó.
Como era de esperar, el decreto y sus fundamentos están escritos en latín.
La medida es una nueva evidencia del intento del pontífice por restablecer las raíces tradicionales de la Iglesia a medida que lucha para impedir que los fieles se alejen en un mundo cada vez más secularizado.También es un retroceso a lo logrado duranteel concilio Vaticano II promovido por el papa Juan XXIII.
El Vaticano sostiene que, aunque pocos fieles católicos comprenden el latín, es un idioma universal que representa la Iglesia universal y no favorece el idioma de un grupo particular sobre otro. Los críticos, en cambio, dicen que el retorno al latín es una nueva indicación de que la Iglesia católica está perdiendo sintonía con el mundo moderno.
Benedicto XVI admite en su decreto que el latín ha decaído ya que los futuros sacerdotes solo suelen adquirir un conocimiento "superficial" del latín en sus seminarios. La nueva academia promoverá el latín por medio de conferencias, publicaciones e instrucción en escuelas, universidades y seminarios católicos, afirmó.
Como era de esperar, el decreto y sus fundamentos están escritos en latín.
La medida es una nueva evidencia del intento del pontífice por restablecer las raíces tradicionales de la Iglesia a medida que lucha para impedir que los fieles se alejen en un mundo cada vez más secularizado.También es un retroceso a lo logrado duranteel concilio Vaticano II promovido por el papa Juan XXIII.
El Vaticano sostiene que, aunque pocos fieles católicos comprenden el latín, es un idioma universal que representa la Iglesia universal y no favorece el idioma de un grupo particular sobre otro. Los críticos, en cambio, dicen que el retorno al latín es una nueva indicación de que la Iglesia católica está perdiendo sintonía con el mundo moderno.